Daniel Silva: “Lo que sucedió en esos días fue una convocatoria forzada por el Virrey”.

Política mayo 22, 2023

Luis Corradi y Daniel Silva, especialistas en Vexilología y Heráldica, junto con Jésica Dzembrowsk , Gerente del Salón de las Banderas, estuvieron en "El Arranque".

“Todas las banderas que se ven flameando en los espacios verdes fueron confeccionadas en nuestro taller. El salón donde fueron confeccionadas data de 1946 por lo que tiene mucha historia y se van reestructurando en los espacios físicos en cada gobierno. Lo bueno es que tuvimos la posibilidad de hacer un nuevo salón de banderas, donde recibimos a instituciones, autoridades, vecinos y vecinas. Brindamos dos veces por semana charlas a escuelas. Son chicos de cuarto grado que como hacen la promesa a la bandera, quieren saber más sobre su símbolo”, explicó Dzembrowski.

“La bandera argentina más grande que flamea en este momento es la de Plaza de Mayo, que es de 10 de ancho por 15 metros de largo. Sólo la faja blanca, que es el paño del medio, tiene un ancho de 3 metros, que es la altura de una pared”, añadió.

A propósito de ciertos mitos que giran en torno a éstas fechas patrias, Silva destacó: “Supuestamente el clima era muy parecido, tengan en cuenta que la Ciudad de Buenos Aires en su momento cada factor climático provocaba problemas porque se inundaba, era muy difícil transitar. Hay una idea de esos días signados por la lluvia y que salía el sol, ese sol del 25 que venía asomando. En realidad lo que sucedió en esos días fue una convocatoria que fue forzada por el Virrey, quien estaba bajo presión porque como señala la historia que España estaba invadida y el Rey Fernando VII estaba preso. Entonces el Virrey no tenía sustento para recibir ese poder desde Europa. Y los criollos querían hacer valer su condición”, destaca Silva.

Por su lado, Corradi remarcó que “en cuanto a la distribución de las escarapelas lo que hubo fue una distinción entre los revolucionarios de la época que querían distinguirse entre el resto del pueblo. Recordemos que el pueblo eran considerados aquellos ‘leídos’. Que eran muy pocos. Y French y Berutti buscaban que hubiera más revolucionarios a la par de ellos. Lo que se entregaban eran distintivos de color blanco, rojo y en algunos casos con la cara de Fernando VII. Una especie de máscara del Rey donde se estaba proyectando la futura independencia”.