DANIEL FILMUS: “Si uno toma lo peor de cada uno de estos gobiernos de ultraderecha está todo concentrado en Milei”.

Interes General junio 8, 2025

El ex ministro de Educación, Ciencia y Tecnología de la Nación, Daniel Filmus abordó la situación social en el país.

 

“Ayer el gobierno francés me condecoró por haber enfatizado mucho la relación con Francia en el marco de investigaciones científico-tecnológicas. Francia es el principal socio de Argentina en ciencia y tecnología. Es una alegría poder compartir ese reconocimiento que tiene que ver con que Francia, paradójicamente, es el país que está siendo sede de los emigrados científicos de los EE UU. Canadá y Francia, en este ataque que Trump está haciendo a la ciencia, son los países que abrieron las puertas. Y que nos abrieron las puertas a nosotros allá en La Noche de los Bastones Largos en 1966 y en la dictadura de 1976. Macrón y toda Europa le han dado la bienvenida a los científicos. Francia es para Argentina, desde el origen de la ciencia por el vínculo de nuestro país con el primer museo, que es francés. Desde su origen, Francia tiene una vinculación estrecha con la Argentina en la ciencia y es importantísimo que lo resaltemos”, explica el ex senador nacional Daniel Filmus, sobre la relevancia de la relación entre ambos países.

En torno al panorama político, el Director del Centro Iberoamericano de Investigación en Ciencia, Tecnología e Investigación, señala: “Lo real es que hace tiempo que advertíamos esta situación, no estábamos ante un ajuste más. Argentina está muy acostumbrada a las políticas pendulares; tenemos políticas de gobierno populares que justamente fomentan el desarrollo de la educación, la distribución del ingreso, la ciencia. Y después tenes políticas como fue la de Macri y el ajuste, pero dentro de esas políticas, lo que estábamos discutiendo era cuánto le íbamos a dar a la ciencia. Más o menos qué vinculación iba tener con el sector productivo, qué mirada iba tener respecto de la soberanía. En este caso estábamos seguros que no iba ser así porque la escuela económica austríaca o el anarcocapitalismo, como autodenomina Milei a su gobierno, lo que plantean es que directamente hay que eliminar la ciencia del presupuesto público. Hay que eliminar la educación, que tiene que ser privada en su naturaleza. Vos escuchás que si es pública es sólo para el adoctrinamiento entonces la educación tiene que ser del mercado y el que no la puede pagar, mala suerte. Entonces, en ese contexto veíamos un ataque que iba hacer diferente a los que históricamente estamos acostumbrados”.

“Realmente es importante que nos juntemos todos. Vengo siguiendo estos temas pero lo que tiene Milei es la concentración de lo peor de cada uno de los líderes de ultraderecha. Hablando de Trump, que es oscurantista, anti científico, puso en el ministerio de Salud a un Robert Kennedy Jr que es anti vacunas. A eso le sumamos los países que tienen ministros terraplanistas. Lo que pasa es que Trump defiende la industria nacional. Vos ves a Hungría y recuerdo el Encuentro Mundial de Ciencia, donde estuve como invitado, y lo abrió su presidente. Sucede que sobre esos temas, ellos ni los discuten porque saben que ahí se define buena parte del futuro del país. Ahora si uno toma lo peor de cada uno de estos gobiernos de ultraderecha está todo concentrado en Milei, a tal punto que si uno toma un punto que me parece importantísimo destacar. En cierta parte del empresariado argentino hay un espíritu suicida. Es un búmeran esto de apoyar a un gobierno que es aparentemente neo liberal en algunos aspectos en el tema impositivo donde libera a los más poderosos para castigar a los más humildes. Por el otro lado no le dan los elementos básicos y fundamentales que necesitan las empresas para poder crecer y desarrollarse. Un elemento para los que trabajan para el mercado interno es nuevamente abrir las importaciones, entonces el sector agropecuario que por un lado estaba contento porque había mejorado el valor del dólar, por el otro lado le toca competir con las peras chinas, y con productos de Brasil, Uruguay o Chile”, precisa Filmus.

Por último subrayó que hay “productos que llegan en un dólar artificialmente barato como es el de nuestro país a precios convenientes. Entonces, hasta sectores empresariales que ven con cierta simpatía que el Estado se reduzca están propiciando un efecto búmeran para ellos porque este Gobierno va terminar como en los 90, pero mucho más grave destruyendo absolutamente el Estado. El apoyo a Milei es para analizarlo sociológicamente, con profundidad… qué características tuvo que tener la sociedad argentina como para permitir esto, yo creo que no adhiriendo a las políticas de Milei sino cansada de políticas que no le estaban dando respuesta a sus necesidades. Porque no es que la sociedad argentina está de acuerdo con el tráfico de órganos y la venta de chicos, y que la educación no sea obligatoria, y que hay que sacar la universidad pública, y castigar a los discapacitados… Porque como decía uno el otro día ‘¿Qué culpa tengo yo que tu hijo sea discapacitado?’. Estoy hablando del liberalismo más absoluto es el que plantea que el Estado está para eso. Pero el Estado es lo que permite que la sociedad viva integrada, es lo que representa al bien común. Cuando uno discute la educación pública no está discutiendo con Lenin y Fidel Castro. En realidad está discutiendo con Roca; en 1884 cuando se aprueba la ley en 1420 incluso hasta Roca rompe con la iglesia durante esos años que el país deja de tener relaciones con el Vaticano por el matrimonio civil y por la educación pública. Eso era liberalismo. Esto que estamos viviendo ahora no tiene que ver con eso sino con romper las normas básicas para que la gente viva integrada”.

Cabe destacar que en octubre de 2024 Daniel Filmus había anticipado: “Está en juego la educación de todo el país”
El exministro de Ciencia, Tecnología e Innovación, afirmó que el desfinanciamiento universitario es parte del dogma al que adhiere Milei, la teoría económica austríaca. “Para esta perspectiva, el mercado es el que tiene que manejar la ciencia y la educación”.

En el día de la segunda marcha federal en defensa de la educación pública, Daniel Filmus mostró preocupación por el presupuesto para educación que implicaría el veto a la Ley de Financiamiento Educativo. El exministro también observó que el Gobierno dice querer asemejarse a países como Irlanda o Israel, pero implementa políticas opuestas: “Hacen inversiones en ciencia y en educación, lo que es contradictorio”. “No hay posibilidad de desarrollo solamente con producción primaria”, analizó.

Daniel Filmus es sociólogo y educador. Entre 2021 y 2023, fue ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación. Anteriormente, fue secretario de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur; diputado nacional; senador nacional y parlamentario del Mercosur.

¿El Gobierno está encontrando un tope al avance de sus políticas en la comunidad universitaria?
No sé si solamente en la comunidad universitaria, porque toda la sociedad sale en defensa de la universidad, de la ciencia y de la educación.

No hay que olvidarse que en el presupuesto del próximo año, junto con el ajuste que ya se está practicando, implica por primera vez la suspensión de la ley de Enseñanza Técnica, que es el 0,2% del presupuesto nacional, y la eliminación de ley de Financiamiento Educativo, que en un 0,3% del PBI, y de la ley de Financiamiento a la Ciencia y Tecnología, que es el 1% del PBI.

El Gobierno le pide a los parlamentarios, que votaron en unanimidad esas leyes, que las elimine. No sólo está en juego la universidad, sino que como vimos con el corte de financiamiento al Fondo Nacional de Incentivo Salarial, está en juego la educación de todo el país.
¿Se está produciendo un vaciamiento de científicos o docentes que, en este contexto, empiezan a mirar hacia afuera?

Sí. Vuelve un proceso que creíamos que había finalizado en Argentina. Recordemos que lo que se llamó La noche de los bastones largos generó que más de 1.300 científicos salieran de la universidad en un día y se fueran del país. El último premio Nobel argentino, de Milstein, no lo ganó trabajando en nuestro país, lo ganó trabajando en Londres. Él se fue en disconformidad con los golpes de Estado y los movimientos autoritarios de aquel momento.

Para que tengan una idea, formar un científico no cuesta menos de 100.000 dólares. Estamos hablando de 12 años de trabajo, no sólo para la carrera de grado, sino para el posgrado, el doctorado y el posdoctorado. El salario de un científico es uno globalizado, y la Argentina tiene una excelente tradición y vemos muchos argentinos trabajando en muchos países.

Habíamos iniciado el programa Raíces, que nos permitió recuperar 1700 científicos argentinos del exterior. Ahora, lo que uno ve en todos los laboratorios del CONICET y de universidades, es que los más jóvenes están buscando irse y que los que tienen mayor trayectoria, están siendo tentados por institutos de investigación de los países centrales.

El Presidente anunció un ajuste importante durante la presentación del presupuesto 2025 para las provincias, y les planteó que se hagan cargo de algunas cuestiones que hoy financia Nación. No nombró a las universidades, pero algunas voces oficiales deslizaron que las provincias se hagan cargo de sus universidades. ¿Hay una apuesta más fuerte de ajustar a este sector?

Sí, por supuesto que sí, pero yo iría más allá porque no es sólo una política de ajuste. El periodista Ricardo Braginski plantea que el costo de lo que está pidiendo la universidad es el 0,14% del PBI, y el Congreso está votando un 3.7% en exenciones impositivas del año que viene. No se trata sólo de una cuestión de plata. Se trata de una decisión, que tienen desde una perspectiva dogmática y doctrinaria, de que el Estado no tiene que financiar la ciencia ni la universidad.

Cuando uno lee los clásicos de la economía austríaca, ellos plantean decididamente que la educación no tiene que ser obligatoria. Recordemos a Benegas Lynch diciendo que si un padre quiere mandar a su hijo al taller, ¿por qué no lo va a hacer?

Es verdad que se utiliza como un argumento para el ajuste, pero de fondo, para esta perspectiva, el mercado es el que tiene que manejar la ciencia y la educación. Es interesante porque, al mismo tiempo, Milei nos muestra países como los que él quiere ser, como Irlanda, Alemania o Israel, que son países que no tienen materia prima. Estos países tienen inversiones en ciencia y en educación, lo que es contradictorio, y no hay posibilidad de desarrollo solamente con producción primaria.

Entonces, la alternativa legislativa de resistir el veto se vuelve una instancia todavía más importante.

Sin lugar a dudas, porque no existe en la historia argentina un proyecto de presupuesto, como el del año que viene, que dice que se suspenden leyes que fueron votadas por unanimidad. Sobre estos temas, ya hay un acuerdo, que es que la educación, la ciencia y la tecnología tienen que ser políticas de Estado y jugar un papel central.
En primer lugar, esta idea de que las universidades pasen a estar a cargo de las provincias es anticonstitucional. En segundo lugar, recordemos que en los noventa, buena parte de la destrucción del sistema educativo tuvo que ver con que, en el año 92 se enviaron todos los servicios educativos nacionales a las provincias sin ningún recurso. Ahí se desmembró el sistema, hasta el punto en que los sistemas de CABA y provincia eran distintos.

La polémica por la política del Gobierno con Malvinas
¿Es riesgosa la política que está teniendo el Gobierno respecto a Malvinas?

Sí, y sin lugar a dudas retrotrae la política al punto de algo que había sido dejado de lado, que era el comunicado en conjunto Foradori-Duncan, porque iba en contra de los intereses nacionales. Argentina no puede dar más libertades para que pesque en nuestro territorio a un usurpador, que así lo considera la Constitución. Si el territorio es nuestro, no podemos facilitar la explotación económica de ese lugar.

Tampoco podemos colocar al mismo nivel, en el que estamos discutiendo una cuestión económica, la identificación de los soldados. No se puede colocar como un intercambio en donde hago favores económicos para identificar soldados porque es una causa humanitaria básica. En el mundo no existen situaciones de posguerra en donde no se permita la identificación de soldados. Además, es una falta de respeto a quienes combatieron.

 

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