Viernes 26 de Julio de 2024 - 11:31 pm

Emiliano Dionisi: “Me gusta ocupar el teatro en todos los ámbitos”.

Espectáculos julio 6, 2023

El actor y dramaturgo Emiliano Dionisi pasó por “El Arranque” y compartió sus vivencias a propósito de su obra teatral “El Brote”.

El director Emiliano Dionisi reflejó en palabras la actualidad de sus trabajos: “En el Brote tengo la posibilidad de trabajar con un actor estupendo como lo es Roberto Peloni, con quien habíamos tenido una experiencia muy linda. Primero yo lo había dirigido en una versión del Cyrano en el Cervantes, después en otra versión que nos atrevimos hacer con la compañía (Huesito Caracú) en el Picadero. Las dos experiencias fueron muy ricas y él es un actor tan extraordinario, una persona tan encantadora. La verdad es que estabamos buscandole la vuelta para volver a encontrarnos con algún proyecto. Él me había ofrecido un material que estaba muy bien pero que había que adaptarlo mucho.Y en base a la propuesta de Roberto y a la de Sebastian Ezcurra (productor) me senté a escribir”.

“El Brote es la historia de un autor, de una compañía de repertorio argentina, al que le tocan siempre los personajes más chiquitos y los de relleno. Pero el siente que está para más, que está insatisfecho con el lugar que tiene porque siente que está mucho más capacitado que sus compañeros. Se va narrando un poco cómo transita ese estado de insatisfacción a partir de cómo transita eso y va perdiendo noción de lo que es realidad, de lo que es ficción, de lo que son los personajes, de lo que es él. Para que se devore una vorágine teatral”, destacó el ganador de premios ACE, Florencio Sánchez, Maria Guerrero y Estrella de Mar entre otros.

Dionisi, actor, guionista, docente, dramaturgo, actor, señaló a propósito de “La Cápsula”: “Me gusta ocupar el teatro en todos los ámbitos porque yo crecí básicamente siendo actor y a la dramaturgia llegué casi por casualidad porque quería dirigir y empecé a escribir. Lo que pasa es que ahora el director y el dramaturgo me ha tomado mucho estos últimos años pero siempre intento actuar porque me apasiona. Además porque sigo creciendo y sigo buscando desafíos. Pasa que como escribo y dirijo mucho me llaman poco para actuar porque vos tenes que estar actuando si queres que te llamen, es una realidad. No tengo muchas propuestas como actor”.

“Haciendo una escala en Madrid donde fui a visitar a unos amigos me comentaron que estaban haciendo una obra llamada La Cápsula y que les estaba yendo muy bien.Y querían hacer la versión argentina conmigo. Me puse muy contento. La leí. Es un texto demoledor porque es la relación de un hijo con los recuerdos de una infancia, de un padre. Se va desarmando una casa y van apareciendo imágenes sobre la despedida. Sobre los lugares más luminosos y los lugares más oscuros y crispados”, precisó el dramaturgo, cuyos espectáculos se representaron en el Teatro San Martín, en el Picadero, en el Nacional Cervantes, en el Cultural Recoleta.

En ese sentido, Dionisi reveló que “los artistas tenemos que ser esponjas de todo lo que nos rodea, y no solo de lo artístico. Sino también hablar de lo que nos está sucediendo, por eso son tan lindas las obras que sobreviven al paso de los años porque dejan una huella muy fuerte y porque pueden dejar una marca indeleble en su tiempo. Somos una especie de herederos de nuestro tiempo. En ese sentido me sirvo de dramaturgos argentinos como Mauricio Kartun, el teatro danza, las cosas internacionales. Tenemos la suerte de viajar mucho con la compañía y donde estemos, vamos a ver algo de teatro, a las grandes capitales o a cualquier pueblito porque el teatro aparece en cada rinconcito. Lo que más inspira es el deseo de conocer, de escuchar nuevas voces, de escuchar poesías distintas, de escuchar nuestras historias, que el teatro quiere contar”.

De cara a las vacaciones de invierno apuntó: “Estamos a full. Siempre digo que en julio y en julio nos preparamos para las vacaciones de infierno que nos encantan pero que amerita un gran esfuerzo. La compañía criolla está con dos vértices: Estoy en el Centro de Experimentación del Teatro Colón donde vamos hacer 12 funciones de Este no es un Cuento silvestre, que es una obra que me invitaron a escribir y a dirigir. Y tengo la suerte de tener intérpretes del Institutos de Formación Superior del Teatro Colón. Con una orquesta, cantantes líricos y bailarines. Es un espacio muy interesante porque está ubicado en los sótanos del Colón”.

“Y después estoy en el Teatro Nacional con el show de Diego Topa que es un cantante estupendo para los pibes. Yo le digo que es el Madonna de los chicos. Y que tuve la suerte que me hayan dado rienda suelta a la imaginación en este espectáculo. Agradecido a Ramiro Delgado y a Andrea Lovera cuyos roles son tremendos. Un equipo de primera donde me estoy dando un montón de lujos. Va ser un megashow muy hermoso”, concluyó.

Emiliano Dionisi presenta El Brote y La Cápsula en el Teatro del Pueblo, Lavalle 3636, CABA.

“El brote”: cuando el teatro vuelve sobre sí mismo y se construye como tema de ficción

En diálogo con el autor Emiliano Dionisi, que estrena con Roberto Peloni (ambos hicieron juntos el exitoso “Cyrano de más acá”, en el Cervantes) una nueva producción cuyo héroe adquiere ribetes quijotescos.

 

“Es un ejercicio de imaginación sobre un hombre muy apasionado por el teatro y por los textos clásicos del teatro universal al que se le desdibujan los límites entre la ficción y la realidad”, dice Emiliano Dionisi sobre el protagonista quijotesco de su obra,”El brote”, con la que vuelve a trabajar junto a Roberto Peloni luego de “Cyrano de más acá” en el Cervantes, “Huesito Caracú” y “Mientras tanto” en El Picadero. El unipersonal que escribió y dirige Dionisi debuta el lunes próximo en el nuevo Teatro del Pueblo, Lavalle 3636, a las 21. Dialogamos con Dionisi.

Periodista: El unipersonal gira en torno al mundo del teatro, los actores, los ensayos, las obras y sus personajes. ¿Es autobiográfico?

Emiliano Dionisi: No, tiene zonas que conozco pero hay un ejercicio del dramaturgo de ponerse en el lugar del personaje y en este caso explorar sobre qué pasaría si pierde la cabeza. Aparecen distintas cuestiones que le ocurren en su vida cotidiana y lo llevan a que se difuminen los espacios privados y los de su trabajo.

P.: ¿Cuál fue el origen de esta obra?

E.D.: Con Roberto Peloni empezamos a buscar materiales pero no encontrábamos nada que nos cerrara y eso era un problema, porque si nos metíamos, tenía que ser algo que nos entusiasmara. Le propuse hacer algo que nunca había hecho, que fue escribir una escena para ensayarla y luego seguir escribiendo a partir de ahí. Cuando escribí la primera escena de la obra me entusiasmó tanto que le pedí unos días más y escribí otra, y le pedí más días y escribí otra, y así. Terminé escribiendo toda la obra de un tirón.

P.: ¿Qué temas trata además de lo específico del teatro?

E.D.: De las relaciones humanas más allá de los ámbitos específicos de trabajo. Esta historia se puede trasladar a cualquier parte. Habla de cómo ciertas frustraciones de nuestra vida cotidiana pueden hacernos perder el eje y dejarnos llevar por los peores impulsos.

P.: Dice que se transforma en algo universal pero no deja de estar circunscripto al mundillo del teatro. ¿Eso no lo vuelve sólo para teatreros?

E.D.: Es un riesgo que corremos siempre que la obra no sea algo más costumbrista. Cualquier universo más específico puede no ser para un público muy amplio. Pero lo que en realidad importa es la emoción del personaje protagónico. Esa es la carne de nuestro espectáculo, lo que le pasa con sus sensaciones, sus deseos, sus miedos, ahí es imposible no encontrar un asidero.

P.: ¿Cómo trabajó la puesta del unipersonal?

E.D.: Trabajar con tiempo nos ayudó mucho, no pusimos fecha de estreno y nos propusimos ver qué necesitábamos. Fue muy experimental, Roberto siempre cayó con la letra sabida y de ahí a poner el cuerpo para encontrar a quién le habla, de qué manera, cuál es el recorrido, dónde está en cada momento del relato y después empezamos a abrir ensayos con amigos para ver devoluciones. El año pasado hicimos algunos work in progress donde la gente veía un ensayo abierto, algo muy interesante porque podíamos frenar, hacer correcciones en vivo y la gente que no suele tener acceso a esos vericuetos del material lo recibía muy bien. Con esta experiencia terminamos de delinear la duración, cierta estructura y unas escenas que estaban en duda. Es la primera vez que hago eso antes de un estreno, lo que lleva al debut con una seguridad y la confianza de haber probado todo, además de las dosis de humor y brutalidad.

P.: Al verla terminada, ¿le sorprendió algo que usted mismo escribió y no había detectado al principio?

E.D.: Tengo muy presente a Kartun, que dice que las obras son más inteligentes que sus autores y eso es una reflexión que la propia obra hace. El protagonista siente que lo dejan afuera de un montón de cosas y le niegan cosas que se merece, entonces después de muchas peripecias busca empujar, tomar las riendas, ser el protagonista y advierte que su vida corre peligro y empieza a destruirse del todo.

P.: ¿Cómo ve la escena teatral para este año?

E.D.: Pujante, con muchos estrenos, mucha gente haciendo y me encantan estos materiales del independiente que terminan saltando al comercial para que llegue a otros públicos. Que se nutran los circuitos es muy valioso para darle posibilidades a los materiales y a la gente que los vea. Es un año de elecciones donde el público estará un poco distraído por la cantidad de estímulos que va a recibir pero el teatro puede ser un buen refugio para volver a encontrarnos.

La Cápsula, la obra que reflexiona sobre los vínculos entre padres e hijos

Fue en 2017 cuando el dramaturgo y director español Diego Casado Rubio tuvo una idea que le encendía las ganas: hablar de los vínculos filiales. Y así, después de varios borradores y de corregir más de una vez el texto, finalmente en 2021 estrenó La Cápsula en España. “Es una de las obras de teatro que más tiempo me llevó escribir. No en cuanto al tiempo, sino por la reescritura. Es la que más traté de perfeccionar. Siempre me gustó pensarla como un corazón latiendo, que va in crescendo y no te suelta”.

“Quería hablar de los vínculos entre los padres y los hijos: qué pasa cuando nuestros padres se hacen mayores y los hijos nos empezamos a convertir un poco en padres de nuestros propios padres; cómo es eso del desapego; cómo son los recuerdos, la herencia, lo que nos dejan y lo que recordamos”, contó.

Como admira a los cuentacuentos y siempre le fascinaron sus historias y cómo se transmiten de generación a generación, quiso crear una que se asimilara a aquellas y que perdure en el tiempo. “Si se pierde el valor de la palabra y de los cuentos, se pierde la historia, nuestra propia historia, de dónde venimos, que debería ser el hacía dónde vamos -admitió-. Me gusta que esta sea una historia mágica, emocional y un viaje. La defino como un viaje unipersonal”.

Y no la define así porque en escena solamente hay un actor, sino porque cada espectador la transita desde sus propias vivencias. “Me gusta mucho el concepto de viaje, no solo porque la puesta que pensé está llena de valijas, sino porque cuando uno viaja siempre tiene que llevarse algo. Uno viaja buscando algo, ya sea disfrute, descanso, diversión… Y por ahí, encuentra algo y también deja algo. Me gusta este concepto de los viajes como renovación y en la obra hay una propuesta muy clara”, indicó.

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