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Mariano Tenconi Blanco: “No tengo ganas de ver una obra de teatro para salir destrozado”

Arte febrero 20, 2019

El Dramaturgo hablo en "El Espectaculo y yo" sobre su obra mas reciente.

          Nacido en Buenos Aires, Argentina, en 1982, Mariano Tenconi Blanco integra junto al músico y compositor Ian Shifres y la productora Carolina Castro la Compañía Teatro Futuro, una estructura de investigación, creación y producción que estrenó las obras “La Fiera” en 2013, “Las Lágrimas” en 2014 y “Futuro” en 2015.

          Como autor y director estrenó “Montevideo es mi Futuro Eterno” en 2010, “Lima Japón Bonsai” en 2011, “Quiero Decir te Amo” en 2012, “La Fiera” en 2013, “Las Lágrimas” en 2014 y “Futuro” en 2015. “La Fiera” ha participado diversos festivales en Argentina y el exterior y ha recibido premios y distinciones tales como Trinidad Guevara, Premios Hugo y Premios Teatro del Mundo de la Universidad de Buenos Aires. Tenconi ha sido galardonado con el Premio Teatro del Mundo a Mejor Dramaturgo por “Quiero Decir te Amo” y “La Fiera”, y con los Premios Hugo a Mejor Libro y Mejor Dirección por “La Fiera”.

          En 2015 obtuvo el primer premio en la novena edición del Premio “Germán Rozenmacher” de Nueva Dramaturgia, organizado por el Festival Internacional de Buenos Aires (FIBA) y el Centro Cultural Rector Ricardo Rojas, con su obra “Todo Tendría Sentido si no Existiera la Muerte”, estrenada en el año 2017.

           “Lima Japón Bonsai” y “Quiero Decir te Amo” han sido editadas por Libros Drama, “Quiero Decir te amo También” ha sido incluída en la antología “Teatro Queer” de Editorial Colihue, y “La Fiera” ha sido incluída en la antología “Novísima Dramaturgia argentina” de Editorial Universidad del Sur. Editorial Losada publicó un libro con sus cinco primeras obras estrenadas a mediados de 2015.

          En marzo del año 2016 estrenó “Le Malentendu”, ópera compuesta por Fabián Panisello sobre la obra teatral homónima de Camus, en el Centro de Experimentación del Teatro Colón. Además hará funciones en el Festival de Otoño de Varsovia y en la Neue Opera de Viena.

         

          Fue régisseur de la ópera “La Libertad Total”, de Fagin-Katchadjian, estrenada en el Ciclo de Música Contemporánea en el Teatro San Martin, en octubre de 2014. En 2013 participó de “Pueblo Tomado”, festival de teatro en Querétaro, México y de Long Distance Affaire, proyecto de teatro por Skype con sede en New York. Sus obras de dicho ciclo fueron exhibidas en Nueva York, Bucarest y en el Edimburgh Fringe Festival. En 2011 escribió, junto a ocho autores, el libreto de la ópera “Mentir” (sobre Ada Falcón), estrenado en el Centro de Experimentación del Teatro Colón. En 2010 fue invitado a la Feria del Libro de Frankfurt.

          Actualmente se desempeña como docente de dramaturgia y de actuación, mientras que su obra “Todo Tendría Sentido si no Existiera la Muerte” se encuentra en su segunda temporada. Al respecto, el dramaturgo contó su proceso creativo: “Como creo que pasa casi siempre, fue un poco biográfico y un poco literario. En el año 2010 falleció mi abuela, que para mí tenía la importancia, en términos subjetivos de crianza, de como si fuera uno de mis padres. El último tiempo de ella, que fue bastante difícil, en el cual la cuidamos mucho y todo, a mí me marco. Obviamente es una ausencia que sigue haciendo mella.”

          “Entonces, ese hecho biográfico me llevó por un lado a leer muchos libros donde moría alguien. Mayormente encontré una suerte de subgénero que era como de la muerte del padre. Había hijos que vivían la muerte del padre, algunos con gratitud, otros con rabia, otros con muchísima rabia, etcétera.”

          “Esos libros de pérdida me hicieron sentir bastante acompañado, y tenía ganas de escribir la mía. Pero bueno, en mi caso finalmente la obra llegó a un punto para nada autobiográfico, a pesar de este origen que tuvo.”

          “No sé cuál hubiese sido el último deseo de mi abuela, es muy difícil pensarlo. Porque era una persona que también era muy, muy diferente a mí y a casi todos, porque era una mujer de la frontera entre Uruguay y Brasil, hablaba una suerte de portuñol por como acentuaba. No puedo pensar lo que hubiera querido, pero si decirte como lo hubiera dicho. Algo que me marcó de ella es la cuestión formal.”

          Originalmente estrenada en el Centro Cultural Rojas, para luego pasar el Centro Cultural San Martín, la obra de tres horas de duración (con un intervalo de quince minutos) nos remonta a fines de los años 80, en un pueblo en el interior de Buenos Aires. Allí, una maestra de escuela descubre que padece una enfermedad terminal, así que como última voluntad decide filmar una película pornográfica.

          En su elenco encontramos a los actores Maruja Bustamante, Flor Dyszel, Bruno Giganti, Agustín Rittano, Juana Rozas y Lorena Vega, con vestuario a cargo de Cecilia Bello Godoy y Johanna Bresque. Oria Puppo se encarga de la escenografía, Matías Sendón de la iluminación y el propio Tenconi se encarga de la musicalización, aparte de dirección y dramaturgia, con música original de la mano de Ian Shifres. En fotografía se encuentran Ariel Feldman, Sebastián Freire y Xavier Martín, mientras que el diseño gráfico fue realizado por Gabriel Jofré. Carolina Castro es la coreógrafa.

         El proceso autoral que llevo a este éxito tuvo, además, un efecto terapéutico: “Pude reconstruir esa experiencia dolorosa desde la pérdida, la agonía. Porque la pérdida sigue estando, la sigo extrañando. Pero sobre todo reconstruir ese proceso dentro de uno más festivo como lo es hacer una obra de teatro. Es como haber resituado la energía, que creo me funcionó bien.”

         “Hay algo que estaba en la escritura pero que cuando fui ensayando descubrí más cabalmente, que es que la obra era muy, muy divertida. Más allá que es una obra de la muerte, es con muchísimo humor. Me parece que está bien, porque si no es difícil. A mí me pasaría como espectador, no sé si tengo ganas de ir a ver una obra de teatro, hora y media súper densa para salir destrozado. Para eso tengo la realidad.”

          “En cambio, obviamente lo conmovedor aparece, pero la cosa sucede desde un lugar celebratorio. Me parece que también es una buena lectura de la muerte, y está bueno cuando la ficción lo que hace es tratar los temas que nos afectan en la vida desde una hipótesis afectiva, diferente.”

          Sin embargo, no sería correcto encasillar la obra sólo en un relato sobre la muerte, dada la amplitud de temas que trata: “Hablar sobre el tema de una obra es bastante reduccionista, ya que puede atravesar un montón. Lo que efectivamente se cuenta es que el personaje principal se está muriendo. Pero como todo, los ejes temáticos son hipótesis para desplegar lenguaje y para despegarte de la realidad. En ese punto, lo que gira en torno de la obra, más allá que se está muriendo, la sexualidad, los objetivos incumplidos, la amistad, un montón de cosas.”

          “Fue una obra que me llevó muchísimo tiempo escribir. En general había escrito obras más bien breves, Las Lágrimas era un poco más larga, pero La Fiera eran unas quince páginas de texto, duraba cuarenta minutos, una hora con música. En cambio Todo Tendría Sentido me llevó casi ocho meses escribirla, y después tuve un par de reescrituras intensas, reescribí también ya ensayando, escenas que no funcionaban, cambiaba, cortaba.”

          “Tiene la expresión formal de la paciencia, dejar que las cosas vayan avanzando al ritmo que tienen que avanzar. Como toda la producción tuvo que tener esa paciencia para suceder. Yo la escribí en el 2013, la obra se empezó a ensayar en 2015 y la estrenamos en el 2017 en el FIBA, con coproducción de varios teatros. Fue un proceso muy largo cuando, en general, en el teatro por suerte son más inmediatos. Capaz que escribís enero, febrero, marzo; ensayaste abril, mayo, junio y en julio la estrenaste, en este caso yo estuve casi cuatro años.”

          “Generalmente soy detallista en el sentido que trabajo mucho, reescribo mucho. Sobre todo trabajo mucho el lenguaje, porque me importa mucho como suenan las palabras, la poesía, la importancia de la palabra. Entonces me hace detener mucho en eso y me importa tanto como lo que pasa en una obra. Casi que me importa más como se dice.”

          La duración de la obra resultó sorpresiva hasta para su escritor, como contó: “Lo fui descubriendo con la escritura, esta paciencia con la que fui escribiendo me hizo empezar a percibir que estaba bueno que la obra tuviera una extensión mayor a la habitual, porque eso le iba a dar el espectador la posibilidad de conocer más en detalle a los personajes.”

          “Me empecé a dar cuenta que una zona de experimentación que a mí me gustaba en la escritura, que estaba vinculada a la relación entre teatro y novela. Porque la obra, por un lado es recontra teatral, casi que no hay ni siquiera monólogos, todo el tiempo hay gente hablando con otra gente, digamos, en ese punto es el colmo de lo “realista”. Pero por otro lado es muy poco realista, porque trata un tiempo que parecería ser impropio del teatro, que es contar un año, dos años; y la agonía de una mujer durante todo ese tiempo. Es casi inviable contar ese período en el teatro.”

          “Se me hizo bastante cabal la idea que la obra tenía que tener una extensión mayor que a lo habitual. Después me pasaron dos cosas. Primero, como estrategia de producción, nos dimos cuenta que todo se estira hasta un lugar, así que vimos que hasta tres horas, tres horas y cuarto era lo posible. Más tiempo era imposible para cualquier teatro porque tenían que cambiar los turnos de los técnicos, ya era un problema mayúsculo.”

          “Decidimos llevarla a tres horas porque el texto era un poco más largo. Tuve que cortar, porque la versión que ganó el premio tenía ciento cincuenta páginas y la que quedó al final tendrá unas ciento diez.”

          “Estaba bueno para correrse del molde del teatro de Buenos Aires, que muchas veces se hacían obras con pocos personajes, duración de una hora y escenografía pequeña porque era lo que se podía comprar con la plata que uno consigue generalmente. Acá un poco la aventura de producción fue conseguir mucho más dinero para poder una escenografía mucho más grande, una obra mucho más extensa y que la monte a pesar de todas estas condiciones disímiles”.

          “Todo Tendría Sentido si no Existiese la Muerte” tiene funciones los sábados y domingos a partir de las 22:00hs en el Teatro Payró, ubicado en San Martín 766, CABA.

Podés escuchar “El Espectáculo y Yo” los miércoles a las 16:00hs por Radio Zónica.

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