César Bordón: “Me conoció mucha gente porque la serie de Luis Miguel fue de un gran impacto”
Sociedad septiembre 20, 2024El actor César Bordón pasó por "Hablemos De" (viernes 19 a 20 hs Radio Zonica) y desmenuzó su trayectoria entre el cine y el teatro.
“Dicen que no hay papeles chicos, hay actores chicos, pero con sinceridad te digo que he tenido una carrera muy progresiva. Empecé desde muy joven a trabajar. La verdad que soñaba con esta profesión, entonces tuve la suerte o la audacia de meterme, o como digo yo, de meterme por la ventana si es que no me habrían abierto la puerta. Entonces he hecho de todo, y ese de todo significaba haber ido a los canales, presentaba mi carpeta, mi currículum, mis cosas… te estoy hablando del año 1980 cuando empecé. La realidad es que por aquel entonces no me iban a llamar para un protagónico, pero yo siempre encaraba con tanta alegría los personajes que me daban, cuando me daban bolos de dos capítulos, luego de diez, y más tarde de veinte. Y la vida sola me fue calzando en los papeles de mayor trascendencia e importancia, en los últimos años he hecho varios protagónicos pero yo me jacto de haber hecho papeles de reparto, ya con roles más destacados, pero no tan protagónicos. Es una cosa que disfruto y además puedo manejarme con ambas modalidades. Detesto ensayar en el cine y es algo que se lo manifiesto a los directores. No me gusta porque los directores me hacen ensayar en su casa, con un café y en un parque divino… pero después cuando tengo que grabar, lo hago adentro de una pieza donde tengo que esquivar los cables y prestando atención a un tipo que me dice ´que me corra para allá´”, analiza el actor César Bordón, sobre los primeros pasos de su carrera artística.
En este enfoque, pone el acento en las diferencias que giran en torno a la financiación: “En el teatro se ensaya pero en las mismas condiciones en la que va ser la obra. Con los elementos, en el mismo espacio y con la misma dimensión. En cine ensayo acá y luego grabó en un estadio de fútbol. No entiendo cuál es la vinculación, si cuando me acercaba a decir buenos días, te decía buenos días pero parado, y hoy tengo que hacer 130 metros para decírtelo. En general se ensaya en el aire. Es decir, uno va midiendo los pasos que da. Si bien y a pesar de tener la chance de mejorar las tomas, y que a veces quedé ok la primera, también hay una relación de presupuesto, porque las series o películas que disponen de una mayor respaldo financiero, pueden hacer uso de todas las tomas que necesiten para mejorar la pavada más grande. Como una luz que me entró, un brillo de luz que te queda en el fondo (los cineastas lo llaman flair). O un cable que se vio, o una planta que pueda estar en otro lado. En el medio, el actor, que es el último orejón del tarro, aprovecha para ir corrigiendo sus cosas. Es que dan por sentado que el actor, sobre todo el actor argentino, tiene mucho oficio y entonces puede paliar una situación”.
“Por eso a veces los directores están más centrados en la planta y en el cable, que en el actor. Y cuando se acotan los presupuestos, una de las cosas que se acotan es la cantidad de tomas porque por ejemplo tienen una hora para llevar adelante esa escena. Y en esa escena, si demoraron 45 minutos en la luz, cuando rodé la escena, como quedó, quedó. Entonces el presupuesto va en detrimento de la calidad. Yo creo que siempre los actores siempre saltamos por encima de nuestras dificultades personales porque vamos a hacer un trabajo, y el trabajo hay que hacerlo. Es una realidad que no le pasa a los actores, les pasa a los repositores de gaseosas también. Más allá del problema que uno tenga, el trabajo lo tenemos que hacer. Pero es verdad que nosotros trabajamos con las emociones y con una percepción, un estado determinado donde tenemos que entrar muchas veces que es necesario generar. Me parece que muchas veces se despersonaliza el ser humano de lo que hay que hacer, y muchas veces se necesita de este tiempo y ese espacio que el director puede dar. Allí los tiempos y los presupuestos también corren porque pienso que yo estuve en una serie que una vez hubo un problema con un actor y decidieron esperar. Luego vino el productor y se fueron a tomar un café, charlaron y cuando volvió, se grabó muy bien”, puntualizó.
“Si hay una demanda desaforada eso no es posible hacerlo. Me gusta mucho lo que hace Marcos Carnevale, y creo que tiene mucha razón en eso de humanizarse, en general, en la vida hay que humanizarse. Sin dudas que mi papel en la serie de Luis Miguel (el mánager de Luis Miguel, Hugo López), pero especialmente me puso en valores en este país, curiosamente. Porque yo ya venía trabajando mucho en cine, de hecho en México me conocían por Relatos Salvajes. Para afuera yo ya estaba catapultado, incluso con otra película (La Mujer sin Cabeza, de Lucrecia Martel). En el mundo me conoció mucha gente porque la serie fue de un impacto impresionante, pero pasa eso que nadie es profeta en su tierra. Les pasa a los futbolistas como alguno que jugó en el Manchester, pero por ahí jugaba en Atlanta y era bárbaro”, finalizó.
Relatos Salvajes cumple 10 años: los secretos del rodaje, las anécdotas más llamativas y por qué cambió la vida de sus protagonistas
La película dirigida por Damián Szifron regresa a los cines tras cumplir una década. Con 4 millones de espectadores, se convirtió en el film más taquillero de la historia del cine nacional. La palabra de Oscar Martínez, Diego Gentile, María Marull y Walter Donado.
A diez años de su estreno, Relatos Salvajes se alza como “la película más vista del cine argentino”. Con ese título bajo el brazo, este fin de semana la obra vuelve a las salas para cautivar a nuevas generaciones que nunca la habían visto. Los jóvenes tendrán la oportunidad de disfrutar de un largometraje que ya se postula como un clásico de la cultura local. En este contexto y a modo de homenaje por su décimo aniversario, sus protagonistas confiaron los secretos del rodaje, las anécdotas más llamativas y destacaron cómo este trabajo cambió sus vidas y sus carreras.
El largometraje, dirigido por Damián Szifron, se convirtió en la película más taquillera de la historia del cine nacional, superando los 3.940.000 espectadores en salas. Y si bien este éxito se ve claramente reflejado en las calles, la película también conquistó a la crítica internacional, ganándose aplausos y ovaciones en el Festival de Cannes y la nominación al Premio Oscar como Mejor película extranjera en 2015. Además, entre sus múltiples reconocimientos fue galardonada con ocho Premios Platino, diez Premios Sur a nivel nacional, el Premio Bafta –como mejor película no inglesa– y el Premio Goya –como mejor película Iberoamericana–.
Destacada por su formato antológico, compuesto por seis cortometrajes que exploran estos temas, Relatos Salvajes revela “lo peor de la condición humana” a través de personajes cotidianos atrapados en situaciones extremas. Entre los protagonistas se encuentran reconocidos actores como: Ricardo Darín, Oscar Martínez, Diego Gentile, María Marull, Leonardo Sbaraglia, Julieta Zylberberg y Érica Rivas.
Uno de los relatos más impactantes fue el de Oscar Martínez, que se puso en la piel de un magnate que enfrenta una negociación oscura tras una tragedia familiar. En charla con este medio, la figura del cine argentino recordó cómo fue el momento en el que el director le propuso formar parte del proyecto: “Me llamó Damián, con quien yo tenía ganas de trabajar, pero no nos conocíamos. Cuando me entregó el guión me tiré de palomita. Me pareció extraordinario. En la experiencia del rodaje comprobé que Damián es un fenómeno, un director con todas las letras. Y él me ofreció, aunque nunca dije cuál, dos historias. Me dijo: ´Sos el único al que le voy a ofrecer dos historias para que elija´. Y elegí la que hice porque me impactó muchísimo”.
Además, Martínez habló del impacto que tuvo este rol en su carrera: “No sé si me cambió la vida, pero en un punto es verdad, porque yo filmaba, pero no con la misma frecuencia que después de Relatos. La última película (El nido vacío) la había hecho hacía siete años. En el interín, no filmé nada. Y eso que me fue muy bien, gané la Concha de Plata en San Sebastián como mejor actor con la película. Pero no era tenido en cuenta con la misma frecuencia con la que fui a partir de Relatos Salvajes. Desde ahí no he parado de hacer cine, sobre todo hasta el 2020. Hice cuatro películas en un año, que debe ser una especie de récord”.
En ese sentido, el artista recordó qué sintió la primera vez que vio la película completa: “La vimos terminada con Ricardo (Darín) y nos impactó muchísimo. Nos mirábamos diciendo: ´Wow´. Además, aquí ninguno había asistido al rodaje de otra historia, no sabíamos lo que habían hecho los demás. La película era una incógnita. Pero sí nos fue muy gratificante verla y a partir de ahí empezamos a confiar mucho en cómo iba a funcionar. Por supuesto que nadie podía prever el suceso descomunal que fue: batió todos los récords históricos”.
Otra de las historias más recordadas es la que interpretaron Leonardo Sbaraglia y Walter Donado, la cual relata una trágica pelea entre dos automovilistas en el norte argentino. “Se filmaba en cuanto amanecía. Antes de salir del hotel nos encontrábamos en una habitación con la gente de maquillaje y peinado y salíamos todos ensangrentados. La gente nos miraba y a Leo le gustaba eso. Cuando estábamos filmando en la ruta, entre corte y corte, la producción liberaba el paso para que fluyera el tránsito. Ahí me acuerdo que Leo me dijo: ´Vos tirate al costado y yo hago que la gente pase y nos vea. Nos va a servir, vamos a ser parte del accidente´. Y la gente pasaba y nos miraba sorprendida: dos tipos ensangrentados al costado de la ruta. Aunque había una movida de cine era como que no sabían que había pasado”, afirmó.
Como si fuera obra del destino, Donado asegura que al principio no quería ir al casting ya que se encontraba grabando una publicidad en el sur del país: “Me llamó un productor y me dijo que tenía un casting para mí. ´No, no voy a poder´, le contesté, pero me insistió. Llegué y me enteré que tenía que hacer un acting frente a un auto: había que putear y escupir. Cuando terminé, el productor me dijo que Damián quería verme y que tenía que afeitarme la barba. Yo no quería, siempre usé barba. Y cuando tuve la primera reunión con Damián me dijo: ´De acá a 15 días te llamo y te confirmo si quedaste o no´. Yo me enojé mucho con el productor que me había convocado y le reprochaba que me hubiera hecho afeitar la barba sin haber estado en la película. Salí de ahí, me subí a la moto, manejé unas cuadras, llegué al Obelisco y ya me estaba llamando para decirme: ´Bienvenido a Relatos Salvajes´”.
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