Martin Slipak: “Los actores que generan tensión en una obra de teatro, no me interesan ni medio”
Personalidad Destacada marzo 3, 2023El actor conversó con "Los Acomodadores" sobre su vida profesional.
Para comenzar, los conductores le preguntaron a Martin Slipak, de qué se trata su nueva obra y cómo es trabajar al lado de una figura internacional, Gael García Bernal. La obra era muy extraña, hablaba de los heterónomos de Pessoa, autor portugués; escribía cómo si fueran diferentes autores y cada uno tenía su propia personalidad, por eso se le llama heterónimos, porque tenían incluso biografías, falsas biografías para cada uno de esos autores, y lo que hizo la autora es generar un encuentro un poco onírico entre todos estos autores y Pessoa. Era una obra bastante abstracta, cuando bajamos con la obra para mi ese es su punto caramelo, porque estaba en su delirio más teatral, más lúdico, pero la pasamos muy bien.
Como fue trabajar con Gael. Él se comportaba cómo cualquier par, era gracioso que dentro de los ensayos se tenía que ir a los Oscars, no sé si se fue 4 o 5 veces al exterior… Es una cosa que uno normaliza en el momento, pero no es para nada normal.
¿Sentías que estaban todas las miradas puestas en él? Obviamente hay una curiosidad de ver una estrella de Hollywood en un escenario porteño pero cuando arranca el juego la mirada se empieza a repartir. Si el espectador ve que cada uno está proponiendo algo, le propones juego, la mirada se va a repartir. En ese sentido la obra estaba repartida.
Hablan del escenario “El Coliseo” y preguntan si no piensan que erraron con el teatro. Bueno, era una apuesta. Yo disfruté ese show que demandaba esa grandilocuencia, me parece que hay un punto de desmoralizar lo teatral, y ver qué pasa, esto te implica y obliga a conocer un nuevo lenguaje. Se produjo algo cómo de show neurótico, porque no dejaba de ser una persona dentro de una persona, y de Pessoa, esta cosa tan gigante que te ofrecía El Coliseo con el actor internacional… era una tensión interesante.
De que se trata “El Método Grönholm” dirigido por Ciro Zorzoli, en la Sala Pablo Neruda. La obra cuenta una suerte de reunión de candidatos a un mismo puesto de trabajo en una empresa, se enteran que todos son candidatos cuando llegan, todos pensaban que iban a tener una entrevista individual y de repente se enteran que es global. Y que no hay nadie más que ellos y la empresa los observa desde afuera. Los empiezan a someter a una serie de pruebas extrañas para ver quién se queda con el puesto de trabajo. Y a partir de ahí, ocurren toda clases de miserias, espantos y demás, de todos los participantes para ver quién se queda con el trabajo. La obra es interesante porque tiene muchos giros, los personajes pasan de pronto a ser otra cosa, el público se sorprende con esto, lo interesante que le encontró Ciro es una faceta de mucho humor a la obra. La versión cinematografía era más seria, y pedía una nueva mirada sobre este texto y creo que Ciro lo puso en un lugar de extrañamiento y de rareza muy cómica, en donde como actores te demanda una constante concentración, vértigo, etc., porque va a una velocidad muy grande. Hay un trasfondo constante y eso es muy divertido de actuar.
Tiempo de ensayo. Tuvimos poco, tuvimos poco, la obra se estrenó con otro elenco, es decir es una obra de cuatro actores que cambiaron dos; estaba Rafa Ferro, Julián Cabrera, Benjamín Vicuña y Laurita Fernández. Vicuña y Laurita tuvieron que dejar y la obra siguió, siguió porque andaba bárbara. Entonces entramos quien les habla y Marina Bellati.
Cuándo te enteraste que ibas a ser parte de esta obra, ¿La fuiste a ver? Bueno, cuando supe que iba a hacer la obra, fui a verla. Lo cual es extraño para el actor ver a alguien haciendo el papel que vos vas a hacer, porque te enfrenta como actor. Es lo que le plantee a Ciro, mira yo soy diferente porque soy un diferente actor entonces le voy a dar otra mirada, ni mejor o peor, pero soy distinto. En ese sentido fuimos muy bien recibidos, fueron muy abiertos en ese sentido, dos de los cuatro cambia, es lógico que la obra va a cambiar. Yo no soy de los que piensan que es igual cualquier actor en cualquier personaje.
Le preguntaron al actor si prefería improvisar o que sea rígido… El riesgo de la comedia es que te podes ir un poco al carajo, a mí me divierte improvisar, es una pieza de relojería, no podes empezar a agregar porque pierde esa esencia. Si te empezás a correr mucho del registro esa esencia se pierde.
Cuantos años tenías cuando empezaste con Mex. Ocho, yo estudiaba con Midón, además era público fiel de sus obras. Agradezco mucho la mirada que tuvieron mis viejos a llevarme ahí. Lo que tenemos todos los que salimos de ahí, es que tenemos una mirada de que primero está el disfrute y el juego y después el trabajo. Vemos la profesión cómo algo que hay que disfrutar. Es una profesión que te pone ciertas metas sobre lo que tendría que pasar, y algunas veces te puede dar ansiedad o generar angustia si uno no está haciendo eso, o no estás consiguiendo lo que deberías estar consiguiendo, en todas las profesiones debe ser así. Pero al ser una figura pública eso tiene más peso, porque uno quiere demostrarle al público que consiguió esas cosas. Yo el otro día tuve la oportunidad de entrar a una clínica y veía a los enfermeros que me decían “si no la disfrutas no podes hacer esto”, yo veía la gente que le daba remedios a los enfermos, sacaban sangre, y a la tarde yo me iba al teatro a hacer pelotudeces, a hacer morisquetas, a disfrutar arriba del escenario, estamos en una profesión que te da la oportunidad de estar saltando la soga, de jugar a la pelota…
A continuación hablan de sus comienzos como actor… “Una Bestia en la Luna” Manuel Callau, Malena Solda. Tenía 12 años, yo tuve que negociar irme de viaje de egresados de primaria. Yo desde el primer día que vi que había algo más, desde el primer día vi que había una industria y que había que cumplir con ciertas cosas. La obra tuvo todo lo bello que se le podía pedir, el elenco era maravilloso, fue un éxito… También tuvo algo y es que a los 12 años, a mí me conocieron Manuel y Malena en la obra “Propósito de la duda” hablaba de los chicos apropiados en dictadura, entonces yo ya tenía registro de que algo de lo artístico puede repercutir y cambiar algo de la realidad, de golpe hablar del genocidio armenio y ser acogido de la manera que fuimos por esa comunidad, fue algo muy fuerte para mí a esa edad.
Y para finalizar le preguntaron cómo elige el material y cómo lo piensa. Yo creo que vuelvo al mismo punto, que se pueda jugar, no aburrirme poder aportarle algo a ese material. Que un proyecto, una obra, un director me enseñe. Muchas veces uno tiene que laburar, yo soy papá, uno hace cosas que no elegiría de antemano. Me ha pasado de estar en un obra de teatro donde hacia el comienzo y después no estaba en los próximos dos actos. Encontré ese momento para poder escribir, me encontraba 2 horas en un camarín, y escribía. Es una profesión muy frágil, lo que se pone en juego, para mi es de mucha fragilidad. Rita dijo algo muy lindo cuando hacíamos ejercicios fantásticos del yo, porque en la obra costaba que aparezca, “Bueno vamos a hacer scrum” todos agarrados y yendo para la misma dirección y con la misma fuerza, es eso agarrarse bien fuerte del otro. Cuando un actor genera tensión en el ambiente, anda a freír churros hermano, aunque seas un actorazo y tengas todos los premios… Esa cosa de pisar cabezas, o hacérsela pasar mal a alguien; una vez yo se la hice pasar mal a alguien por bestia, pero me disculpo. Pero jamás, incluso con la persona que está empezando, es un deber de los actores y actrices recibir con un abrazo al que está empezando. Los actores y actrices que generan tensión en una obra de teatro o en un set, no me interesan ni medio. Me parece que hay gente que cree que eso le puede agregar a la escena, es una forma vieja de manejarse. Hay una mirada ahora respecto a la profesión, es una mirada de disfrute y abrazo hacia el compañero.
Podes escuchar “Los acomodadores” todos los viernes a las 18hs por Radio Zonica