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Carlos Lazzarino: “La gente no se cuida tanto, le perdio el miedo”

Sociedad enero 16, 2019

El jefe de la guardia del Hospital de Moron hablo en "Libre Pensamiento" sobre el estado de la salud argentina.

El Dr. Carlos Lazzarino comenzó la entrevista haciendo una importante aclaración sobre la responsabilidad de los políticos en la salud pública: “Crear las condiciones es el trabajo de las autoridades y el nuestro es aplicarlas. Nosotros tenemos mucha buena voluntad, pero no siempre los medios necesarios, adecuados y en cantidad suficiente para poder brindar un servicio a la gente.”

“Verdaderamente, nuestro sistema de salud tiene falencias. Esas falencias no están resueltas, constitucionalmente son dependientes de la Provincia de Buenos Aires. Creo que la legislatura y las leyes son suficientes, y tal vez haya que revisar la aplicación o su metodología.”

“Las políticas al respecto existen, aunque no sé si son las mejores. Podemos discutir de política o de sistemas. El sistema norteamericano, por ejemplo, tiene políticas en el área salud que es completamente privada, o el inglés que es totalmente socialista. Y este segundo es de buena calidad, en Inglaterra todo el mundo va al hospital, sea La Reina o el señor que ata el barco en el puerto. A lo mejor, es un sistema interesante para implementar, ya que todas las autoridades se van a preocupar que el hospital de su zona funcione correctamente, porque tanto ellos como sus familias van a tener que asistir en esos lugares.”

Sobre el panorama nutricional en la Argentina, el forense informó: “Creo que tenemos un problema de nutrición crónica, el cual es un problema social que se nota, se observa mayormente en las clases sociales más desprotegidas. ¿Qué trae este sistema de desnutrición? No es lo mismo desnutrición que un chico gordo. Uno puede ir a la villa, ver un chico gordo y pensar que ese chico comió bien.”

“Comer bien no es estar gordo sino comer adecuadamente con los insumos y con los materiales necesarios para que sus construcciones neuronales sean suficientes. Específicamente, un niño debe comer proteínas, porque cuando es chiquito, esas proteínas van a formar los estratos o los engranajes que el día de mañana van a formar el cerebro.”

“Esa estructura de tipo estrictamente anatómica, adecuadamente estimulada, nos va a dar la posibilidad de resolver problemas, también llamado inteligencia.”

“Con lo cual, si nosotros desnutrimos a nuestros pequeños, vamos a tener gente que, el día de mañana, no va a llegar a ser un librepensador, porque no va a tener la posibilidad de pensar, o va a tener una posibilidad muy limitada, altamente influenciable.”

“En Estados Unidos se compraron terrenos por cuentas de colores porque esa gente no tenía acceso en cantidad suficiente a las proteínas necesarias para fabricar los estratos para que el cerebro se desarrolle. ¿Tenemos ese problema nosotros? Por lo menos en el medio que yo me manejo, sí.  Aunque no hay una desnutrición crónica grosera, como se veía hace cuarenta años, si tenemos una desnutrición crónica de proteínas.”

“Me toco revisar como forense en Virrey del Pino a una madre que no trabajaba y tenía seis hijos, con uno discapacitado por una parálisis cerebral. La mujer se preocupaba, se movía, conocía todos los lugares donde podía conseguir cierto tipo de alimento, utilizaba todos sus recursos. Había dos características: los chicos estaban relativamente bien nutridos, les faltaba –en mi opinión– un poco más de proteína; y una cosa que me llamó muchísimo la atención, venían de la villa, pero el piso estaba barrido. Era una mujer que se preocupaba por sus hijos, se podía conseguir alimentación. La comida que conseguían no era la de mejor calidad, pero era casi suficiente para que esos chicos se puedan desarrollar.”

Respecto a la prominencia de ciertas enfermedades, el médico distinguió: “Creo que hay que separar lo que es Capital y Gran Buenos Aires del Interior del país, porque son problemáticas completamente distintas.”

“Capital es un centro urbano que tiene un montón de hospitales de alta complejidad, con un presupuesto histórico que viene de cuando era una intendencia antes de la creación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Tenían un área sola que era el área de salud, que tenía la Capital Federal muy bien cubierta. Eso hace que una gran parte del Gran Buenos Aires se asista todavía en los hospitales de capital y pueda tener acceso a una medicina de calidad y en cantidad suficiente.”

“En el Gran Buenos Aires hay otra problemática, el que llega a un hospital ahí es porque no tiene medios o fuerza para llegar a los de la capital. No todos los hospitales de esa zona tienen la complejidad o los insumos para poder satisfacer las necesidades que la gente plantea. Estamos en algunos lugares trabajando con cuchillo y tenedor, no hay mucha diferencia a mil novecientos cincuenta más que la buena voluntad, examinar muy bien a los pacientes y punto. El resto de lo que es alta complejidad es difícil de llegar, es complejo de llevar a aquellos que lo necesitan.”

Sobre su guardia en particular, el doctor contó: “En Morón tenemos heridos de bala todas las semanas, eso habla del grado de seguridad; tenemos violaciones todos los días, tenemos heridos de todo tipo y una guardia llena especialmente de chicos desnutridos de baja gravedad –por ejemplo, deshidratados–. Vemos desnutrición también en los mayores. Ambos grupos sectarios están insuficientemente protegidos por las familias, porque estas tienen que salir a trabajar, y el Estado no hace lo suficiente para resolver el problema.”

Al preguntársele por el fenómeno denominado “gatillo fácil”, el Dr. Lazzarino respondió: “Fui dieciséis años médico de la policía, estuve en los servicios especiales de investigaciones técnicas, los llamados SEIT. Lo que llaman gatillo fácil es abusos por parte la autoridad. En mi historial de más de ocho mil autopsias, debo haber tenido cuatro o cinco. Una cosa son enfrentamientos, otra es un gatillo fácil. Y muchos tiros de los que me vienen hoy en la nuca son delincuentes –algunos vestidos de policía, pero son delincuentes– que nos están matando a todos de a uno. Tenemos hoy más heridos de bala y más muertos que lo que tenemos en las épocas difíciles.”

“Me tocó en varias oportunidades, una de las veces con la Doctora Cassain, que creo que sigue siendo jueza de Casación en San Isidro. Llego a un levantamiento de cadáver y encuentro un cráneo todo agujereado, el cuello con un agujero. Pensé en primera instancia y a simple vista que era un tiro de escopeta, la Dra. me solicita una autopsia. Termino la autopsia y la llamo, pidiéndole disculpas, porque mi primera apreciación diagnóstica había sido equivocada. La lesión en el cuello fue producida por roedores por estar tirado en un baldío; y el cráneo tenía cinco tiros de calibre veintidós. Algo muy parecido a lo que se comenta en García Belsunce, y muy frecuente, nosotros creemos, que son actitudes o demostraciones mafiosas, muy probablemente por culpa de la droga.”

El forense también abarcó las enfermedades de transmisión sexual y su prevención: “En el año mil novecientos ochenta, con la aparición del SIDA, la gente empezó a cuidarse. El uso de condones o preservativos empezó a generalizarse. Recuerdo en los ochenta los europeos venían con la jeringa en la mano que habían comprado en la farmacia para que les tomen una muestra de sangre, no permitían otras jeringas por miedo a contagiarse HIV.”

“Prácticamente desaparecieron las enfermedades de transmisión sexual hasta el año dos mil cinco, a pesar de que en el hospital hay un consultorio específico de enfermedades de transmisión sexual.”

“Últimamente, en estos cinco o diez años, el número de enfermedades de transmisión sexual se ha multiplicado, no solamente en el área hospitalaria, sino también lo veo por una de mis especialidades en el sector privado. Hay dos grupos sectarios que son predominantes: los adolescentes y los mayores.”

“La gran mayoría de estas enfermedades tienen tratamiento, algunas se curan, como la gonorrea o la sífilis; otras se tratan, como el herpes y el HPV. En otros casos se tratan con buen resultado, pero seguimos teniendo una enfermedad que mata, como el HIV-SIDA que todavía es altamente peligroso.”

“La gente no se cuida tanto, le perdió el miedo. A los jóvenes en mi consultorio les digo: Yo tengo algo más de sesenta años, ante el supuesto que yo contraiga HIV-SIDA voy a estar diez años asintomático, diez años con tratamiento, morirme a los ochenta años es hasta entendible. Pero cuando me vienen los muchachos de veinte, estar diez años asintomático, diez con tratamiento y morirse a los cuarenta años es verdaderamente una pena. Nunca se investigó la cura del SIDA ni la del cáncer.”

“Respecto a la salud reproductiva, están las leyes, son muy buenas. Pero las prácticas son privadas y sumamente caras. En muchos centros ginecológicos tienen la admisión de pacientes, la atención médica, los estudios y un escritorio para un abogado, para hacer el amparo. Esto lo veo como médico y lo veo en Tribunales cuando fui once años forense ahí, entran y salen con el papelito para hacer el amparo porque el IOMA no lo considera.”

“Desde el punto de vista público, en la zona este, hay dos hospitales que están a cargo de esto, que son el Hospital Interzonal de Agudos de Haedo  y el de Morón, sin embargo este tipo de tratamientos de alta complejidad no se hacen.”

El director de la guardia del Hospital de Morón aportó su experiencia profesional relacionada a la problemática de los abortos clandestinos: “Acá hay un problema de políticas de gobierno. Hay gobiernos que proponen el aborto, incentivaban la utilización de medicamentos para que se produzca espontáneamente el aborto. No solamente que lo incentivaban, sino que está publicado en la página de Presidencia, y que en algunas unidades periféricas del Municipio hasta le daban las pastillas a la señora.”

“Con el cambio de gobierno que tuvimos nosotros, esto disminuyó un poco pero no desapareció. Creo que el año pasado el país definió en el Congreso lo que es un aborto criminal, con muy pequeños cambios a lo que era el viejo Código Penal. Hoy, la ley lo prohíbe, sin embargo, siguen apareciendo.”

“Llama la atención que en algunas guardias tenemos ocho o diez legrados y, en otras guardias –por ejemplo, la mía– uno. Yo exijo la intervención policial en todos los legrados, lo cual ha llevado a problemáticas porque muchos se niegan, porque ha habido alguna denuncia equivocada. En realidad, nosotros no hacemos denuncia, no digo que una persona hizo un aborto, sino que hay un hecho que podría ser criminal, que venga la policía, analice y después verá si hace o no el sumario.”

“Demostrar desde el punto de vista jurídico los abortos criminales es muy complejo del punto de vista médico. Porque las historias clínicas están hechas de manera que todo parece espontáneo. Lo que llama la atención es que no puede haber seis nacidos vivos y catorce abortos. Es una guasada, una barbaridad.”

Podés escuchar “Libre Pensamiento” los martes a las 13:00 hs por Radio Zónica.

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