José Colángelo: “No concibo mi vida sin el tango”
Tango diciembre 11, 2024El pianista, compositor y director de tango estuvo en el programa "Valorando lo Nuestro".
¿Qué significa en tu vida el tango?
Te diría que todo, porque no concibo mi vida sin el tango. Primero no concibo mi vida sin el piano, eso es increíble, pero al dientudo no me lo saquen. El dientudo es lo más lindo que se vio en la vida, le pegue como le pegue nunca se queja y aparte es tan noble, es un instrumento que no se acaba nunca además, pero el tango es algo que bueno, entró muy rápido en mí porque bueno hay un poco de herencias, hay un tío abuelo, Salvador Colángelo, que llegó a tocar con (Antonio) Sureda, con (Julián) Divasto, y un papá, mi querido Leonardo, mi querido Nardo, que tocaba el bandoneón y bueno, hay un legado de herencia, y yo a los seis años y medio, siete casi, pedí a la vieja, a los viejos, le dije por favor quiero estudiar el piano, y voy a averiguar, a las cinco cuadras de mi casa había una profesora, y ahí empezó esta historia que es muy linda.
¿Qué pasa con el tango?
El tango es una de las músicas, sin lugar a duda, de las músicas populares más lindas del mundo, no me cabe la menor duda, no lo digo yo, lo dijo Manos Hatzidakis. Y el único número que venía de América éramos nosotros, entonces yo le pregunté a través de mi intérprete por qué llevaba el tango, dijo porque descubrí que es una música tan hermosa, con una rica melodía y una finísima armonía, y todos los días se puede escuchar un tango distinto y que sea más lindo que otro. Entonces el tango en el exterior ha recobrado un renombre increíble, y esto también tenemos que agradecérselo al tango argentino, porque antes de eso cualquier era músico, cualquier era bailarín, metimos muchos perros y la gente no es tonta, el japonés debe tener cara de tonto, pero no lo es, y el americano menos, y entonces nos aprendimos a partir de este tango que teníamos que hacer las cosas bien.
Luego, recordó cómo fue su debut en la música: “Terrorífico. Yo tengo dos noches distintas, porque yo debuté en el 68, pero en el 66, el piano, además, se me va a Estados Unidos, una embajada de una semana, diez días, y me dice, Pepe, ¿qué? ¿Me tenés que cubrir? No, ¿estás loco? Sí, vení, yo te paso todo, no te preocupe, el gordo divino (Aníbal Troilo), no va a tener problema, tenés un programa atrás, había que hacer un par de cositas.
Bueno, me pasó todo el piano, de verdad, hermoso, terminó, el gordo me dijo, pibe, gracias por todo, un abrazo, un beso. Nos fuimos, nos fuimos. A los dos años, cuando echan a Osvaldo Berlingieri de la orquesta, el gordo dice, no llame, bandoneón, voy a volver a tocar yo”.
Para finalizar, rememoró a la figura de Julio Sosa: “Fue un ídolo, Julio fue un ídolo total, no sé qué hubiera pasado con Julio si vivió cuatro o cinco años más. No te olvides, murió a los 38 años, se están cumpliendo 60 años ahora de su muerte, y murió en pleno apogeo, cuando recién había hecho la primera película, que era una cosita muy chiquita, y venía ahora un trabajo mucho más importante, que era ir a España, y habíamos hecho así todo el interior del país, habíamos hecho todos, tres carnavales por noche, comunicaciones, con Julio fue impresionante lo que se trabajó. Si Julio hubiera vivido más tiempo, no sé a dónde hubiera llegado”.
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