Sábado 15 de Febrero de 2025 - 11:41 pm

MARCELO TITAFERRANTE: “Un porteño que tiene cosas para decir, y no le importa qué dicen los demás”.

Literatura enero 20, 2025

El escritor Marcelo Titaferrante conversó con Luces y Sombras (Viernes 16 hs por la RZ) sobre su reciente proyecto: El payador sin guitarra.

 

Marcelo Titaferrante escribe desde no hace tanto tiempo pero ya consiguió lo que pocos, a la hora de tomar la pluma; estilo propio. “En lo literario trato de mantenerme activo. Estoy escribiendo mi segundo libro. El primero estuvo relacionado con la narrativa, y este segundo perfila con poemas, y para eso estoy desarrollando unos textos que voy a compartir acá. Se trata de un payador, denominado El Payador sin Guitarra. Es como una especie de gaucho porteño que tiene unas cosas para decir, y no le importa lo que piensen los demás. Debo decir que no vengo del lado de las letras, no estudié eso. Soy proyectista mecánico, toda la vida trabajé en la industria, es decir, no tiene nada que ver con las letras. Pero precisamente la inquietud que uno tiene cuando escribe ayuda mucho en los talleres, con el fin de mejorar la calidad de lo que uno escribe y para poder autorregirse también. Porque eso es importante, ser autocrítico de lo que uno hace y poder encontrar los errores que uno comete, porque siempre los comete. El tema es encontrarlos, porque ningún texto es perfecto. A mí me sirvió mucho el aporte que me dio la participación del otro porque siempre cuando uno escribe cree que lo hace de una manera correcta pero cuando lo lee tiene otra interpretación. Y es que cada persona tiene una interpretación distinta del mismo texto”.

“En esas diferencias que surjen, aparece la corrección, y ajustar el texto para que salga para el lado que uno pretende. Darle el sentido, porque a veces pasa que cuando uno escribe porque tiene historia formada en su mente y parte de esa historia queda atrapada en su mente y uno no es capaz de expresarla con las palabras, entonces cree que con lo que plasmó en el papel es suficiente para que el otro lo interprete, y no es así. Normalmente ocurre lo otro, que parte de esas historias quedan en la mente y uno tiene que pelear contra eso y tratar de descubrir donde estan los errores para se logre interpretar lo que se quiera decir. Me pasó que tuve la idea de un payador porteño que anda por la vida tratando de expresar su sentir y lo hace sin que le importe mucho lo que opinen los demás. El escribe, después si lo leen o no es problema del lector”, describe, antes de compartir la primera parte de su reciente trabajo:

Señores, soy payador

así es como me percibo

y con un pie en el estribo de este bondi acogedor

vengo a escribir que es mejor

porque guitarra no tengo

tampoco sé si entretengo

pero eso me importa poco

escribo pero no toco

un payador medio rengo.

Yo daré mis opiniones

aunque nadie me las pida,

no pido a cambio comida

ni plata ni comisiones.

Quiero expresar mis razones

y que la gente me escuche.

Tendré mi propio estuche

cuando la parca me lleque

y de su mano me lleve

para que nunca más luche.

Así que diré primero

que la vida es una mierda,

que no hay derecha ni izquierda

si uno no tiene dinero

es un pobre pasajero

mendigando unas migajas

como en juego de barajas

va corriendo con la suerte

levantando un contrafuerte

esquivando las navajas.

Yo soy un gaucho porteño

un payador sin guitarra

con una vida bizarra

en busca del propio sueño.

Soy libre, no tengo dueño,

Aunque no soy de andar mucho,

voy atento, miro, escucho,

lo que la gente me dice.

Los escritores de La Matanza que plasmaron su pluma e imaginación en 2024

Fue un año prolífico para los autores locales. Cuentos, novelas y poemas fueron los géneros más elegidos.
Durante el año, varios escritores de La Matanza dejaron volar su imaginación con historias que atraparon a los lectores desde sus primeras páginas. La pluma de estos autores es sumamente inspiradora para otros colegas y, de esta manera, pueden contagiar a que más jóvenes opten por la lectura. Entre los géneros que más prevalecieron este 2024 se encuentran poemas, historias, romances, cuentos y experiencias vividas.

En marzo, la escritora ramense Agustina “Nini” Ríos logró cumplir uno de sus sueños y objetivos: lanzar su primera novela de género juvenil, Corazones de cristal. La influencer matancera se inspiró en diferentes relatos que leyó durante su vida y en su propia experiencia. Así, se propuso brindarle al lector una historia en la que pueda reflejarse y remontarse a diferentes escenarios.

La protagonista de esta novela es Mellie, una joven que comienza una nueva etapa en su vida al comenzar a estudiar una carrera universitaria. Sin embargo, empieza a recibir cartas y regalos remitidos por su padre, quien había fallecido. Paralelamente, ese fantasma del pasado no es el único que ha vuelto para poner su vida de cabeza. También lo ha hecho su mejor amigo de la infancia: Mason Carter, quien se distanció cuándo él le confesó su amor.
Otro ramense que presentó este año su ejemplar es Ricardo Cardone: Las dos criaturas. En dicha obra, el autor despliega un mecanismo literario que genera incertidumbre porque todas las certezas parecen temblar al adentrarse en los textos fantásticos. Es una compilación de cuentos donde el tópico central es la dualidad entre las personas. Generalmente, hay dos criaturas, dos roles, dos personas y, algunas veces, una persona con su alter ego.

También el escritor y periodista Pablo Pozurama lanzó su libro de cuentos: El secreto de las mentes cochambrosas. La obra literaria contiene 57 cuentos de humor absurdo, surrealismo, parodia clásicos de la literatura infantil y de adultos que nacieron en el programa de radio Ktarsis por Hexa Radio, que está integrado por estudiantes y egresados de la Universidad Nacional de La Matanza (UNLaM). Además, el prólogo fue escrito por Pedro Saborido.
Por su parte, el escritor moronense, y exestudiante de Ingeniería en la UNLaM, Pablo Kvesa lanzó Amor en el exilio, que narra diferentes historias desromantizando los procesos de migración actual. “Muchas veces, no nos damos cuenta de todas las cosas ganadas, de nuestra cultura, de todas las posibilidades que tenemos en nuestro país”, contó.

En este sentido, señaló que a la hora de migrar hay que saber muy bien a qué lugar uno quiere ir. “En mi caso elegí Copenhague, Dinamarca, pero nos educaron con que en Europa todo es mejor y que tendríamos la vida resuelta, pero no es así. Todos nos criamos mirando hacia afuera, al exterior”, remarcó.

Otro de los escritores matanceros que tiene una gran presencia en la literatura y que se distingue por su lucha cultural en el territorio es Víctor Orellana. Este año lanzó Luciérnaga conurbana inspirándose en diferentes vivencias y en el contexto sociocultural que atraviesa el país. El libro contiene 55 historias entre cuentos y microficciones.
La autora ramense Melisa Gentile lanzó su primera novela juvenil: Leticia Rauch y los síntomas del amor. La historia se centra en una adolescente que comienza a descubrir esa nueva etapa y las relaciones sociales que la rodean. El libro es de la editorial Aique y se encuentra a la venta en diferentes librerías.

La protagonista, de trece años, siente que tiene todo bajo control, es decir, su familia, sus amigos y su deporte favorito: el fútbol. Le dicen La Pioja y es conocida como la Messi de su equipo. Sin embargo, algo comienza a preocuparla: ¿es que su amistad con Tobías se ha transformado?, ¿cómo reconocer qué le pasa al corazón propio y al del otro?

La autora asegura que, a pesar de ser una novela juvenil, está destinada a lectores de diferentes edades. “Yo disfruto mucho de los libros juveniles e infantiles ya que uno revive alguna situación o emoción. Por eso me gusta recalcar que el libro es para todos”, afirmó.
Entre la gran lista de autores que mostraron sus trabajos al mundo también esrá Elizabeth Molver con De norte a sur. Cartas a/de Malvinas. “El libro cuenta tres historias a través de cartas entre una abuela y una nieta, una estudiante de Salta y un soldado que no conoce, y la tercera inspirada en la carta real que mandó el maestro de La Matanza Julio Cao a la escuela que trabajaba y un alumno”, develó.

Otro de los escritores de La Matanza que brindó un gran aporte en diferentes áreas es Delfor Santos Soto. El autor, periodista y exconcejal fue víctima de la dictadura y sus familiares decidieron homenajearlo publicando una de sus obras: “Aquí y allá”. El autor había escrito sus poemas durante su adolescencia y juventud.

Inscripción abierta para los talleres de literatura del Museo Fernández Blanco
Abierta la inscripción 2025 para los talleres de literatura del Museo Fernández Blanco, dictados en la sede Palacio Noel y coordinados por el Profesor Pablo Gaiano.
Taller de escritura para cuento y novela
Profesor: Pablo Gaiano
Modalidad: Presencial
Día: miércoles 17 a 18.30 h.
Comienzo: 12 de marzo
Duración Cuatrimestral
Actividad arancelada

 

Taller de lectura de la obra narrativa de Jorge Luis Borges
Profesor: Pablo Gaiano
Modalidad: Presencial
Día: Jueves 17 a 18.30 h
Comienzo: 3 de Abril
Duración Trimestral
Actividad arancelada

Los talleres del escritor Pablo Gaiano tienen más de 20 años de antigüedad en el Museo Fernández Blanco. Muchos de los alumnos del taller ya son escritores. Setenta y seis alumnos han publicado libros de cuento o novela en editoriales prestigiosas.

Luego de ver teoría literaria se ejercita escribiendo en casa y leyendo en clase. La metodología utilizada brinda muy buenos resultados para quienes quieren ser escritores.

Pablo Gaiano es especialista en Borges, dicta el taller de lectura del autor del Aleph hace alrededor de diez años. Es conferencista nacional e internacional sobre el autor mencionado.

Los requisitos para ingresar son ser mayor de 18 años y tener el secundario en castellano aprobado.

Informes e inscripción

Boletería del Palacio Noel, Suipacha 1422 (horarios de apertura del Museo).
ó por mail al profesor Pablo Gaiano:
literaturaciudad@yahoo.com.ar
“La literatura marca, pero no deja huella”, escribe Blanchot. Es una frase crucial, que expresa la tensión entre la materialidad de la escritura y la volatilidad de la tinta, entre la marca de la literatura (paso, pisada, huella, resto, ruina: lo que sobra) y el peso (cuenta, balance, cálculo, arqueo) de la cultura. Nada que no haya sido dicho antes, aunque el secreto de la literatura y el arte (secreto público después de Duchamp, secreto a la vista de todos) reside en convertir a la repetición en novedad. Un mismo objeto en otro contexto: he aquí lo nuevo.

Pues la cuestión de la autorización de la literatura, o lo que podría llamarse también su legitimidad, permanece vigente. En la lógica de la vanguardia (no tengo padres e invento a mis precursores) la literatura se autoriza sola: “Si no me creen, vayan a ver”, exclama Lautréamont al cerrar sus Cantos de Maldoror, colocando al texto – a la sintaxis- como columna última del sentido. Lo que dice el texto es verdad, no porque refleje, retrate o reponga alguna realidad exterior al texto; sino porque la ficción se escribe como verdad. Es una cosa. Un acto. En esa frase se encadena un trío (texto, creencia, realidad) cuyo nudo –aún no desatado- encierra el destino de la literatura moderna.

Pero esa lógica de la vanguardia exige después de Duchamp y del nouveau roman, repensar el carácter fetichista del texto (y su secreto). A saber: reponer el texto –el texto de vanguardia- como el resultado de una relación social determinada. Es decir, como una forma. Escribe Marx: “¿De dónde brota, entonces, el carácter enigmático que distingue al producto del trabajo no bien asume la forma de la mercancía? Obviamente, de esa forma misma”. Es allí entonces, en la forma, en la sintaxis, donde se juega la posibilidad de develar, de acceder al misterio de las condiciones sociales de producción de un texto. La forma no es lo que encubre, al contrario, es lo que revela. Aparece aquí la insuficiencia de la sociología para detectar la tensión entre forma y modo de producción, entre singularidad y habitus. Aquello que cierta izquierda -y el progresismo de mercado también- llama, casi como un insulto, “formalismo” (es un escritor demasiado formalista…) no es más que su propia mala fe publicitaria que, en nombre de una literatura temática (la literatura de hoy: la búsqueda de un nicho temático) obtura la ruptura que introduce la forma cuando es radical. El escritor trabaja únicamente sobre cuestiones formales (los demás, simplemente escriben libros). Y es allí, en la forma, en la sintaxis, que roza el secreto del carácter fetichista de la propia práctica.
Vuelvo a la cuestión del testimonio. ¿Ante quién testimonia la literatura? Una frase de Barthes, da un primer acceso a la cuestión: “¿Cómo el texto puede ‘salir’ de la guerra de las ficciones, de los sociolectos? Por un trabajo progresivo de extenuación. En primer lugar el texto liquida todo meta-lenguaje, y es por esto que es texto: ninguna voz (Ciencia, Causa, Institución) está detrás de lo que él dice. Seguidamente, el texto destruye hasta el fin, hasta la contradicción, su propia categoría discursiva, su referencia sociolingüística (su género); es lo cómico que no hace reír, la cita sin comillas. Por último, el texto puede, si lo desea, atacar las estructuras canónicas de la lengua misma”.

$data['img_url']

La RZ en donde quieras

Descarga la app disponible en tus plataformas favoritas

La Radio

La RZ nació hace 6 años, en el mes de enero del año 2015. Junto a Radio Zonica y Zonica+, forma parte del #GrupoZonica: el grupo radial online nº1 de la Argentina.

Conocé más
Micrófono