Eduardo Amadeo: “Además de la felicidad de asumir, vamos a llegar con el país descalzo”.
Política julio 26, 2023El economista y parte del equipo de Patricia Bullrich en Juntos por el Cambio, expuso sus propuestas y el optimismo con miras electorales, en “El Arranque”.
Eduardo Amadeo, ex diputado Nacional y actualmente componente del equipo que lidera la precandidata presidencial Patricia Bullrich, dejó entrever las expectativas de cara a las elecciones venideras: “Estamos muy bien en varios campos. Efectivamente tenemos 22 equipos de todas las cosas que se te ocurran: Salud, Educación, Estructura, Energía, Economía… porque tenemos que llegar al 10 de diciembre con el paquete listo para presentarlo al Congreso. Es vital porque sabemos que el 10 de diciembre va a ser un día muy difícil. Además de la felicidad vamos a llegar con el país descalzo. Entonces tenemos que tener un plan de gobierno en todos los campos. Y en tres días vamos a tratar de aprobar todas las leyes porque el país tiene un grave problema con la falta de futuro. No sabemos qué va a pasar mañana, por eso queremos armar un nuevo escenario donde la gente diga vamos a poder tener un futuro”.
Además, el ex diplomático se refirió a la coyuntura que atraviesa uno de los ítems que es punta de lanza en la campaña: “Es vital para nosotros poner el ojo en la educación porque se necesita un mensaje clarísimo sobre lo que queremos. En el tema judicial y en el area laboral tambien, porque hay diez millones de personas que tienen trabajo en negro que es una suerte de esclavitud. Necesitamos que todos los empresarios de todos los tamaños tomen gente y la pongan en blanco y formen parte de la empresa. Estamos configurando el proyecto que se trata del primer empleo. El otro día tuve un pequeño choque y tuve que llevar el auto al chapista, y el chapista estaba en uno de sus peores días porque decía que los pibes entran y se van, y reafirmaba que no podía tener un día un pibe distinto. Sucede que tiene miedo de tomar gente en blanco por el tema de los juicios. Y eso hay que cambiarlo si o si, pero no para sacarles derechos a la gente pero sí para que los juicios sean normales. Este chico hacía la cuenta y tuvo que pagar prácticamente un auto para solventar un juicio insólito que le hicieron. Eso hay que cambiarlo. Segundo, el tema de la capacitación. Estamos armando un proyecto para el primer empleo, que respete la realidad de por ejemplo, el pibe de la aplicación de las bicicleta que no quiere tener un contrato como el de alguien que está trabajando en Ford, entonces es bueno pensar en contratos flexibles que le permitan entrar y salir sin que haya peligros de juicios, y que le de al pibe una mínima seguridad”.
“Se trata del contrato casual que habitualmente se utiliza en Australia. Es necesario el contrato flexible porque sino es todo o nada. Entras y me hace sun juicio o sino estas en negro. El contrato casual genera esto de llamarme cuando me necesitas y yo no pierdo derechos. Como se da en el ámbito digital proponemos que sea posible estar en una categoría en formato de híbrido”, remarcó Amadeo.
En esa línea, el productor agropecuario señaló que “el tema de la educación revela un drama terrible medido por la cantidad de pibes que no terminan el ciclo lectivo, y también por cómo terminan. Yo tengo una tarea social en un barrio muy pobre de Pacheco y cuando nos juntamos los organizadores, hablamos de cómo vemos a los chicos. Los pibes que están en sexto grado escriben y no se pueden leer a sí mismos. Es un drama espantoso. Ante eso, Patricia propone una gran acuerdo nacional basado en 190 días de clase durante 12 años. No 140 o 130, 190 días. Y tenemos que garantizar que los pibes terminen todo el colegio, como cuando éramos jóvenes. Además, tenemos la iniciativa de un fuertísimo programa de capacitación para los docentes, para que enseñen nuevos temas que tengan que ver con lo digital. Ya no es posible seguir enseñando como aprendíamos nosotros, porque es otro mundo”.
“También es precisa una reforma respecto de los derechos de la huelga sin límites. Ayer tuve una dura discusión con una radio kirchnerista y les decía que ellos, como nacionales y populares, deben tener como prioridad los pibes. Cómo no se criticó a Baradel cuando hizo una huelga nacional por algo que había pasado en Jujuy. Y los pibes, ¿Y las mamás que se tuvieron que quedar con los más chicos? Ese pibe que perdió el día de clase es el reflejo de que los chicos son lo menos importante. Hay una idea de declarar a la educación como servicio esencial y ponerle límites a las huelgas. Es decir, las huelgas tienen que tener una razón. Vos podes tener razón cuando el trabajador tiene una cuestión laboral, ahora, no es aceptable la huelga por cuestiones políticas, y sobre todo con los pibes”, explicó Amadeo.
Por último, reflexionó: “Me voy a poner en Peronista, que es mi origen, ¿Cómo es posible que las mayorías estén perjudicadas de ese modo por las minorías? Ayer les decía a los de la radio oficialista, ‘vos que te decís peronista progresista, deberías tener un cartel que diga que los únicos privilegiados son los niños’. Una pequeña anécdota. Yo vivo en un barrio cerrado y el 25 de mayo le dije a mi señora para comer locro, pero para que no cocine propuse pedir en un lugar de Pacheco. Llamé al mediodía y me dijeron que el pibe ya llegaba. Pasó más de una hora y el locro no llegaba. Entonces llamé y la persona se lamenta y me dice ‘otra vez’. Sucede que los pibes se pierden en las calles. O sea, poder manejar un planito para nosotros es natural. Pero hay pibes que no lo pueden manejar porque no han tenido una formación elemental en su cabeza. Y esto uno lo conversa con los empresarios de cualquier tamaño. Los pibes vienen sin herramientas para el trabajo”.
-El populismo ha instalado en la Argentina una visión, una razón de ser del Estado que no admite fisuras: el Estado es un valor en sí mismo; un actor esencial de la vida comunitaria, cuya sola existencia es necesaria para sostener múltiples virtudes trascendentes, entre ellas, los derechos humanos más básicos que aseguran la justicia social, compensar la vocación egoísta de los más ricos y promover un desarrollo equilibrado en todos los campos. Es tal su importancia política que, en el catecismo populista, el Estado tiene sobre todo un valor simbólico ideológico: cualquier cosa que haga representa los valores progresistas, y no tiene obligación de rendir cuentas.
-El daño que ha producido esta visión y su ejecución concreta para nuestra sociedad ha sido estructural, excediendo los efectos económicos coyunturales para impactar en temas básicos de la organización social. Baste considerar el nivel de atraso y pobreza que ha generado la supresión, en la acción del Estado, de conceptos críticos para la acción de los bienes públicos, como estabilidad, inversión, calidad y productividad, que no solo no figuran en el vocabulario kirchnerista, sino que han sido específicamente excluidos de los fundamentos e incentivos del gasto estatal con los resultados que conocemos.
-En la lista de fracasos, debemos agregar que una de las funciones principales del Estado es compensar las faltas de oportunidades de los más débiles, brindándoles acceso a recursos, pero sobre todo a derechos. La falta de criterios objetivos de eficacia y la politización de los temas críticos, como educación, trabajo de calidad, salud, etcétera, se integra con una compleja trama de corporaciones que se promocionan como los ejecutores de su rol protector; pero la evidencia concreta es que tales corporaciones han priorizado sus privilegios por encima del papel promotor para el que se supone existen. De tal modo, el Estado se convierte en un ente aislado del resto de la sociedad, en lugar de garantizar la prestación de servicios que es la razón de su existencia. El resultado es que no solo no hay una mejora directa en la situación de los más pobres, sino que se ha profundizado la inequidad.
-Para el populismo, la respuesta a la sociedad dual que ha generado son las transferencias de dinero, que obviamente se convierten en herramientas de la política partidaria. Pero –además de su vicio ético– ya no alcanzan para asegurar un futuro a las personas más pobres. Si vemos los resultados, pareciera a veces que una sociedad dual es funcional a la construcción de la alternativa populista, porque en una sociedad homogénea hay menos razones para mantener la protesta y el conflicto de clases.
-El Estado también ha fracasado en su responsabilidad de promoción del desarrollo a través de la definición de prioridades, incentivos e infraestructura, contribuyendo de tal manera al empobrecimiento general de la sociedad. La inexistencia de una visión ordenada del largo plazo y de las interacciones entre estas dimensiones ha hecho que –sumada a otros intereses corporativos políticos y privados– la Argentina no cuente con una perspectiva estructural del desarrollo que promueva escenarios virtuosos para el crecimiento complejo. Ha fracasado también en el diseño e implementación de políticas de desarrollo científico y promoción de la innovación; y claramente no está en condiciones de ser gestor de un modelo alternativo en el que se priorice una dinámica de desarrollo local basado en las redes, las interacciones y en general en cualquier política que exija planificación, complejidad y capacidad de control y corrección.
-Para cambiar esta situación es ya obvio que la salida sustentable de largo plazo exige equilibrio fiscal. No solamente no tenemos más acceso a fuentes de financiamiento que permitan sostener este nivel de despilfarro, sino que ordenar el gasto será una señal de la capacidad política del gobierno para asegurar estabilidad –y por tanto crecimiento– en el largo plazo. Pero la acción tiene que ser mucho más profunda. Para que el cambio sea definitivo, debemos comenzar instalando con fuerza una discusión acerca de la razón de ser del Estado y los principios que deben guiarlo, de modo de romper con ideas que se suponen intocables y que justifican las decisiones políticas que por décadas ha logrado imponer el populismo. Y hacerlo, de modo que esta mirada alternativa se instale en la opinión pública como una opción ética de la política, poniendo en el centro del discurso alternativo el desarrollo integral, la incorporación de los más pobres a la vida comunitaria, la igualación de las oportunidades y el acceso a las herramientas imprescindibles para ello. No hay ninguna razón para que quienes son los principales responsables del desastre social que vivimos se queden con este espacio discursivo y operativo. La diferencia es que el populismo habla, pero hace lo contrario. Y debemos decirlo y hacer, comenzando por cuestionar que el Estado sea un valor en sí mismo, más allá de los resultados que logre; plantear claramente que los derechos de los ciudadanos –en especial los más débiles– son más importantes que los de las burocracias; instalar la rendición sistemática de cuentas como un deber irrenunciable de cualquier gasto público. Se trata de instalar una cultura alternativa a la que ha dominado nuestra Argentina por décadas con pésimos resultados económicos y sociales.