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Jimena Monsalve: “La sociedad piensa que a los jueces no nos importan las victimas”

Sociedad febrero 13, 2020

La Jueza de ejecución penal habló en "Libre Pensamiento" sobre el rol de la justicia en los casos mediáticos.

María Jimena Monsalve está a cargo del Juzgado Nacional de Ejecución Penal número 5 de la ciudad de Buenos Aires. Integra el grupo de jueces que junto a la Iglesia de Argentina trabaja por la reinserción social de las personas que están presas. Además integra la Mesa de Diálogo de la Pastoral Carcelaria que lucha por la inclusión social, la seguridad y la justicia. La jueza habló sobre su trabajo y dijo que “en primer término es una función muy difícil y creo que tiene que ver con una visión muy directa que tenemos nosotros sobre las consecuencias que tiene sobre una persona la pena. Hay una creencia general social de que siempre las penas son pocas, son blandas y que el juez de ejecución quiere beneficiar a una persona que cometió un delito aún cuando el delito que ha cometido es aberrante. Lamentablemente, creo que el diferencial tiene que ver con que el juez de ejecución es el que acompaña todo este periodo en el que la pena se sufre físicamente, psíquicamente, socialmente, y nosotros sabemos lo que ocurre adentro de una prisión. Sabemos y luchamos permanentemente porque todo ese tiempo que ocurre en el transcurso de una pena en prisión y cuan deteriorante esto puede ser y cuánto puede serlo en la etapa de desarrollo vital máximo de una persona que es la juventud”.

Sobre el efecto que tiene la prisión para las personas, la jueza aseguró que “es algo que en Argentina no se estudia cómo debería. Esta semana estuve compartiendo un documento del análisis que se hace del impacto de la pena de prisión sobre los hijos de la persona que sufre la pena. Es algo que nunca nadie escucha ni del se habla. En este caso en particular, sobre el caso de Villa Gesell, hay varios elementos terribles: es un caso aberrante, no podemos no empatizar con la víctima, no podemos no advertir que cuando estos hechos suceden en la clase media todavía generan mayor estupor, porque muchas veces estamos acostumbrados a que estos hechos no se den en este contexto socio cultural ni a estas edades. Eso genera que todos los días tengamos mediáticamente una nueva información que llega consciente o inconscientemente a nuestras cabezas porque está instalado en los medios. Tenemos una situación de tensión, puedo decir algunas cosas porque el caso nunca me va a tocar a mí: hay una tensión permanente que se marca dentro de la ley de víctimas y la obligación que tenemos de proteger los derechos de las víctimas y me parece maravilloso que se haya avanzado en eso, porque es muy importante. Pero también tenemos que otorgarles los derechos y las garantías a las personas imputadas o condenadas. El juez tiene ese doble estándar de obligación”.

En ese marco, la funcionaria dijo que la sensación general es que “o es la pena máxima perpetua o la sensación general va a ser la impunidad. Tampoco ayuda a que institucionalmente las personas que tienen en su cabeza hoy la obligación  de decidir puedan verdaderamente decidir libremente. Todo lo que sucede afuera afecta a la persona que tiene que tomar la decisión. No está aislada de lo que pasa en el resto de la sociedad. Recibe toda esta información, lo que dicen los medios, lo que dice la gente, el miedo al juicio político, tu propia familia. Tenemos que entender de una vez por todas que el sistema penal cuando aparece, aparece para dar una respuesta a un hecho muy grave porque por eso el derecho penal es el último que tiene que hacer y tiene el poder o la potestad punitiva del Estado más grande, que es poder privar a una persona de su libertad. Tienen que entender que cuando se toma una decisión de estas características, el juez de ejecución, ¿qué tiene que pensar? Que la pena tiene un fin socializador y no me gusta hablar en re, pero hay que lograr la integración social de esta persona. ¿Qué voy a conseguir a partir de tomar medidas que son absolutamente iatrogénicas para la persona? El sistema entiende eso pero la gente no. No se dan cuenta que la pena va a vencer, que la pena eterna no existe y que esa persona va a volver al ruedo y que es obligación del Estado que esa persona pueda integrarse socialmente”.

En ese sentido, la jueza aseguró que “en este último tiempo hemos podido comenzar a realizar algunas construcciones que permiten que se nos escuche la voz de otra manera. Hemos tenido algunas herramientas para unirnos y asociarnos para poder plantear ante las autoridades que uno muchas veces no entiende. Tenemos una Constitución y es clara. Sabemos que hay cuestiones que no van a repercutir en conseguir más votos y que no deben ser politizadas. Todos los países tienen o deben tener un sistema, ustedes saben que la pena de prisión no se eliminó en ningún país del mundo. Es así, lamentablemente es una realidad con la que tenemos que aprender a convivir pero también debemos aprender a mostrar cuándo corresponde dosificar una pena de privación de libertad y cuándo le reporta más a la sociedad que la persona haga otras cosas intermedias con penas alternativas. Eso en el inconsciente no está porque mucha gente no sabe, en el caso de estos jóvenes de Villa Gesell, que después hay que poner la cara y ver qué le pasa a esos jóvenes cuando están en el contexto de encierro, hay que ver las consecuencias en su evolución, cómo los impacta la pena que les toque, qué pasa con el sistema de jóvenes adultos, qué resultado nos da. El que ve ese transcurrir tiene una mirada en cuanto a lo que puede servir y en cuanto a lo que no. La sociedad no tiene eso porque no se especializa sobre estos temas y habla cualquier persona que no entiende ni del sistema penal ni de lo que es el momento del desarrollo humano cuando un chico tiene 18, 19 años, qué es lo que le pasa, lo que es enfrentarte a una situación de una institución violenta. Eso no significa que a los jueces no les importe la víctima o que uno no considere que es un hecho aberrante o que la situación que ocurre con un resultado de muerte no sea importante”.

Por otro lado, la jueza dijo que “he escuchado barbaridades referidas a las modalidades concursales. No puedo creer que se puedan decir estas cosas en programas de televisión. Nosotros tenemos una misión que cumplir, que es ser mejores para nuestra ciudadanía y parte de ser mejores es poder comunicar mejor. Tenemos que aprender, tratar de convocar y buscar gente experta o especializada en la materia y que entiendan que solamente construyendo más cárceles o poniendo a gente a vivir en condiciones indignas, no es suficiente. Siempre hago la alegoría del perro: si a un perro cachorro lo pongo a vivir en una habitación oscura, no le damos de comer, hacemos que coma arriba de sus heces, le respondemos con violencia, ¿qué tipo de perro va a salir? Va a salir un perro feroz. Lo podemos entender con los perros, pero no con las personas. Hablemos con los que saben, con las personas que transitan la prisión”.

En ese sentido, Jimena Monsalve destacó que “nosotros vamos a golpear puertas, nos asociamos por primera vez hace menos de un año, creamos una asociación de la justicia de ejecución penal y hemos pedido espacios en las mesas de diálogo, en las mesas donde se trata la “emergencia”, porque decir emergencia no es nada. La situación carcelaria, especialmente en la provincia de Buenos Aires que tiene más del 50% de superpoblación carcelería, es gravísima. Los jueces tienen que administrar justicia con esa situación y no hay manera de que eso progrese porque cuando uno pone a alguien en condiciones indignas, la alimenta mal, ya sabemos el resultado y que no tiene salida. El sistema nos tiene que preocupar a todos porque las personas salen. ¿Para qué alguien sale anticipadamente y no cuando cumple su pena total? Es algo que también hay que explicar”.

En ese sentido, la jueza afirmó que “la realidad es que no podemos mezclar un tema directamente con el otro porque no estamos diciendo que para un homicidio la respuesta penal sea una pena alternativa. Tenemos que activar otro mecanismo para alertar que tiene que ver con que no se puede modificar la normativa en base a un caso mediático. No tenemos evidencia científica suficiente, no tenemos estadísticas suficientes. También en la cabeza de estas personas genera que todo es impune y la realidad es que no. Siempre pregunto si la población sabe que la Argentina tiene una de las más bajas tasa de homicidio de la región. Tiene la segunda más baja de la región, después de Chile. ¿Sabe esto la población? La gente sale a la calle y piensa que la van a matar en la esquina”.

Por otro lado, la funcionaria dijo que “tenemos que exigir a los legisladores que sus modificaciones legislativas se basen en evidencia científica, no por momentos. El coctel del problema carcelario que nombraban, fue un coctel que tuvo distintos componentes: tuvo reformas en las que no se hizo el cálculo de cuanta gente podía entrar con una condena firma a la cárcel, no se computaron cuántas plazas había. Un país serio sabe cuánta gente puede tener encarcelada, más no porque tiene responsabilidad internacional. No puede hacer cualquier cosa. Cuando uno hace estas reformas pero no se hacen en base a números, todo esto fue un coctel que terminó en esta consecuencia. Lo más grave es que se ha vulnerado indirectamente el derecho a la defensa porque el ciudadano tiene que saber cuáles son las consecuencias precisas de que es lo que le va a suceder en el transcurso de esa pena. Tiene que saber cuáles son las normas que rigen esta situación que esta transitando. Hemos llegado a un punto tal por normas que no son precisas, en definitiva la persona no sabe si va a tener acceso a la libertad condicional o a la asistida. Hay términos en las redacciones normativas, que lo más importante para tener éxito en esto es que la persona se comprometa con la suerte que va a tener porque si no es un transcurrir en la prisión para nada”.

Al finalizar, Jimena Monsalve aseveró que “necesitamos ante todo y me encantaría que lo hiciéramos, transmitir que a nosotros nos importan mucho las víctimas. Formamos parte de la sociedad, caminamos por las calles y hay que dejar de creer que somos personas aisladas y que no nos importa. Hay que dejar de incidir en eso. Tenemos que poder comunicar mejor qué hacemos, porqué lo hacemos y que la gente se sienta un poco más acompañada y protegida. Es importante eso. También que las personas que tenemos que juzgar también sientan que vamos a ser justos. No quiero que alguien que está a disposición mía crea que porque cometió cierto delito voy a decidir en perjuicio de ella y no le voy a defender su derecho. Yo jure por la Constitución y no soy un verdugo”.

Podés escuchar “Libre Pensamiento” los jueves de 14:00 a 15:00 horas por La RZ.

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