“Hace más de 50 años llegó con un grupo de artistas a Buenos Aires. “Hemos luchado acá por un poco de ecuanimidad en el trato. La vida me ha llevado a tener que ser, entre todo el grupo que somos, el que tuvo que prepararse y capacitarse. Fui a la UBA y logré llegar a ser abogado y trabajar en pos de todos estos derechos. Fue una vida muy sacrificada en la Ciudad, y siempre con el mote de ser del interior. Fue duro en general adaptarse aquí, desde el aspecto artístico, en lo social, en lo cultural. Pero somos Coyas, somos norteños. Somos gente que siempre tiene una pausa antes de cualquier cosa. La lucha que llevamos ha sido muy dura porque hemos tratado de visibilizar que en nuestro país existe gente que realmente tiene hambre, que vive en estado de extrema pobreza”, grafica el Presidente del Consejo Nacional de Políticas Indígenas, Daniel Segovia, en torno a la coyuntura que atraviesa la comunidad Wichí.

En esa línea de pensamiento, agrega: “Viven en un estado actual de extrema vulnerabilidad, no tienen la posibilidad de buscar qué comer o dónde buscar algo para comer. O buscar una changa. Sin luz y sin agua todo el tiempo. No tienen acceso a ninguna ruta, a un servicio como cualquier otra comunidad urbana. Ellos viven en estado comunitario, eso es una comunidad indígena, que capitaliza la caza y la pesca. Ellos son los Wichís, que están en la localidad de Santa Victoria Este, Salta; un pueblo compuesto por 5 pueblitos pequeños”.

“A su vez, están conformadas por cerca de 45 mil indígenas con documento argentino, que están abandonados por nuestro país. Son los que no pueden marchar, los que no pueden estar en una protesta, no pueden acampar. Son las generaciones que aguantan día y noche situaciones de abandono y de desidia por parte de los gobiernos. Ellos conformaron en los últimos 10 años el grueso de una población en la Provincia de Salta que abarcó allí en el departamento de Rivadavia, que suma 168 mil personas”, afirma el abogado Segovia.

“Hoy, gracias a tanto trabajo en conjunto, hemos logrado de alguna manera capacitarlos respetando su cultura y sus orígenes. Hemos conocido que ellos no dominan el español. Hay que decirle ésto a la ciudadanía de Buenos Aires, no en Bolivia, ni en Chile o Paraguay. Tenemos 45 mil ciudadanos que no dominan el español, que hablan wichí, chorote y chulupí. Las tres descendencias que hoy continúan continúan manteniendo su acervo cultural”, concluyó.

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