“Soy  muy vertiginosa para vivir, muy caótica, muy desorganizada. Llego tarde a todos los lugares y un poco sufro, pero todo ese sufrimiento me gusta transformarlo en algo humorístico, para que sirva para algo. Quiero que la gente que es como yo se sienta acompañada y los que no, que son organizados y disciplinados digan ´mirá que suerte esta vida que estoy llevando´. Sucede que siempre una, cuando hace algo por fuera del canon de lo que se espera, queda como la loca”, se autodefine la multifacética Dalia Gutman, en su visita a Radio Zonica.

“Poder darle un marco a eso explicando que no estamos locas, en realidad es lo que somos, porque todas somos eso. Y nos pasan un montón de cosas inentendibles. El otro día me agarró un llanto muy hormonal, y Seba (Wainraich) me preguntaba porque lloraba. ´No puedo entender cómo a esta altura de la relación me sigas preguntando por qué´, le dije. No hay una explicación clara de esa situación”, precisa.

Gutman detalla más a propósito de su itinerario: “Llego tarde a los lugares, es como un desborde de cosas porque me quiero ocupar de demasiadas cosas. Soy de mandar esos mensajes donde aviso que me voy a ocupar de las cosas. Termino saliendo de casa con 800 cambios de ropa, 30 bolsas y el mate. Soy controladora y me gusta que la cosa sea clara. A veces intento hacer un ejercicio y me digo ´Dalia, hoy no podes hacer esto´”.

“Es como que no tiene límite mi lista, no tengo un coto, pero a su vez estoy entrando en un puente donde me digo que tengo que ser así, me acepto y funciono bastante bien de esta manera. Me cuesta un poco pero me armo el ambiente para relajarse, con música de meditación. Aparte ya entré en esa etapa de la maternidad en donde ya tengo hijos que pueden gestionar el tema de la comida, por ejemplo”, concluyó.

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