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Matias Alé: “Viví todo muy rápido”

Espectáculos julio 31, 2018

En "Mano a Mano con Monserrat", el Actor habló de la obra "Mi mujer se llama Mauricio" y reveló detalles de los momentos difíciles de su vida. 

Por Johan Talarico

 

      “Le pongo mucha energía al dia a dia. Mantengo los pies sobre la tierra, priorizo el valor antes que el trabajo. Mis viejos me educaron de esa manera”. Matias Alé, mediante una charla íntima con Alfredo Monserrat, brindó declaraciones esenciales y, entre risas y anécdotas, habló de todo.

       Durante una hora, el actor hizo hincapié en su familia y reveló detalles específicos de su historia personal. Además, contó particularidades acerca del problema de salud por el cual atravesó. Como si fuera poco, puso énfasis en la actualidad laboral y se refirió a la obra teatral “Mi mujer se llama Mauricio”.

       El espectáculo tiene como protagonistas a Adriana Brodsky, Germán Kraus, Alejandro Muller, Matias Santoiani, Kitty Locane y Micaela Mancini. Se desarrolla en el Teatro Premier (Avenida Corrientes 1565, Ciudad Autónoma de Buenos Aires) y le dan vida a una comedia familiar.

       Con una colorida puesta y una escenografía acorde, todo transcurre en París, y como buena comedia de enredos y puertas, ocurren determinados y disparatados momentos. George y Marion son un matrimonio de clase media acomodada, que un día irrumpe en escena Maurice, la amante desde hace dos años del personaje de Kraus.

       Pese a que la trama arranca con su desarrollo en el momento en el cual Muller entra en acción, un trabajador de “Ayuda Fraternal”, que será clave en la comedia. Las actuaciones están muy bien realizadas, aunque sin lugar a dudas la ovación en la sala es toda para Alejandro Muller.

       El mismo Matias, recuperado y espléndido, aporta su frescura y talento en el escenario. La escultural Adriana Brodsky deja en evidencia que su magia se encuentra vigente. Santoiani, por su parte, es elegido de nuevo por el productor Aldo Funes debido a su entrega, sacrificio, profesionalismo y carisma.

       Al elenco lo completan Kitty y Micaela, que además de belleza, distienden en ciertos pasajes del espectáculo, y le brindan un poco de personalidad a la comedia. Es una recomendable alternativa para reírse sin detenimientos mediante una hora y media.

        En cuanto a sus seres queridos, Matias no se guardó nada y dijo: “mi infancia fue feliz. Tuve unos padres supercompañeros y tengo un hermano divino. De chico no contábamos con muchas cosas materiales”. En ese sentido, compartió experiencias relevantes y manifestó su alegría.

      “Mi papá vendía jugos en Villa Gesell y, la plata que ellos ganaban, a la noche la quemaba en fichines y gaseosas”, aseguró. “Mi viejo era profesor de karate. Por el laburo, viajábamos de forma permanente”. Acto seguido, comentó que vivió en Barcelona, Madrid y fue a siete colegios.

       “Tengo amigos por todos lados y ello fue lo que me inculcaron. Guardo buenos recuerdos: cuando me regalaron la primera bici y el avión”, aseveró. “Todos los veranos, desde que tengo uso de razón y hasta que mi papá falleció, fui a Miramar”.

         Más adelante, analizó las profesiones que ejerce y remarcó sus puntos positivos. “Parece que quienes nos dedicamos a esto vivimos en una permanente infancia, jugamos”, esbozó. “Siento que, en algunas cosas, soy infantil o un poco Peter Pan”

        No obstante, recalcó conceptos clave para la vida e instó a que se piense en el presente. “Si no sacamos a jugar a nuestro niño interno, nos transformamos en personas amargas”, subrayó.

      “Con esta profesión tenemos muchos finales, nadie nos enseña a terminar una obra de teatro, un programa de televisión o radio”. De inmediato, indicó que “hay que pensar en el ahora” y no en proyectos, ya que la mente “va más rápido” y se cae en la ansiedad.

       Por otra parte, en lo referente a su personalidad, describió aquello que lo caracteriza y asumió sus errores. “Me hago correcciones todos los días, soy el peor crítico. Soy de leo y cumplo el 13 de agosto”, sintetizó. “Soy muy autocrítico y en toda mi vida fui así”.

       A raíz de ello, agregó: “a veces, hablo por demás en una nota o una entrevista. Debería preservarme un poco más, pero tengo un corazón muy abierto. Reconozco que es más negocio ser un poco más preservadito”.

      No conforme con ello, el Actor se definió como una persona “sencilla” y un hombre amiguero, inquieto, perspicaz y juguetón. “No tengo demasiadas vueltas. Atravesé las crisis y los problemas de varias formas”, estableció.

      “Siempre salí mejor de como entré de cada quilombo que tuve en mi vida, ya sea laboral, de salud o lo que sea”. En unos minutos, Alé expresó, sin vueltas, las dificultades por las que pasó. “Creo que la vida me castigó bastante, pero ya pasó. Uno aprende de todo conflicto o crisis”, confirmó.

       “Matias es un soñador, un muchacho que ve una marquesina y se emociona”.

       En lo que respecta a sus compañeros de trabajo, el invitado los elogió y transmitió todo lo que siente por ellos. “Germán Kraus es un comediante y compañero. Hizo millones de comedias”, asintió. “Con Nora Cárpena hice mucho teatro, realizamos como diez o doce representaciones de Alberto Migré”.

       Cuando se le consultó por los requisitos para que alguien le caiga bien, Matías se explayó sin problemas y no puso ningún condicionamiento. “Por lo general, trabajo en no tener prejuicios”, respondió. “Me caen bien todos. Tiene que ser muy complicada su energía o laburo”.

       Para más datos, conjeturó que si se encuentra con una sorpresa positiva, la tomará como bienvenida. “No creo en la maldad y considero que no existe. Las personas no son malas, están confundidas”. A su vez, sostuvo que trata de ser “buena gente” y que alguien tendría que tener mucho de malo para que le sienta mal.

      En relación a sus tareas más recientes, profundizó en lo que llevó a cabo y explicó el modo en el que lo vivió. “Volver Preguntas Mundial fue un programa de entretenimiento para la familia donde se premia al que más sabe de fútbol”, aclaró.

      “Fueron tres meses en los que leí preguntas y respuestas, desde el mundial de 1930 hasta Rusia 2018. Conocí jugadores, vi videos y estuvo buenísimo”. En continuidad con la charla, la expareja de Graciela Alfano habló del material “Mi mujer se llama Mauricio” y desarrolló el fin específico de su rol.

      “Va de jueves a domingos, con producción de Aldo Funes. Los jueves a las 21, viernes y sábados a las 21.30, y domingos a las 20”, informó. “Mi papel es sencillo y chiquito. La gente cree que llega un gangster a matar al amante del dueño de la casa”.  

      En ese sentido, comunicó: “cuando llego, en realidad soy un empresario que viene a comprar el departamento con mi mujer. La comedia está muy bien dirigida y actuada. Germán se encuentra estupendo y maneja los tiempos como nadie”.

       A Adriana Brodsky, la otra integrante del elenco, la calificó como “buena gente, linda y cálida”, y comentó que es un sol. “La aman. La aplauden al principio y al final”. 

      Luego de ello, no esquivó el tema de la salud, tan es así que marcó hechos puntuales, citó a su mamá y resaltó el malestar que le generó la enfermedad por la que pasó. “Me explotó la cabeza. Mi vieja es todo y se puso la diez. Se colocó mi problema al hombro y salimos los dos juntos”, exclamó.

      “Cuando estaba internado, mi madre se dejó estar: no se pintó las uñas, no se tiñó el pelo y se deprimió”. Enseguida, resumió que salió adelantey su madre volvió a tener luz. “Durante dos años no había salido con ninguna amiga”, advirtió.

      “Las crisis sirven para el crecimiento y la salida del lugar del confort, sino uno se pone cómodo”. Así las cosas, confirió que  “Dios le da sus peores batallas a sus mejores soldados” y lo que le ocurrió significó un tsunami. “Viví todo muy rápido y ahora estoy más tranquilo”, avisó.

       “Tengo mi tiempo y lo disfruto. Las cosas las acomodo de otra manera. Antes prevalecía el laburo y los viajes. Hoy no”. Por medio de un breve picado de interrogantes, Matias contó detalles íntimos, no se olvidó de Argentina y resaltó todo lo que no le agrada.

       “En una mesa romántica no debe faltar buena música. Spotify, You Tube y unas velas. Lo mío es todo natural”. Con firmeza y sin dudas, deslizó que las personas se acercan, ya que “está destinado que así sea” y se llevan algo. 

       “Este es el país que elijo para vivir. Me podía haber ido a Chile o Paraguay, pero siempre opté por la vuelta”, soltó. “Nunca me quejé de Argentina, porque siempre trabajé mucho con todos los candidatos”. Por consiguiente, precisó que “no hay nada más lindo” que el territorio nacional.

       “Hay que cambiar un montón de cosas y me arrepiento de tantas otras. Cuento con sesenta u ochenta amigos de verdad, de más de 30 años”. Entre otros asuntos, especificó que lo peor que le pueden decir es una mentira y le busca el lado positivo a todo.

        “Perdoné algunas infidelidades y me perdonaron varias”, reconoció. “No me gustaría perder a mi vieja, mi hermano ni mis amigos. Me dolería si no la tuviera, aunque creo que Dios será generoso conmigo”, insinuó. En paralelo, dijo que su madre es viuda desde los 42 años. “El dolor nos pone en el mismo escalón a todos”.

      Mediante un humilde análisis, el Conductor ratificó: “honro la vida en el día a día. Mi hermano estudia mucho y me dijo que el mandato común entre todas las religiones es que no hagas lo que no te gusta que te hicieran”.

      Después, Alé enfatizó que ese mandamiento está en todas las creencias. Por último, homenajeó a su padre, confió más experiencias de su vida privada y enumeró sus pensamientos. “Mi primera vez fue hermosa, a los 18 años. Ocurrió en el día de mi cumpleaños”, asumió.

      “En alguna oportunidad, algo me robé. Me animé a todo y me tiré con mi hermano de un paracaídas”. En segundo término, repitió que cree en el destino y que posee un propósito. “Sostengo que todos vinimos a algo”, completó. 

       “Cuando te das cuenta de que con tu trabajo y con lo que hacés hay un motivo, ahí ya está. Traspasaste la barrera”. En tercer lugar, aclaró que le faltó decirle a su padre “muchas cosas” y “se fue muy rápido”, de un día para el otro y con 44 años.

        “Me iba a ir de viaje con él a la Isla Margarita. Rezo y le digo lo que tengo para él. No le pediría explicaciones a nadie”, finalizó.

 

*Podés escuchar “Mano a Mano con Monserrat” los martes, a las 21 horas, por Radio Zónica.   

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