Sábado 23 de Noviembre de 2024 - 9:05 am

Florencia Alifano: “Todos debemos capacitarnos sobre la adopción”

Educación marzo 26, 2024

Nos visitaron las profesionales Florencia Alifano y Salomé San Martín al programa "Salud en Redes".

Cada niño adoptado es único y tiene el potencial de florecer en un hogar amoroso. La adopción es un acto de amor infinito que trasciende barreras y nos impulsa a cuidar, proteger y educar. Los niños adoptados a menudo llevan consigo heridas emocionales. Pueden haber experimentado separación de sus padres biológicos, trauma o negligencia. Es fundamental que las familias adoptivas entablen un vínculo sano y seguro con ellos. A través del amor y la paciencia, se puede ayudar a sanar estas heridas y construir una base sólida para su bienestar emocional.

Ahora bien, la adopción puede implicar diferencias culturales, raciales o étnicas. Amar a un niño adoptado significa celebrar su identidad única y apoyar su conexión con su cultura de origen. Es importante educarse sobre estas diferencias y fomentar un ambiente de aceptación y respeto. Y ofrece oportunidades: adoptar a un niño es brindarle familia y hogar. A través del amor y la dedicación, se pueden generar oportunidades para su crecimiento, educación y desarrollo personal. Cada día es una oportunidad para nutrir su potencial y ayudarles a alcanzar sus sueños.

Por último, pero no por eso menos importante, adopta es aceptar la Historia de Vida: Los niños adoptados pueden sentirse agradecidos por ser elegidos por su familia adoptiva, pero también pueden experimentar sentimientos de abandono o no encajar. Es esencial reconocer su historia de vida y estar dispuestos a enfrentar los desafíos juntos. El amor incondicional les brinda seguridad y confianza en su lugar en el mundo.

En resumen, amar a un niño adoptado es un regalo mutuo. A través de la comprensión, la empatía y el cariño, se construye un lazo indestructible que transforma vidas y crea un futuro lleno de esperanza y amor.

Por todo esto es crucial la figura de Florencia Alifano, quien además de ser psicóloga, es escritora de libros centrados en la adopción. De igual forma ocurre con Salome San Martín, que a través de su cuenta de Instagram informa, educa, comparte y nos vincula con todo el mundo de la adopción.

Salome, ¿cómo es tu trabajo en redes?:

“Hace ya unos meses creé una cuenta que se llama ´Familia se hace´ con la inquietud y con el interés de poder difundir, dar información y acompañar a personas que tengan inquietudes o que estén ya transitando parte del camino que implica la adopción. La idea es construir una comunidad con todo lo que eso implica”.

¿Y tu vínculo con la adopción?:

“Yo soy trabajadora social, pero además vengo de una familia adoptante. Tengo dos hermanos que son adoptados, por lo que atraviesa mi historia profesional, pero también la personal. No es desde suelo hablar, la personal, pero es lo que me construye. Yo lo viví en mi casa”.

La adopción ha pasado por cambios, sobre todo en este último tiempo. En ese sentido, es crucial luchar contra la desinformación:

“Los procesos de adopción han cambiado mucho en los últimos años, por suerte. Aunque hay muchas cosas por transformar. Pero bueno, venimos de una historia muy compleja en relación con unos procesos de adopción, apropiación. Muchos que se daban por fuera de la ley. Y la adopción es un tema cubierto desde mucho silencio y mucha información que ya quedó vieja y se sigue arrastrando los mitos. Y yo vengo dando batalla contra eso. Eso se combate con datos, información clara, fácil de transmitir, con nuevas formas de hablar del tema”.

“Existen procesos de adopción rodeados de ciertas dificultades y son más largos. Pero cada trayectoria es diferente, como todo en la vida. Hay algunas historias más sencillas y hay otras un tanto más complejas. En general se habla de los polos. O adoptar es imposible, dificilísimo y va a llevar mucho tiempo, o toda la contra cara de que es una bendición, las personas adoptadas son ángeles que llegan a tu familia. Como decía, está la dualidad del blanco-negro o bueno-malo y lo que pasa en la vida real está siempre en el punto medio”.

Florencia: ¿Qué nos podés contar acerca de tu último libro, Deseos a las estrellas?

“Este libro nuevo está hecha para niños, pero disfrazado para padres porque lo pensé como una herramienta más para que se sienten para hablar con los chicos sobre el tema, independientemente del origen de los chicos porque me parece que todos tenemos que hablar de adopción en la sociedad entera”.

¿Qué le decis a los padres?:

“Siempre digo y hablo con ellos que las psicólogas deben ser especializadas en adopción porque es otro lenguaje. No es lo mismo ir con una psicóloga que no esté capacitada en adopción a una que sí porque es impresionante el lenguaje que se maneja. Es mirarnos a los ojos y entendernos. Y solamente las personas que somos adoptadas o que tenemos personas adoptadas dentro de la familia podemos entender entre nosotros lo que significa: miedos, emociones y sentimientos”.

“Necesitamos conocer la otra parte de la historia: ¿qué pasó? Así podemos cerrar el círculo. Siempre que crecés, te vas dando cuentas de cosas. Mirás a la familia y te preguntas cosas como el parecido físico. Mis papas, por ejemplo, son rubios de ojos celestes y yo soy morocha de ojos marrones y es como que siempre me llamó la atención. Yo buscaba y necesitaba a alguien parecido a mí, lo buscaba en la calle. Quería saber cómo era mi madre biológica. Logré encontrarla y ahí fue cuando pude cerrar mi historia y de una manera sana para todos porque fue escuchar las dos campanas: la biológica y adoptiva. Y hoy es como sumar, agrandar familia. Y yo tengo una mamá, no tengo dos. Una es la que me crió y la otra persona es mi progenitora. Las relaciones se construyen”.

¿Es importante trabajar esto desde las escuelas?

“Es un tema que me parece que todos debemos hablar y capacitarnos, el de las escuelas. Los maestros, profesores que reciben a chicos adoptados y hoy ya no es algo poco común. Yo me acuerdo de que antes era raro ver a hijos de padres separados, cuando ahora es normal. Lo mismo pasa con la adopción. Y hacen faltas cuentas como la de Salomé porque hay que hablar mucho este tema”.

En conclusión, amar a un niño adoptado es como plantar una semilla en un jardín que florece con amor y cuidado. Es ver más allá de los lazos de sangre y abrazar la conexión del corazón. En ese abrazo, se teje una historia de esperanza y transformación, donde las cicatrices del pasado se desvanecen ante la luz del afecto incondicional. Cada sonrisa, cada abrazo, cada palabra de aliento es un recordatorio de que el amor no tiene fronteras ni etiquetas. Es un regalo que se da y se recibe, un lazo que se fortalece con el tiempo y se convierte en un refugio seguro en el vasto mundo. Amar a un niño adoptado es un acto de valentía y compasión, una oportunidad para construir un futuro lleno de risas, sueños y aventuras compartidas. En ese amor, encontramos la belleza de la diversidad y la promesa de un mañana más brillante.

Escuchá el programa “Salud en Redes” todos los martes de 14 a 15 hs por www.radiozonica.com.ar.

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