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Julián Varsavsky: “Son sociedades que renuncian a la individualidad en pos del desarrollo”

Sociedad junio 12, 2021

El escritor argentino charló en "Como Ganar Amigues" sobre la cultura oriental y sus diferencias con Occidente.

Julián Varsavsky es Licenciado en Ciencias de la Comunicación (UBA). Ha publicado medio millar de crónicas en Página 12, National Geographic, Anfibia, Altair, Brando, Reforma, Soho y Lonely Planet.

Es autor del libro “Japón desde una cápsula” (Adriana Hidalgo Editora) y coautor de “Corea, dos caras extremas de una misma nación” (Continente). Dirige el taller de crónica “Viajar para contarla” (Anfibia, Fundación Tomás Eloy Martínez). Es también fotógrafo y documentalista.

El escritor habló sobre la muerte de Yuan Longping, el científico que acabó con el hambre en China. “Vivimos en mundos tan distintos. Se murió alguien, acaso tan famoso allá en China como Mirtha Legrand acá. Allá genero que decenas de miles de personas salieran a las calles en su entierro y velorio pero acá no nos suena ni de lejos. La sociedad china sufrió hambrunas que nosotros hoy por hoy no sabemos lo que es una hambruna donde la gente se muera de hambre. Hay que ir varios siglos al pasado en Argentina pero como tal nunca sucedió. Si durante 10 mil años en un pueblo que estuvo asechado por las hambrunas, resultado por ejemplo de que vino una conquista mongola, una guerra, una sequía o una inundación. Vaya si es importante de que se terminaran para siempre las hambrunas porque son millones de personas muriéndose de hambre y otras cuantas sufriendo y habiendo sobrevivido”.

En ese sentido, el escritor contó que “este personaje fue el que descubrió el arroz híbrido justamente después de vivenciar la ultima hambruna que tuvo China, que fue entre 1959 y 1963, en el estado de una movilización hacia el campo que hizo Mao, que quiso industrializar de manera veloz el país y hacer unas grandes obras de ingeniería desacomodando fuertemente la economía. Él vio gente muerta y dijo “yo voy a dedicar todas mis energías para conseguir aumentar el rendimiento del arroz”. Fue a recorrer China para conseguir un arroz más potente que creciera más e hizo un híbrido. Lo injertó en la planta más común y rápidamente logro aumentar el 30% de la producción, lo cual finalmente generó que todos los chinos comieran a partir de entonces y hasta ahora. Eso fue valorado por la población”.

En ese contexto, Julián Varsavsky relató que “esta es una sociedad donde hay una concepción más cíclica del tiempo y que tiene que ver justamente con el campo de arroz, porque la vida alrededor del campo de arroz es cíclica. En cada estación cambia la función productiva, el sembrado, el cosechado, el almacenaje, el cuidado y eso implica que se mire hacia atrás mucho más de como se mira en occidente, donde la memoria es mucho más frágil. Los chinos, que se conciben a sí mismo como civilización, que de hecho son la única y gran civilización milenaria con una continuidad permanente. Los egipcios no tienen nada que ver con los faraones. En China hay una continuidad histórica, documentada, con un mismo idioma, con una misma escritura y es por lo menos mayoritaria. Entonces se mira más atrás y por lo tanto la relación con el pasado es más estrecha en ese pensamiento cíclico”.

Además, el licenciado en Ciencias de la Comunicación contó que “el tiempo en la composición taoista es cíclico, no tiene comienzo y no tiene final. El pensamiento chino en general está moldeado por la cultura del arroz. Si vos te fijas, los chinos fueron cazadores, recolectores como todos en las poblaciones prehistóricas hasta que se sedentarisan por la agricultura y así surgió la civilización, a partir de que descubrieron de que el arroz podía ser plantado. A partir de entonces en China fueron miles y miles de aldeas de arroz donde se tenía una vida muy cercana a la tu vecino, por tanto hablamos de una vida muy comunitaria y el trabajo te imponía lo comunitario. Es un trabajo que se hace grupal, no cuentapropista. Tenes que trabajar todos los días”.

En ese sentido, el escritor analizó que “según las épocas, hay un sembrado y embarrado hasta la rodillas y los codos, con la espalda doblada en U, trasplantando plantines y caminando hacia atrás dejándolos en línea recta. Cada sujeto es un engranaje fundamental, por lo tanto los métodos de control, de regulación social, de autos en esas sociedades implican que vos tenés que controlar a tu compañero, a tu familiar, a tu vecino y tu compañero te controla a vos. Está aceptado que así sea porque nadie debe fallar, deben funcionar como un grupo colectivo que golpea bien y en el blanco siempre porque sino fracasan y si fracasan se mueren de hambre literalmente. Hay un equilibrio muy frágil que no es solamente en el trabajo, es colaborativa, es autoregulada y el asunto es que en las sociedades confucianas  y colectivistas vos sos policía, sos vigilante y vigilado a la vez. Así funciona la autoregulacion, vos un poco renuncias a tu individualidad, a tu libertad y a tu iniciativa porque vos tenés funciones que tenés asignada desde que naciste”.

En ese marco, Julián Varsavsky aseguró que “son diferenciales según clase social y según genero. La mujer históricamente debía ser obediente, el hermano menor ser obediente al hermano mayor y la autoridad máxima en la aldea es el anciano. Tienen toda una serie de jerarquías, que tenía que ver con la edad como la ética japonesa en lo que hace al tema de comercio. En Japón por ejemplo, vos no podes perder cosas porque las cosas te vuelven. Perdés la billetera y es altamente probable que la recuperes. Es más, a mi me paso en un bus que me fui a Ozaka y me quedó en el asiento cuando me baje. Estaba seguro que la iba a recuperar, fui a la oficina del bus y llamaron al chófer y a la media hora me llego, incluso en una bolsita y no faltaba nada. Hay una ética que está marcada por la ética samurái, los samurái hacen una reivindicación y una sobreactuación de la ética y el honor”.

Además, el escritor contó que esa ética está ligada “a la religión original, el sintoísta, donde uno de los principales pudores es el de la suciedad y la impureza que te mancha. Hay mucha obsesión por la limpieza física, en las calles y eso tiene una raíz sintoista milenaria que está operando en el inconsciente colectivo, donde un acto turbio o deshonesto te mancha y mancha a tu familia también. Tenes que ser impolutamente correcto y limpio porque la mirada del otro es muy importante. Si vos te mostrás ante el otro como deshonesto es mucho más grave que en una sociedad occidental o individualista, donde hasta el deshonesto puede ser visto como un vivo o como un piola. Eso tiene raíces muy profundas y hay un enraizamiento del sentido del deber que viene de ese rigor confuciano”.

Al finalizar, el licenciado afirmó que en esas sociedades “tenes interiorizado el deber, tu deber es ser bueno, ser honesto, ser limpio y vas a hacer todo lo posible por ser lo que te educaron desde muy chiquitito, en esos valores confucianos y en el papel que debes cumplir ante la sociedad. Entonces terminas autocontrolándote, hay una menor tendencia hacia la estafa porque existe la corrupción en la política pero vas a encontrar policías condenados por tráfico de menores, etc. Tiene que ver con la imagen y el rigor confuciano que te lo inculcan desde muy chico”.

Podés escuchar “Como Ganar Amigues” los jueves de 18:00 a 20:00 horas por La RZ.

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