
Matias Bagnato: “Si estuviera libre me mataria a mi y a mi abuela”
Interes General febrero 15, 2019El unico sobreviviente hablo con "Las dos caras" sobre el pedido de libertad condicional del asesino.
La “Masacre de Flores” fue cometida el 17 de febrero de 1994 en la casa de Fernández Moreno 1906, donde Álvarez González roció la propiedad con combustible y generó un incendio. Por el fuego, murieron José Bagnato (42); su esposa Alicia Plaza (40); sus hijos Fernando (14) y Alejandro (9) y Nicolás Borda (11), un amigo del menor de los chicos que esa noche se había quedado a dormir, mientras que el único que se salvó fue Matías, quien por entonces tenía 17 años y saltó por una ventana.
Los investigadores determinaron en pocas horas que el autor era Álvarez González, un ex socio de Bagnato que le reclamaba una deuda y amenazaba a toda la familia. El asesino fue capturado días más tarde y condenado a prisión perpetua. La Justicia lo extraditó a España, de donde es oriundo; luego fue liberado, pero en 2011 se corroboró que había falsificado datos y volvió a prisión. El año pasado, el hombre solicitó a la Justicia, mediante la Ley de Extrañamiento, su expulsión del país. Bagnato pudo sentarse ante los jueces y pedir que Gonzáles siga preso: la Cámara Nacional de Casación Penal confirmó el rechazo del pedido.
Este árduo proceso marcó a Matías de por vida: “Cualquiera que le toca la desgracia de estar de este lado, como me ha tocado de chico, ninguno va leyendo el código penal, no conocés siquiera lo que es la ejecución penal. Cuando me empezaban a hablar de todas estas palabras, uno desconoce por completo.”
José Bagnato tenía una fábrica de zapatillas y el negocio no andaba nada bien el último tiempo; con la apertura comercial que propuso el presidente Carlos Menem llovían zapatillas del exterior. Acorralado, pensó en dejar de fabricar y sólo distribuir calzado. El sábado de 1993 Alejandro, el más chico de la familia, tomó la comunión, y el padre soltó el tema en la mesa familiar. Fue después de la iglesia en el festejo que hicieron junto a la familia en su casa, en el chalet de la calle Baldomero Fernández Moreno. Fructuoso Álvarez González, a quien llamaban Cacho, estaba sentado a la mesa. No era la primera vez: habían celebrado muchas fiestas juntos, vacacionado juntos y Alicia era la madrina de su hija. “¿Estás loco? ¿Cuánto es lo que te está faltando? El lunes voy y lo hablamos”, le dijo a José. Cacho tenía dinero: era dueño de agencias de automóviles y salas de videojuegos.
José y Cacho se hicieron socios. Cacho aportaba el efectivo que sacaría del ahogo a José y se cobraría el préstamo en cheques. La sociedad duró poco: Cacho pedía un interés mensual que no se había charlado; decía que José le debía cientos de miles de dólares. Para José no eran más de 40 mil. Una tarde Cacho llamó a Norma, la mamá de Alicia. Le pidió que fuera a su casa para charlar, le dijo que él quería mucho a su hija y su yerno, que quería arreglar las cosas. Norma accedió. Una vez que se sentó en el living, él le arrimó un escrito: era un poder que pretendía que firmara. Norma era la dueña de la propiedad en la que funcionaba la fábrica.
La abuela se negó. Cacho la tomó del pelo y comenzó a golpearla. De su bolsillo sacó un papel con cocaína y la obligó a aspirar. Se bajó los pantalones y mientras le frotaba el pene por la cara, su esposa llamó a Alicia desde la planta alta de la casa. Alicia y José llegaron junto con la policía: habían hecho la denuncia apenas recibieron el llamado. Cuando llegaron a la casa, Cacho había escapado por los techos.
Era octubre de 1993 y Fructuoso Álvarez González tenía una denuncia en la comisaría 38. Fue entonces que comenzaron las llamadas por la madrugada. A veces atendía José, otras Alicia. Del otro lado de la línea, el que hablaba siempre era Cacho. Los amenazaba y les cortaba. Al rato volvía a llamar para pedir disculpas.Luego empezó a llamar por las tardes, cuando los chicos estaban en la casa solos. A pesar de que cambiaba la voz, “hacía ruidos, respiraba, hacía como la voz de un monstruo”, Fernando y Matías sabían que era Cacho.
La madrugada del 17 de febrero de 1994 Matías despertó con la sensación de tener “una madera atravesada en la garganta”. Doblado, con medio cuerpo sobre la ventana, Matías vió sobre la calle a Norberto, su vecino. “¡Matías, tirate, prendieron fuego la casa!”, le gritaba. La voz de Norberto se confundía con el ruido que venía del cuarto contiguo. Como un soplete gigante, una llama azul bramaba desde la habitación de su hermano Fernando. No recuerda cómo fue que bajó. Lo que sabe lo reconstruyó a partir del relato de sus vecinos. Hubo una escalera, una terraza lindera, un policía, otro vecino. Tampoco recuerda haber pateado los autos estacionados: los bomberos le impidieron entrar a la casa. Una vez afuera, Matías quiso entrar a salvar a sus hermanos. A Fernando lo había escuchado: “¡Me quemo, me quemo!”.
A 25 años de la “Masacre de Flores”, el condenado solicitó a la Justicia que le otorguen la libertad condicional. La solicitud del ex comerciante español Fructuoso Alvarez González (58) para salir de prisión fue realizada por su defensa al juez de Ejecución Penal 1, José Pérez Arias, quien antes de resolver debe analizar los informes del Servicio Penitenciario. Respecto a la causa judicial, Bagnato explicó que el año pasado, luego de que se terminara el proceso que se realizó a través del pedido de la defensa del acusado por la Ley de Extrañamiento, volvieron a llamarlo desde la Fiscalía para decirle que Álvarez González había iniciado los trámites de libertad condicional.
“En este aniversario, me encuentro en la misma situación de todos los años porque me llamaron de la fiscalía para notificarme de que el abogado había iniciado el trámite para pedir la libertad condicional. No lo podía creer porque en mayo había sido el último pedido y me pregunto, ¿cada cuánto puede pedir este tipo un beneficio, cuántos les quedan?”, dijo Bagnato. Según el joven, fue entonces que empezó a averiguar y se enteró de que cumplido cierto plazo de encierro, cada seis meses puede pedir libertad condicional, y en este caso al condenado le quedan alrededor de cuatro años de cumplimiento de la pena.
“Cualquier ciudadano de pie no entiende y yo tampoco entiendo cómo puede ser que siempre pase lo mismo, que cada seis meses un detenido pueda pedir un beneficio. Vivo esto desde 2010 y no es vida”, sostuvo y agregó: “Tuve una reunión con la Comisión Penal de la Cámara de Diputados y lo que planteé fue eso. Con los tiempos de los procesos penales en nuestro país, es una tortura para las víctimas vivir así. Él pide un beneficio y hasta que se expide la Fiscalía, luego el Juez, luego Casación y el proceso se termina, pasaron varios meses y otra vez está habilitado a pedir otro beneficio. Es una tortura porque mi vida se transforma cada vez que pasa esto. Yo no tengo duda de que si este tipo estuviera libre me mataría a mí y a mi abuela”.
“De todas formas, depende de cómo lo ve cada juzgado, algunos te dicen que la perpetua no existe, que después de tantos años tiene que salir sí o sí y en otros casos como el de (el múltiple asesino) Robledo Puch, no lo dejan salir porque los estudios no le dan”, sostuvo.
De acuerdo con los estudios que constan en la causa, realizados por la junta disciplinaria del penal de Ezeiza, Alvarez González “no tiene arrepentimiento sobre el hecho, es un psicópata” y, según Bagnato, mantiene “odio” hacia su figura y por eso lo amenazó de muerte cuando fue expulsado del país, pero luego regresó aunque lo tenía prohibido.
Además, el condenado no tiene ningún vínculo que lo contenga en caso de salir de la cárcel, ya que no se habla con su familia. En 1995, el comerciante fue condenado a prisión perpetua pero cuando llevaba cumplida casi la mitad de la pena, en 2004, fue enviado a España, liberado y regresó al país, hasta que lo volvieron a apresar en 2011 por las amenazas.
En ese momento, solicitó un nuevo cómputo de la pena y desde entonces realizó numerosos pedidos, entre ellos salidas transitorias y luego el extrañamiento, que fue rechazado en mayo pasado por la Cámara de Casación Penal y ya está firme. Ahora, como ya lleva más de 20 años en prisión, pidió la libertad condicional.
“Cuando hablamos de seis meses entre un pedido y otro es no poder poner fin a esto. Es indescriptible lo que me pasa, son 25 años viviendo de esta forma. No sé qué más hay que evaluar”, opinó el joven, uno de los impulsores de la Ley de Derechos y Garantías de las Personas Víctimas de Delitos que rige desde 2017.
En ese marco, además, se dispuso la creación del Observatorio de Víctimas del Delito, contemplado en la norma. En los considerandos, se remarca que es deber del Estado fortalecer las políticas tendientes a garantizar a las víctimas de delitos un efectivo cumplimiento de sus derecho y que, en ese sentido, la sanción de la citada ley, denominada 'Ley de Derechos y Garantías de las Personas Víctimas de Delitos', ha sido un avance en la materia”.
Entre los puntos centrales de la ley 27.372 se destacaba la creación de la figura del Defensor Público de la Víctima y del Centro Nacional de Asistencia a las Víctimas de Delitos (CENAVID). Este último organismo funciona en el ámbito de la cartera de Justicia y coordina con las distintas áreas del Estado el asesoramiento jurídico, psicológico y social para las víctimas de delitos. La atención es a través de la Red Federal de Centros de Acceso a Justicia, que ya ha capacitado a todos los operadores de la ciudad de Buenos Aires y del primer cordón del Conurbano.El CENAVID ofrece también la línea telefónica 149 para la contención y posterior derivación de víctimas (no para denuncias), que atiende las 24 horas, todos los días del año.
Bagnato hace pocos días se reunió con la diputada Gabriela Burgos, presidenta de la Comisión Penal de la Cámara Baja, con la intención de elaborar un proyecto de ley que permita reducir los plazos para realizar este tipo de solicitudes en los casos de delitos graves.
También busca que se avance en la figura de “prisión permanente revisable”, aplicada en España para delitos gravísimos, que permite que una vez cumplida gran parte de la condena, se pueda obtener la libertad sólo en base a ciertas exigencias.
Como lo hace desde hace 25 años, Bagnato decide homenajearlos. El lunes 18 de febrero, a las 18:30, recordará a su familia en la Plaza Simón Bolívar de Flores ubicada en Baldomero Fernández Moreno y Dávila de Flores, donde Matías iba a jugar con sus padres y sus hermanos. “El Gobierno de la Ciudad se comunicó conmigo. Este lunes vamos a colocar una placa en una plaza que está ubicada a una cuadra de la casa donde vivía con mis viejos. A ese lugar iba con mis papás y con mis hermanos a pasear a mis perros, es el lugar donde tengo los recuerdos más lindos”, concluyó.
* Podes escuchar “Las dos caras” los jueves a las 15h por Zonica+.