Viernes 22 de Noviembre de 2024 - 7:00 am

Iván Ramírez: “Me encanta el humor, a cada cosa le encuentro un chiste”

Sociedad agosto 23, 2024

El imitador Iván Ramírez, pasó por "Hablemos De" (Viernes 19 hs) y habló de su irrupción en el mundo del humor.

“Cuando era muy chico era yo era una persona muy solitaria en el colegio, no tenía muchos amigos. Me acuerdo que me sentaba solo en el primario. Estamos hablando del momento en donde se hacen amigos, yo estaba muy solo. En ese momento era hijo único. Hasta que empecé a imitar a la profesora, ahí recuerdo que mis compañeros se rieron y ahí me empezaron a hablar. Ahí descubrí que eso me gustaba, me copaba. Pasaron los años, me fui haciendo más amigos hasta que en primer año de la secundaria, en medio de la fiesta de la primavera, donde cada curso presentaba algo, como magia, trucos de baile, acrobacia… lo que quisieran. Y cuando nos llamaron a nosotros, no habíamos preparado nada. Mis amigos me miraron y me señalaron como diciendo ‘anda que vos estas con las imitaciones’. Agarré el micrófono ante más de 400 alumnos, y claro el director se imaginó que yo iba a imitar a Sandro o a Nino Bravo. Lo que hice fue imitar a Shakira. La cuestión es que ahí el colegio estalló. Al otro día era como el famoso del colegio por las imitaciones. Ahí reconocí que me gustaba. Me propuse que, luego de ganar el reconocimiento del colegio, que me conozcan en Lomas de Zamora, de donde soy. Y que después me conozcan Buenos Aires y toda la Argentina. Ahí empezó el camino. Primero como un chiste y luego como un gran trabajo. Es mucho el tiempo que uno le dedica a esto, porque más que uno hoy ve un minuto, hay un trabajo detrás”, revela Iván Ramírez, el influencer de categórico crecimiento desde el humor.

Ramírez apuntala el esfuerzo detrás del producto terminado: “Hay horas para sacar los personajes, lo que pasa es que vos ves el bizcochuelo terminado y lo querés comer. Pero antes hay muchos meses de trabajo para sacar los personajes. Y hay semanas para otros porque cada uno es diferente. Tengo el humor muy incorporado en mí, más allá de las imitaciones. Me pongo del lado de afuera para hablar de mí, y te digo que Iván es muy gracioso. Me encanta el humor, a cada cosa le encuentro un chiste, siempre le busqué el lado positivo a las cosas. Esa cosa de agarrar el traje de payaso para salir adelante en medio de situaciones difíciles, me pasa eso. El humor te salva. Las veces que estuve en hospitales, que di charlas me pareció algo muy interesante. Más allá de estar en ese lugar de entrevistado. No del lado ‘me la sé todas’, simplemente contando la experiencia que tuve. Yo antes de trabajar de esto pensaba en que necesitaba el título. Me metí a estudiar un profesorado de historia, trabajé en un local donde se vendían pool y metegol y ahí atendía a la gente con los personajes. Nunca me perdí con la imitación, siempre la tenía ahí. Hasta que decidí tirarme a la pileta”.

“Soy demasiado ansioso, me cuesta mucho tomarme días para descansar. A Agustina la conocí cuando estábamos haciendo un evento en el teatro de Lomas de Zamora. Pero más allá del show unipersonal yo quería una banda en vivo. Lo que pasa es que éramos todos varones entonces empezamos a buscar una corista, una cantante, para que tenga su momento mientras yo me cambiaba y demás. La cuestión es que lanzó una publicidad en las redes sociales para ver quien quería cantar pero no se anota nadie. Hasta que un amigo me comenta que tiene una amiga que canta. Allí nos conocimos y estamos juntos desde hace tres años. Ella me ha enseñado que relaje y que baje un poco. Entiendo que hoy en día es todo muy rápido, y si no subo el material a las 20 horas no sé qué va a pasar. Ahí fue que me dijo que nos tomáramos unas vacaciones. Ahí entendí que la vida pasa y lo único que queda son los momentos.  Trabajar con Fátima Flores fue hermoso, una persona muy humilde a la que quiero mucho. Porque ha subido al escenario a una persona que hace lo mismo que ella. Eso habla de una humildad… que me haya puesto a la par en el escenario habla de lo gran profesional que es. Y con la que me llevo de diez. Una persona de la que aprendes mucho cómo es su trabajo”, retrata el actor.

“Tanto Fátima, como Martín Bossi, como Campi, son de los humoristas con los que yo crecí, Yo iba al colegio y miraba las imitaciones. Hoy en día tengo el gusto de intercambiar mensajes, de que me sigan. Con lo de las redes nunca sabes hasta dónde vas a llegar, yo me tomo el tiempo para contestar los mensajes todos los días. Porque de chico me plantee que si quería hacer esto, no me tenía que abandonar desde la humildad, porque si no perdías. Estar siempre para los amigos y las personas que están desde un primer momento. Es algo que me prometí no cambiar, eso de contestar siempre los mensajes. Me tomo el tiempo para enviar los videos y los audios. Y luego recibo las reacciones”, concluyó.

El humorista Iván Ramírez: “No soy un imitador que se amolda por el billete”

En Nacidos en Redes, el actor y comediante cuenta cómo fueron sus inicios, qué políticos le escribieron por su trabajo, a quiénes sueña imitar y por qué es “partidario de jugar siempre”

Iván Ramírez tiene 25 años y más de 150 personajes que habitan en él. Es que detrás de este fenómeno en redes sociales ―que cuenta con más de 3 millones de seguidores entre Tik Tok, Instagram y Youtube― hay un verdadero talento multifacético.

Su carrera comenzó a los 12 años, con una imitación de Shakira en el colegio, y como parte de un juego. Se puso una peluca y actuó frente a los alumnos. “Hay que romper con ciertos pensamientos que nos atrasan”, dice. Luego vinieron Lía Crucet, Rodrigo y Abel Pintos y, el primer político, a los 14. Así piensa Ramírez a la actuación y la imitación: como un juego.

“Tenemos una vida sola y hay que aprovecharla, no tenemos otra partida más para jugar, hay que seguir con lo que uno sueña porque siempre van a hablar”, reflexiona y recuerda que desde muy chico invierte en pelucas, vestuario y maquillaje, para tener opciones “para ir a jugar”. Su camino en las redes y los medios despegó tras participar de un programa de Guido Kaczka imitando a Dread Mar-I.

Hoy, su repertorio es increíble, y abarca desde políticos y artistas, hasta presentadores y deportistas. Ramírez se pone en la piel de figuras como Sergio Massa, Patricia Bullrich, Ángel de Brito, Chayanne, Fito Páez, Beto Casella, Lizy Tagliani, Aníbal Pachano, Lionel Messi, Dario Barassi ―el personaje que más le piden por un video que se hizo viral―, Laura Ubfal y hasta el propio presidente argentino, Javier Milei.

“Cada imitador tiene su forma y a mí no me gusta quedarme con lo que dice el personaje. El verdadero juego está en hacerlo decir otra cosa”, señala el humorista y agrega: “Ahí está lo que me diferencia del resto en las redes sociales”. El humorista, que trabajó con Jorge Lanata y Fátima Florez, confiesa que algunos políticos le pidieron que haga su imitación, pero no aceptó.

“Soy muy torpe con el tema de la plata”, expresa y suma: “Me fijo mucho en la gente, después la plata llega sola. Hay ciertos momentos en que tenés que bajar el ego, la cabeza, cuando es un sueño para la otra persona que yo esté imitando en su fiesta, lo hago, la plata no importa”.

El humorista reconoce que “los políticos están en auge” y son los preferidos del público. Mientras, él se prepara para imitar a Freddie Mercury, Coldplay, Bruno Mars, Elvis Presley, sus próximos sueños (y juegos).

―Mai: ¿Cómo un chico de 25 años se puede meter en la cabeza de un político e imitarlo? ¿Cómo hacés?

―Iván Ramírez: Es un trabajo actoral. Cada vez que tengo que sacar un personaje lo empiezo a estudiar, me convierto en un fanático, porque lo empiezo a seguir en todos lados y hago ese trabajo fino, no de ver la peluca o el maquillaje, sino que va de adentro para afuera. Cómo piensa el personaje, qué es lo que le pasa al momento de moverse de tal manera, de decir las cosas, de enojarse, de mirar a cámara y después viene lo de afuera. La peluca y el maquillaje es lo último que se pone, por lo menos en la forma en que trabajo los personajes. Es una locura y son todos diferentes.

―Mai: ¿Sos consciente?

―Iván Ramírez: No. Yo creo que es como un pendrive, que elegís las carpetitas. En mi mente funciona así: me decís el personaje, lo hago y no me lo pongo a pensar. Pero cuando lo veo y digo “es un trabajo muy duro”, porque vos me tenés que preguntar lo que sea y yo tengo que interpretar el personaje. Y vos lo tenés que ver. Aparte, al personaje lo podés imitar con sus frases y todo, pero yo hago que los personajes digan otras cosas y vos lo tenés que ver igual. Entonces, es un trabajo bastante sacrificado, que lleva su tiempo atrás. La gente ve un video de un minuto en Instagram, pero no se da cuenta que me levanto y practico a todos los personajes: a Milei, a Cristina, a Alberto.

―Mai: ¿Lo practicas en el espejo?

―Iván Ramírez: No sé si en el espejo, sino con audios de WhatsApp.

―Mai: ¿Cuál fue el político o famoso que te sorprendió porque te respondió y te dijo que le encanta cómo lo imitas?

―Iván Ramírez: Manuel Adorni me contestó un video hace muy poco con un emoticón, como llorando de risa. Eso está bueno porque los políticos son cholulos. Y después Milei me habló un día y fue “guau” Lo estaba haciendo en PPT con Lanata, me habían pedido ese personaje, yo no lo imitaba ―lo hago hace menos de un año―. Me gustaba el personaje y ya era popular, pero si me obligás a imitarlo no me va a salir tan bien. Un día, veníamos del cine con mi novia, chequeo el celular y eran como las dos o tres de la mañana. Era Milei y tenía ocho mensajes en Instagram. Temblé, como con cualquier político, pero me estaba escribiendo un candidato a presidente. “Maravillosa la imitación, me encanta, divino, fantástico. Te tengo que hacer una corrección. Las patillas un poquito más largas”. Es un detalle que a mí me recontra sirvió. Me dijo que le encantaba el humor y que era fanático de los humoristas.

“Me gusta cuando pasa eso, no es que me importa. No es que si no le gusta lo voy a dejar de hacer, pero es la frutilla del postre, como la bendición”, dice el comediante.

―Mai: ¿Cómo construís esos personajes, ¿qué hacés para seguir la línea de la ideología?

―Iván Ramírez: Cada político tiene su ideología. Si yo lo voy a interpretar, tengo que amoldarme a la ideología del político. Yo soy apolítico. Iván es apolítico totalmente. Yo entiendo política, no me interesa. Lo único que me interesa es que si gobierna Cristina, Mauricio, Topa, el que gobierne, que nos vaya bien a todos. Y uno tiene que seguir trabajando. Ahora, cada vez que tengo que interpretar a un político y yo antes aviso miren que eso lo tengo estudiado de una cierta manera, que si vos me atacas

―Mai: ¿Te han pedido alguna vez que los ayudes o que no digas ciertas cosas?

―Iván Ramírez: Sí, y les dije que no. No soy de los que se amoldan por el billete o por el guion. Es como hacer un Ángel de Brito sin contar primicias, sin ser picante. Cuando me piden los políticos, si hay un guion, digo que no. Si no me gusta, no lo hago.

Los inicios de los mil y un personajes

Iván fue creciendo, y con él, también lo hicieron sus personajes. Hoy, aunque llena teatros y agota entradas en tan solo dos horas, sus primeros espectadores fueron mucho más íntimos: su papá, su mamá, su abuela y su bisabuela. “Vamos para adelante si te gusta esto”, le dijeron desde chico. Y así fue.

―Mai: Esta sección se llama Nacidos en Redes y vos naciste generando contenido en Internet, ¿cómo fue?

―Iván Ramírez: A los 12 años empecé a subir contenido sin querer, en un momento donde no había que subir tanto. Esa época estaba más tirando a YouTube, más que Instagram, y empecé a subir videos de imitaciones que hacía en ese momento. Quizá me ponía un repasador en la cabeza diciendo que era una peluca porque no tenía el presupuesto para comprarme una. No me compraba el sandwich en el recreo del colegio para después poder comprarme un bigote en el cotillón a escondidas, porque no quería que en mi casa me vieran que estaba haciendo eso.

―Mai: ¿Por qué?

―Iván Ramírez: No era que me daba miedo de que mis viejos me dijeran que no lo podía hacer, sino porque lo veía como un juego. Me quería divertir haciendo eso.

―Mai: ¿Cuántos años tenías cuando hiciste el primer evento?

―Iván Ramírez: En mi primer evento tenía 13 años, en el cumpleaños de 15 de mi mejor amiga. “¿Te animás a hacer algo vos que sos medio gracioso?”, me dijo y le contesté: “Sí, obvio”. Me vestí de Lía Crucet ―no entendía nada en ese momento―, no comí durante una semana comida en el recreo para ir a comprar las pelucas y el vestido. También hice a Abel Pintos y a Rodrigo. Esos fueron los tres primeros personajes que hice en un evento. Ahí empezó a ser más en serio, por el rebote.

―Mai: Las redes vienen a darle una estabilidad al artista, ¿no? Si generás contenido bueno, consistente y tenés tu audiencia, no caes en el evento o en los programas solamente

―Iván Ramírez: El verano pasado no estuve en ningún lado, solo trabajando con las redes sociales, generando contenido para marcas. Si hoy le metés a las redes sociales, son una fuente de trabajo, porque no dejan de ser un trabajo. Detrás de un video están las horas de edición, la idea, poner los subtítulos, corregir los subtítulos.

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