Viernes 27 de Diciembre de 2024 - 11:32 am

Fabián Rubino: “La verdad es que somos periodistas, estamos en la calle y tenemos que darlo todo”

Sociedad diciembre 20, 2024

El periodista Fabián Rubino, conversó con "El Show de Gerard" (Viernes 18 hs por Radio Zonica) sobre los avatares del oficio periodístico.

“Son importantes todos los momentos y difíciles hubo muchos. Cualquier movilización representa un riesgo, cualquier concentración es peligrosa, no puedo especificar una porque me estaría olvidando de muchas. Son circunstancias de la calle que realmente nos apasiona pero que es un peligro constante. La realidad es que somos la primera avanzada, le ponemos el pecho a las noticias, sino nos ponemos como empleados administrativos y a otra cosa. A veces pasa que son rachas, agarras todas las piedras y los palos, son cosas fortuitas que lamentablemente a veces pasan. A veces me tocan más seguido a mí. Creo que de acuerdo a la nota, todos estamos en la misma posición. Todos vamos a cubrir el mismo hecho pero lo que pasa es que uno le tiene que agregar su impronta que es lo que hace a las notas distintas. Y a vos te puede gustar un estilo, te puede gustar otro, por eso uno se diferencia de los demás. Por eso te puede gustar un periodista más que otro. Siempre donde hay una nota que involucre la muerte de alguien te impacta, y si el fallecido es un niño te impacta mucho más. Son notas que a uno lo quiebra porque traspasa el papel del periodista. Cuando vas a cubrir una nota donde han golpeado, secuestrado o matado, ahí realmente te quiebra porque la parte humana se involucra afectivamente con la nota”, observa el movilero del Grupo América, Fabián Rubino.

Además, revisando el pasado, señala que “hay notas que son muy duras, muy crueles, y no podes contarlas desde la objetividad. Tenes que ser subjetivo porque hay que transmitir tu impronta desde lo que vos sentis. Y evidentemente en ese tipo de notas donde hay chicos que la pasan mal y que son las víctimas, te involucras porque uno ya es padre y siente de otra manera las cosas. Los medios saben con quienes trabajan y te mandan a cubrir una nota, no con las preguntas. Como periodista uno nunca debe permitir que te envíen con las preguntas preparadas. La realidad es que si tenes miedo tenes que irte a tu casa, el problema es que uno no mide las consecuencias. Por ejemplo si Cabezas no hubiese sacado la foto estaría con vida, pero no midió las consecuencias y lamentablemente todos sabemos cómo terminó. La verdad es que somos periodistas, estamos en la calle y tenemos que darlo todo. Y si no lo das todo, quedate en tu casa. Después por ahí te podes arrepentir, porque evidentemente la podes pasar mal, y uno nunca sabe cuando podes sufrir las consecuencias. A veces paso riesgos porque uno se mete en lugares donde no tenes que hacerlo, pero la realidad es que nos pegan parejito, je”.

“Ya desde chico me gustaba esto. El que es periodista es periodista de toda la vida. Yo nunca supe hacer otra cosa sino hacer periodismo. Y decidí con esa fascinación ser periodista. Vista que cuando sos chiquito queres ser médico, abogado, y yo la verdad es que siempre quise ser periodista… y acá terminé. Lo que me sucede es que yo no dejo registro de las cosas que me pasan y me ha pasado cada cosa. Hace 37 años que estoy en esto y es mucho. La cuestión es que nunca dejé registro de las cosas que hacía, quizás por la época, no había celulares y consecuentemente esa cosa del registro. Tengo muchos recuerdos y se me mezclan todos. Es decir, donde me pegaron más. Fijate el grado de exposición que tenemos que hubo casos de equipos que sufrieron el robo de cámaras o que fueron atacados. El movilero no se mueve custodiado, el movilero va sólo por la calle. Te mandan y tenes que estar, porque la nota se tiene que hacer. Es importante no tener miedo porque si tenes miedo o prejuicios, la nota no la vas hacer. Lo más importante es que seas vos, es decir, que la gente no se de cuenta que cambiás cuando se enciende la cámara. Vos tenes que seguir siendo el mismo y seguir tu impronta. Después la gente va a evaluar si le gusta o no le gusta. Yo porque soy así y le caigo bien a la gente, o sea, logro ese efecto pero porque soy así. A la gente le gusta que le cuente las cosas como soy yo”, analiza Rubino.

Por último, insiste en que “es importante que uno sea contando una nota para un medio que contando la nota en tu casa. Que seas el mismo porque además la nota te va salir mas facil. Porque si queres impostar, cambiar la voz, la verdad es que en algún momento le vas a pifiar. Ser lo más genuino posible. Recuerdo que admiraba a Jorge Pizarro, Julio Bazán, Lali Cobas, José de Zer. Yo hago votos para que haya más Carolinas Losada y Marcelas Pagano en la política, como en algún momento lo pudo hacer Débora Pérez Volpin. Respecto a Belén Ludueña es super inteligente, muy agradable. Lo que pasa es que también tenes que tener tu carácter y cierta picardía para estar en la política, que no es para cualquiera. Y Belén es demasiado buena para los vicios de la política. La verdad es que soy una persona que no hace futurismo, y sí pasé 37 años haciendo siempre lo mismo, por ahí me voy a retirar de esta profesión, en la calle. Con lo cual, no tengo ninguna apetencia de conducir algún programa porque todo es muy distinto y uno es medianamente bueno para determinadas cosas y no para otras. Y no porque ande bien en una cosa, tiene que andar mejor en otra”.

El difícil momento que atravesó Fabián Rubino: un chico le robó y tuvieron que operarlo
Durante el fin de semana pasado, el periodista vivió un hecho de inseguridad que lo dejó en el hospital.

Si bien Fabián Rubino trabaja como movilero en la calle y está acostumbrado a lidiar con situaciones impredecibles, esta vez tuvo que afrontar en carne propia un hecho delictivo que lo dejó en el hospital. Todo sucedió el domingo pasado mientras estaba tomando un café en el barrio porteño de Belgrano, más precisamente en Zapiola y Juramento. En ese momento, el periodista de A24 se encontraba sentado en una de las mesas cuando un niño de menos de 12 años se acercó con la intención de venderle un pañuelo y disimuladamente se llevó su celular.

De esta manera el periodista se convirtió en una nueva víctima de la inseguridad cuando el ladrón le manoteó sus pertenencias. Rubino, al darse cuenta del robo, salió a correrlo. Pero no contaba con que la persecución saliera mal. El periodista se desmayó en plena carrera, con lo cual quedó herido y de inmediato tuvieron que asistirlo. Cuando llegó al centro de salud tuvieron que operarlo.

Aunque el hecho quedó registrado por las cámaras de seguridad del lugar, el movilero atinó a perseguir al joven que le había quitado su teléfono. Así fue como lo siguió durante algunos metros hasta que se desmayó. En esa fuerte caída, se golpeó la cabeza contra la vereda y producto del fuerte impacto debió ser atendido de urgencia.

Así fue como debió ser trasladado al hospital cercano que le correspondía de acuerdo a su cobertura de salud. Él mismo contó después que sufrió algunos cortes, muchos hematomas y se fracturó una de las muñecas. Debido a estas heridas, tuvieron que intervenir quirúrgicamente.

Según relató el periodista Mauro Szeta, a Rubino lo tuvieron que operar del meñique de una mano. Sin embargo, a pesar de las heridas y del susto, luego de 24 horas después del accidente, el periodista volvió a la televisión y él mismo contó lo que le había sucedido. Al aire con América Noticias relató: “Estaba tomando un café en el interior de una confitería. Entra un nene, porque era un nene de 12 o 13 años. Ya están preparados para eso.. Y ante el menor descuido, porque yo voy adentro para que no me roben afuera, el pibe tapa mi celular con unos pañuelos que estaba vendiendo”.
Acto seguido, Rubino relató que él mientras estaba leyendo el diario y que en ese momento trató de no desconfiar del chico porque se trataba de un niño. “Yo me desatiendo, que no debía haberlo hecho, pero es una criatura.. Si es alguien mayor, bueno, pero es una criatura, vos decís ‘no puede ser’. Y me robó el celular”.

Entonces, enseguida continuó con su relato. “Cuando se fue yo dije por instinto ´me robó´. Y me fijo y no tenía el celular. Y es ahí donde salgo y lo veo caminando mirando hacia atrás. Cuando me vio salió corriendo”. De inmediato, el periodista salió a correrlo sin darse cuenta que tenía puestos los anteojos de ver de cerca. Yo salgo corriendo con los anteojos para leer. Eso más el calor hizo que me mareara”, confirmó mientras explicaba por qué se había desmayado en plena calle.

De manera totalmente instintiva, Rubino agregó que no tenía que haber salido a correrlo. “Tenés el pibe, ahí, que tenía tu celular. Es el instinto el de salir a buscar lo que es tuyo. Te robaron, uno se sale del manual ahí”, reconoció. Allí fue que se cayó y se produjo las heridas que lo llevaron al hospital. “Y me caí, nunca tuve un golpe como el que tuve. Cinco puntos en la ceja, me operaron, me pusieron dos clavos”, finalizó todavía asustado.

Fabián Rubino, el periodista que compró droga en vivo: “No me esperaba terminar en la comisaría”.

Un episodio insólito se registró en televisión en vivo en el barrio porteño de Once, cuando el periodista de la señal de América TV, Fabián Rubino, fue hasta un inmueble cuyos vecinos denuncian hace meses como “búnker narco” y en plena transmisión del programa Desayuno Americano, de Pamela David, compró droga por $1500 y terminó en un patrullero de la Policía de la Ciudad para declarar ante la comisaría todo el suceso completo.

Vale aclarar que el periodista no fue ni detenido ni denunciado como se dijo en algunos medios. Es decir, que no fue a declarar como imputado sino como testigo de los hechos delictivos que los vecinos ya venían denunciando. Rubino contó cómo fue el momento en el que se le ocurrió entrar al “búnker narco” y que no se imaginaba que terminaría declarando en la comisaría.

“Entré y la verdad es que sentí la necesidad de mostrar lo que estaba pasando: había una puerta.. vinieron.. actué como periodista de calle de todos los rubros que soy, pregunté si vendían y me dijeron que sí. Pregunté cuánto salía y me dijeron $1500. Pagué con $2000. Me dieron el vuelto y salí con esa bolsa que se vio en vivo”, detalló, y aclaró que si bien se presuponía que la droga era cocaína, Rubino “no sabía lo que tenia”. “Me dieron el vuelto y el paquetito. No se sabe qué droga era, pero sí que el muestreo dio positivo en la comisaría”.
“No tengo idea, la verdad es que no consumí nunca nada en mi vida, ni siquiera un cigarrillo convencional”, argumentó Rubino, mientras reveló a este medio que todo el procedimiento desde que se fue en el patrullero hasta que declaró fue “muy correcto”. “Incluso me ofrecieron ir con el móvil y yo preferí ir más cómodo en el patrullero”, precisó.

Asimismo, el periodista señaló que ya habían ido a cubrir la zona dos meses atrás por las mismas denuncias de los vecinos, que acusaban la inacción de las fuerzas policiales sobre la venta de estupefacientes en aquella propiedad. “Fuimos hace dos meses porque lo denunciaron los vecinos, y ahora volvieron los vecinos a denunciarlo y nosotros volvimos a ir. Los mismos vecinos estaban ahí frente a la puerta, vimos que podríamos estar frente a un delito, vimos entrar a dos flacos, y pensé ‘¿por qué no entramos nosotros?'”.

“No me esperaba que terminaría en la comisaría, soy un tipo común que sale a laburar todos los días. La sorpresa fue que pasó, que me contestaron, la mayoría de veces pasa que no responden”, agregó.
Más adelante, una de las vecinas que vienen denunciando los problemas de la zona, Gloria, contó en declaraciones a la prensa que en esa propiedad “meten familias, les cobran el alquiler, pero las maneja punteros narcos”.

Respecto de la posibilidad de investigar el domicilio, Gloria detalló que “se libró una orden de allanamiento pero tenía mal escrita la dirección.. qué casualidad.. conseguir un allanamiento es un milagro. Estamos muy sorprendidos por lo de hoy, nunca vimos que con la cámara prendida un tranza le venda drogas a un cronista”, concluyó.

Fabián Rubino: “La ciudad te arruina. Tengo ganas de volver al pueblo”
Casi treinta años de recorrido periodístico en las calles, cordones y veredas no sólo le dieron currículum a Fabián Rubino (51). Lo convirtieron en el movilero más querido por la gente y por los colegas. Y, desde la pantalla de América, el rubio acompaña la programación en las mañanas y mediodías del canal. Soltero y papá de dos hijos, el ganador del Martín Fierro hace culto a la sencillez.

“La gente recibió muy bien el premio. Pero tampoco es que hice una fiesta, al otro día salí a trabajar. La prioridad siempre es el problema que tenés adelante. Acá te dormís un día y la vida te pasa por arriba. No busqué el premio para ver quién me saludaba y quién no. Pero muchos me dijeron que estaban contentos porque antes lo ganaba gente que había estado en los móviles pero, al momento del premio, cumplía otra función. Yo soy ciento por ciento patria movilera, que le pone el culo al asiento a las seis de la mañana”, contó.

“Y creo que los colegas de la calle se sintieron identificados por eso. A los pocos días de la entrega, fui al pueblo donde me crie, Tapalqué, en el centro de la provincia de Buenos Aires, y los bomberos voluntarios me recibieron con un paseo por la localidad en autobomba. Que la gente me salude fue lo más. La emoción que tenía esa gente fue mucho más de la que tenía yo, lo sintieron de ellos. Y el mismo día por la tarde, en el Concejo Deliberante me declararon Ciudadano Ilustre, es un reconocimiento, una caricia muy linda. Valoré el esfuerzo que hicieron mis viejos para que estudiara y no los defraudé. Qué valores distintos tiene la gente del pueblo de los que tenemos nosotros, que te dura muy poquito el festejo”, cayó en cuenta el comunicador.

Soy uno de los más viejos de la gente de la calle. Pero el tiempo pasa y tenés que ir adaptándote a los pibes. Gente grande, grande en la calle ya no tenés. Soy yo y alguno más.. como Julio Bazán. El resto es gente joven. Tenés que acostumbrarte y reciclarte para poder mantenerte en ese lugar. Somos muy unidos, trabajamos muy juntos, cada uno a su manera. Pero no hay mala onda de querer ir a cagar la nota. Tratamos de ayudarnos”, afirmó.

–¿Es un código entre los que trabajan dentro de los estudios de tele?
–Los que llegan arriba no sé qué códigos utilizarán. El periodismo es una lucha permanente. El que está afuera es porque le gusta, somos bichos raros. Tenemos que estar bajo la lluvia, el sol, pero me gusta, si no buscaría otra cosa. Llegará un momento en que te pueda cansar por el tiempo transcurrido, por la edad, y es lógico, pero, insisto, me gusta. Es lindo contarle a la gente lo que pasa, por cómo yo lo siento y lo pienso. Y que después la gente te diga “te vi”, es lo más lindo que te puede pasar.

–El sueño de los movileros generalmente es transformarse en panelistas, conductores. ¿Vos querés seguir siempre como cronista?
–Si no llego a más es porque, quizá, no me da para más. Tuve algunas participaciones y después volví a la calle. Tal vez no son los tiempos justos para cada cosa. Soy de los que esperan las oportunidades. Ojalá algún día se me dé. Y si no se me da seguiré como estoy. Muchos me dicen que tengo la autoestima baja, pero yo me dedico a trabajar. No soy de ir a golpearle la puerta a un gerente para decirle que me haga esto o aquello. Yo trabajo… el que me vea condiciones para esto o aquello me va a llamar. Si no, insisto, seguiré –hasta que el físico y la mente me den– en la calle. Acá la gente llega a lugares cueste lo que cueste. Y el pueblerino puede llegar de otra manera, vale mucho más la palabra. No voy a llegar a conducir un noticiero por ser un hijo de puta, porque cagué, traicioné o le serruché el piso a alguien, nunca, nunca. Es lo que me interesa transmitirles a mis hijos.

–¿Cómo ves la calle hoy?
–¡Está muy violenta! Antes el periodista era un tipo respetado, y hoy vas a cualquier lugar, ni hablar con lo de la grieta, y en muchos lugares la pasás mal. Te putean, y hasta tuvimos situaciones de agresión física. Hay lugares de donde tenés que irte porque te echan, no lo pensás dos veces porque la vas a pasar mal. Sin embargo, muchas veces no medimos las consecuencias cuando estamos en las notas, le metés para adelante. El país está socialmente devastado. Hay una crisis de valores tremenda y un descreimiento total. Cuando la gente no se aferra a las instituciones y se aferra al periodismo es porque algo está fallando. Le gente cree que nosotros le podemos solucionar los problemas porque vamos a presionar, a estar del lado de ellos, que se vea lo que está pasando. Y no es así.. estamos totalmente equivocados. Si nosotros pasamos a tener el rol que tendría que tener el Estado es porque estamos en el horno. Desgraciadamente, los jueces, los políticos no llegan a donde nosotros llegamos. Siempre tienen las versiones por segundos o terceros. Nadie se arremanga para ver cómo vive la gente. En mi vida vi a un dirigente de primera línea que haya bajado a estar con la gente que lo necesite.

Escuchá el programa “El Show de Gerard” todos los viernes a las 18:00 horas por www.zonica.com.ar

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