
Ley de Incineración: opiniones cruzadas
Política mayo 4, 2018En "El Arranque", Patricio Del Corro, Juan Carlos Villalonga y Renzo Morosi compartieron su visión sobre esta iniciativa que generó polémica.
Por Johan Talarico
Mediante comunicación telefónica con “El Arranque”, y con visiones diferentes uno de otro, Patricio Del Corro, Juan Carlos Villalonga y Renzo Morosi compartieron sus opiniones acerca de una ley fundamental en la cotidianeidad de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires: se trata de la incineración de residuos urbanos que se generan en el Estado Porteño, bajo la técnica de termovalorización energética. Uno, a favor .Otros, en contra. Lo que quedó bien en claro, en cada uno de los testimonios, fueron los argumentos que los tres brindaron para el sostenimiento de sus afirmaciones.
A modo de introducción, se aprobó este jueves, en la Legislatura Porteña, la ley que habilitará y posibilitará la quema de basura que se produce en Capital Federal, con 36 votos a favor (34 del bloque Vamos Juntos y dos de los diputados Sergio Abrevaya, del GEN, y Marcelo De Piero, de Mejor Ciudad), mientras que 22 se opusieron de forma rotunda (entre los disidentes, se destacaron las siguientes bancas: Unidad Ciudadana, Peronista, Socialista, Suma + y la izquierda).
La sesión, en el Palacio Legislativo, se interrumpió en ciertos pasajes de su duración debido al reclamo ferviente de parte de ciertos grupos, tanto de recicladores como así también de activistas de Greenpeace, quienes irrumpieron en el recinto y manifestaron su posición de un modo bastante particular: confeccionaron un repertorio donde relacionaban la quema de basurales con la muerte. Como evidencia, tocaron la marcha fúnebre e integrantes de la entidad NO gubernamental vistieron de color negro.
Por otra parte, y en medio de la polémica general, asociaciones compuestas por vecinos y la Federación Argentina de Cartoneros y Carreteros expresaron su disconformidad. Eso quedó demostrado en el momento en el cual estos últimos acusaron a los diputados oficialistas de “mamarrachos” y estallaron de bronca a raíz de documentos en los que se revela el manejo de la pauta publicitaria y supuestas “recompensas” a periodistas con el fin de la incentivación de los proyectos.
Los organismos ligados a lo ambiental denunciaron que se trataba de un negocio más que millonario. Según expertos, cada una de las siete plantas para la incineración tiene un costo aproximado de 500 millones de dólares. También sostienen que la Ciudad seguirá su curso por el endeudamiento para su instalación. Y recalcan que, con el 4 por ciento de ese costo, se haría realidad el montaje 40 centros o espacios verdes para el achicamiento del número de residuos.
Como si fuera poco, los recicladores advirtieron que las plantas producirán resistencia y conflictos severos en las barriadas de la ciudad donde se pretenda el hipotético montaje.
De acuerdo a la cronología de los hechos, en el medio de todas las miradas, Carlos Tomada, jefe del bloque del FPV, fundamentó: “se incumplió la ley de Basura Cero durante diez años de gestión y ahora quieren que se aplique un método antiguo y dañino para la salud. Les dan la espalda a los miles de trabajadores que quedarían en la calle. Este proyecto para la autorización de la quema de basura, contra la recomendación de todos los especialistas, parece que es la frutilla del postre de un plan perfecto, que se diseñó para una correcta inducción a una crisis al sistema de lo que se recicla”.
El legislador no se quedó atrás y habló de la pulverización de puestos de trabajo: “Durante estos años, acompañamos a las cooperativas de recicladores urbanos en decenas de denuncias sobre la desfinanciación del sistema, la falta de equipamiento, la ausencia de alguna política de comunicación tendiente a que se promueva el reciclado. Mientras el mundo discute las maneras de mejora y profundización de los sistemas, la Ciudad retrocede veinte años y nos propone que la basura se queme. Casi como quien propone que se esconda debajo de la alfombra lo que no se pudo o no se quiso que se resuelva”.
Victoria Montenegro, por su cuenta, aunque en paralelo a lo planteado por su equipo, enumeró las consecuencias negativas para la salud por la emisión de dioxinas y furanos (producidos durante el proceso de incineración), que son sustancias cancerígenas, y resaltó el interés económico y no ecológico de la gestión capitalina.
En primer lugar, en la maratón de entrevistas, quien abrió el juego fue Patricio Del Corro, diputado del Frente de Izquierda por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Sin embargo, en el inicio de la nota, el funcionario aclaró su idea sobre la situación de la República Argentina en base a varios aspectos. “Estamos frente a una crisis política, económica y social que se incrementa. Al gobierno se le fue la mano la situación”, aseguró Del Corro, que luego agregó: “El gabinete correspondiente ya anunció que habrá un ajuste en el déficit fiscal y otro dirigido a la población. Lo único que les creo es que aplicarán políticas ortodoxas. Buscan que se frenen las corridas. Tienen todo fuera de control”.
En lo que respecta al ítem para el cual fue consultado, Patricio sentenció que “hace diez u once años” se votó una normativa con el objetivo de basura cero, demasiado “progresiva” para la minimización de material desechable, que se enviaba a la Provincia de Buenos Aires, y por otra vía, “se acudía” al reciclado. “A partir de esta ley, se permitirá de nuevo que se incinere la basura en la Capital, hecho que no se llevaba a cabo desde hace más de una década”, confesó, y expresó que “se incinerará otra vez”, por más que el gobierno diga que no se trate de termovalorización.
A continuación, el perteneciente al bloque de Izquierda recalcó: “también achica las metas de reciclado y no hace balance alguno de lo que ocurrió. Un tiempo atrás, Juan Carlos Villalonga contaba con la intención concreta de que se produjera los objetivos de lo que se recicló. Le preguntaría a él qué es lo que opina de esta situación”. No conforme con ello, el funcionario añadió que, el hecho de que se prenda fuego basura “genera un impacto” significativo y crucial en el ambiente.
En lo referente a las problemáticas sociales en torno al reciclado, Del Corro manifestó: “existe un inconveniente porque quienes reciclan, realizan un extraordinario esfuerzo. Lejos de un programa donde se incentive esta acción, veremos una actitud de quemado”. En relación a ello, detalló los percances que se desatan en la cadena laboral a través de esta iniciativa. “Alrededor de 20 mil personas se dedican a esto”, subrayó.
Si de dinero se trata, el hombre de izquierda reveló los dividendos que se generan por esto e instaló que “detrás, hay un negocio multimillonario” y fabuloso. “Una sola planta incineradora cuesta alrededor de 500 millones y quieren que no se sepa”, contó.
En segunda instancia, en el transcurso del programa, tuvo la palabra Juan Carlos Villalonga, diputado nacional por Cambiemos y conocido dentro del ambiente bajo el mote de “Cali”. Además, según lo que indica su currículum vitae, desde 1983 es activista ecologista y estuvo al frente de la Agencia Ambiental de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Respecto al tema en cuestión, el entrevistado aseveró: “mi posición frente a esto no varió en nada. Desde hace 14 años que trabajo de manera constante con el objetivo de que la Ley de Basura Cero no solo sea una ley, sino que se transforme en una realidad y sea una política estatal en la Capital Federal”.
En línea con lo dicho, destacó que llevó a cabo trabajos de modo constante para su aplicación. Por su probable compatibilidad entre su oficio de ecologista y su rol dentro de la función pública, Cali respondió que, en este caso, es “Diputado Nacional” y no ocupa un cargo en una ONG. “Tengo responsabilidades diferentes”, contestó.
En cuanto a la hipotética contaminación a raíz de la implementación de esta medida, Villalonga arremetió: “lo que hoy se tiene en mente es un proceso de incineración con posterior recuperación de energía. Son tecnologías homologadas y se probaron alrededor del mundo. Tiempo atrás, se fue para adelante con mecanismos que no se pusieron a prueba”. En cambio, a partir de probables efectos que conlleve a que se contamine, explicó que “se corre ese riesgo” y hace alusión a la competividad del incinerado con el reciclaje.
“La incineración puede que sea una alternativa. Uno tiene una opinión formada, aunque no significa que prevalezca por encima de las que tienen los colegas”. Después, Juan Carlos resaltó que, en 2005, cuando se dio espacio a “Basura Cero”, hubo una opinión de las mayorías. “Es esencial cuando la visión es minoritaria o no pertenece a las mayorías”, esbozó, y de inmediato, acerca de ciertas frases de Del Corro en su contra, declaró: “no tiene la menor idea de quién soy yo. No nos acostumbramos de que, en un gobierno, haya diversos matices”.
Por último, y en tercer término, compartió su mirada Renzo Morosi, subsecretario de Higiene Urbana. En la conversación, el funcionario rectificó su conformidad con la salida de la normativa legal y remarcó: “mi visión es positiva. No se contemplaba un crecimiento en lo económico y poblacional. Esta era la única ciudad del mundo que estaba trabada por un cepo a la tecnología de termovalorización”.
Para más información, confirió que, “lo que se aprobó”, es para que se “habilite al ejecutivo a la utilización” de esta plataforma tecnológica. “Es muy empleada en el mundo. Creo que es un gran avance”, confirmó.
En conclusión, Morosi no se olvidó de la seguridad medioambiental y la maquinaria de termovalorización en otras ciudades del mundo. “En la actualidad, hay unas 2600 plantas por el planeta que funcionan con continuidad. Otras doscientas están en etapa de construcción”, dijo el subsecretario. En lo que atañe a los objetivos, cuando se le consultó por los objetivos, el subsecretario estableció: “la intención es que se avance con los generadores. La ley marca la obligación de un debido y adecuado tratamiento previo para que se saque los materiales para su posible reciclado”.
*Podés escuchar “El Arranque” de lunes a viernes, de 10.30 a 12 horas, por Radio Zónica.