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Hugo Arana: “Todas las noches, termina la obra y el aplauso es de celebracion”

Interes General febrero 3, 2019

El actor hablo en "El Gato en la Ventana" sobre "La Ratonera".

 

          Nacido un 23 de Julio de 1943 en la ciudad de Buenos Aires, Ricardo Hugo Arana (mejor conocido por su segundo nombre) es un reconocidísimo actor en el cine, teatro y televisión argentinos. Actualmente, se encuentra trabajando en “La Ratonera”, obra teatral adaptada de “The Mousetrap”, un guion policial escrito por Agatha Christie, cuyo estreno fue por el año mil novecientos cincuenta y dos en Londres, Inglaterra.

            La historia es sencilla. Todas las acciones acontecen en el hall de la nueva hostería Monkswell Manor, ubicada en las afueras de Londres, y administrada por la pareja de Mollie y Giles Ralston, quienes reciben a sus primeros cinco huéspedes en medio de una tormenta de nieve. En la radio y en los diarios ya se difunde la noticia del crimen de una mujer en el centro de Londres, y un detective llega a la hostería con la sospecha de que una próxima víctima del mismo asesino se aloja allí.

          El argumento involucra ocho personajes que quedan atrapados en una montaña, en medio de una tormenta de nieve, en la hostería Monkswell Manor. Ellos se ven involucrados con un crimen ocurrido en Londres. Todos son sospechosos. Los ocho son víctimas. Una trama de comedia, misterio y suspenso en la que prima la desconfianza.

          Considerada la mejor obra de suspenso policial de la historia, según la crítica de todo el mundo, desembarcó por primera vez en Buenos Aires después de sesenta y seis años ininterrumpidos en cartel en Londres. Una historia en la que cada espectador se transforma en el personaje número nueve así como en un detective que busca descubrir quién es el asesino. Cada uno de los personajes tiene motivos y ocasión para haber cometido el crimen.

            Si bien La Ratonera es conocida mundialmente por su inclaudicable presencia en Inglaterra, la historia teatral argentina también ha representado esta pieza y hasta se aventuró a competirle con un récord. Durante 33 años y en un hecho histórico para América Latina, la compañía marplatense del director Francisco Rinaldi representó continuamente la obra, entre 1979 y 2012, que se convirtió en una de las puestas más buscadas de La Feliz.

          En Buenos Aires y curiosamente el mismo año, se estrenó en la década del 70 quizás el único antecedente de esta obra que recuerden los teatreros más memoriosos: en el Teatro de la Comedia y con un elenco de lujo integrado entre otros por Tina Helba, Ariel Keller, Emilio Comte, Boy Olmi, Nora Caleca y Daniel Lago, el emblemático Julio Baccaro dirigió una versión del clásico de Agatha Christie.

            En su debut teatral en el género policial Hugo Arana, con más de cincuenta años en la profesión asume el papel del Señor Paravicini, el huésped que llega de sorpresa a Monkswell Manor. “El policial es un género eterno y muy atractivo porque el espectador se involucra para adivinar quién es el asesino. Es como el juego de las escondidas cuando éramos chicos. Es la primera vez que hago una obra así, llena de matices, humor, misterio y drama”, asegura el actor al tiempo  que pondera el espíritu teatral porteño. “La ratonera es éxito en Londres, una cuna del teatro, y Buenos Aires compite en cantidad de espectáculos con esa ciudad y con Nueva York, pero esto no sale en los titulares de los diarios y tiene que salir porque está hablando de que somos un pueblo que se quiere expresar y ser expresado. Es extraordinario”.

           “La Ratonera” estrenó el veinticinco de septiembre del año pasado en el Teatro Multitabaris Comafi, ubicado en Avenida Corrientes al 831. Sin embargo, dicha ubicación no está libre de complicaciones: “Pasamos todas, el escenario en el Obelisco de las Olimpíadas (estamos a una cuadra y media de ahí), el partido River-Boca, nunca se jugó pero se acordonó la zona. Después nos agarró el G20 y el nueve de dicembre también nos agarró la final en Real Madrid de River y Boca. El horror del incendio en frente del teatro el primero de febrero, donde murió gente, hay cientos de personas con tratamientos por el humo y todo, fue tremendo.”

           Corresponde destacar al elenco de este espectáculo, dirigido por Jorge Azurmendi, que incluye a Valentina Bassi, Gloria Carrá, Fabián Mazzei, Guillermo Pfening y Walter Quiroz. Hugo Arana interpreta al Sr. Paravicini, un personaje particularmente estrafalario de procedencia desconocida.

            “Ahora son tres salas” comentó el actor respecto al teatro donde se encuentran: “Rottemberg hizo una sala abajo y una arriba, nosotros estamos en la de abajo, que es preciosa. Estuve viendo el video de la grúa haciendo el pozo, y realmente es admirable que en estas épocas se haga un pozo para trescientas cuarenta localidades en Avenida Corrientes, al lado del Gran Rex, donde hay de todo, cloacas, caño de gas, luz, etcétera.”

            “A Carlos Rottemberg hay que subrayarlo, destacarlo. Hace muy poco en el Salón de los Pasos Perdidos en el Congreso le hicieron un homenaje porque fue el que más salas creó en la Argentina. Una generosidad extrema, ha estado ayudando a los teatros off todo el tiempo, porque sí, por cuidar el teatro.”

            Para el artista, resulta sorprendente el impacto de la obra con el público menor: “A los chicos les encanta. Van chicos de diez, doce años, y es fascinación que tienen por el policial. Porque claro, el género policial yo creo que es casi perfecto. Uno, como espectador, le quiere ganar al detective. Uno quiere descubrir, antes que el detective, quien es el asesino. Entonces, se pone activo uno, tiene toda una tarea que hacer, descubrir. En la novela y en el teatro.”

          Asimismo, aseguró que “cada personaje tiene un camino en la historia, y en este caso el camino es un zigzag que va, se quiebra y arranca otra vez. Además, la puesta involucra al público y el escenario se extiende a la platea, también algo singular”.

            Arana realizó una breve sinopsis del argumento: “Ocho personajes hay, están en una casa de un matrimonio que decide inaugurarla como hostería arriba de la montaña. Está nevando y  están aislados por la nevada, con los húespedes. Llega un detective a investigar la posibilidad que ahí haya un asesino, porque hubo un crimen y son todos sospechosos.”

            Este espectáculo es una fórmula para el éxito, con un legado histórico, tal como contó el actor: “Todas las noches, termina la obra y el aplauso es tan de celebración, porque uno a esta altura ya se da cuenta cuando aplauden así nomás, o cuando es con alegría. Por algo sesenta y seis años lleva en Londres sin parar. Han desfilado actores y actrices desde el año mil novecientos cincuenta y dos, el veinticinco de noviembre pasado cumplió años la obra. Es como el Museo de Londres, está ahí. Entra en el Guinness, es único en la historia del teatro, no existe nada parecido. Esta obra está llena de especias, y tiene una que es una condición básica: es popular en el más profundo de los sentidos, y para verla no hay que estar iniciado en nada. Un chico de diez años, un psicólogo de cincuenta o una ama de casa de cuarenta la disfrutan por igual”.

            Igual de impresionante es el resto del repertorio de su autora, Agatha Christie (1890-1976), conocida también por Hercules Poirot y Miss Marple, dos figuras icónicas de la literatura policial: “Así como la obra lleva sesenta y seis años en Londres, ella escribió sesenta y seis novelas. Tiene un billón de reproducciones en papel su novela, billón. Sin hablar de lo virtual, papel concreto. Es impresionante. Miss Marple decía que lavando los platos, uno podía imaginar los crímenes más espantosos.”

            “No es una cosa que te morís de terror, es inquietante, intrigante. Y hay un lugar conmovedor en lo que le pasa a los personajes. El cierre de la obra es estupendo.”

           Un dato característico de Hugo Arana es lo dificultosa que resulta la tarea de encasillarlo, debido a la gran amplitud artística y su extensa trayectoria, que incluye películas, como “Soldado Argentino Solo conocido por Dios”; televisión, desde “La Banda del Golden Rocket” a “Los Exitosos Pells” y, evidentemente, teatro. No faltaron premios por todo este trabajo, entre ellos varios Martin Fierro: “Actuar es mi alimento. La vida es un misterio a recorrer, y yo siento que, como actor, quiero recorrer el misterio. Es como cruzar la selva. Me voy a encontrar con yarará, con faisanes, con flores perfumadas ¿Eso me va a frenar? No, voy a seguir. De la máscara de la comedia a la tragedia, quiero recorrer todo el espinel, es lo que en realidad he intentado dedicarme siempre.”

           “No tengo un género por encima del otro. El género es el vivir, y quiero mantener a mi niño, seguir jugando. Cada uno tiene una mirada singular, gracias a alguno de los dioses, si hay algún dios por ahí, que haya singularidades.”

          Lo cual no quiere decir que el actor no tenga un tipo de papel favorito a interpretar: “Hay algo fundamental, yo creo que los actores varones, no todos, pero hay una gran generalidad que nos gusta hacer pedófilos, asesinos, fachos. Y a las actrices, no todas, pero hay una tendencia a querer hacer prostitutas. Porque uno puede, jugando, sacar la parte oscura. Que en la vida, si la saco, algo voy a pagar. ¿Cómo no la vamos a tener? Somos bichos humanos. Poder jugar a sacar esa parte oscura, es un alivio, es algo extraordinario. Encima, si lo hacés bien cretino, bien dañino, más te aplauden. Es impresionante que aplaudan tu materia fecal. Es una necesidad hacer personajes siniestros.” Además, remarcó que “uno tiene una escalera interna y el éxito aparece cuando uno puede subir cada escalón, creciendo y ampliando la mirada. En mí quedaron personajes que por la dificultad de poder resolverlos me hicieron trabajar mucho y aprender un montón. Esa adversidad es generadora de grandes verdades y nuevas zonas iluminadas. Por eso, no puedo elegir un trabajo o un personaje puntual. Todos mis papeles, en algún lugar, tocaron algún timbre, y el teatro ha sido mi refugio siempre. El teatro tiene una virtud que la vida no tiene, porque durante los meses de ensayo tenés todo el derecho y la posibilidad de equivocarte para poder corregir. Cuando te equivocás en la vida algo pagás, pero en los ensayos no, sino que intentás corregir y te encontrás con una nueva prueba de búsqueda. Y por eso siempre dije que mi refugio, como actor, ha sido el teatro, porque ahí tuve la posibilidad de elaborar, corregir y buscar”.

 

* Podes escuchar “El gato en la ventana” los sábados a las 15hs por Radio Zonica.

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