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Natalia Basso: “Se descarta un montón de alimentos”

Medio Ambiente junio 13, 2018

En "Estrategias que suman", la Licenciada en Nutrición hizo hincapié en la gran cantidad de frutas y verduras que se desechan por día.

Por JohanTalarico

 

      Natalia Basso es Licenciada en Nutrición y cumple un rol esencial dentro del Ministerio de Agroindustria.

      En comunicación telefónica con “Estrategias Que Suman”, la entrevistada hizo hincapié en los alimentos que se desechan, tanto frutas como verduras, se refirió a la donación de comida por parte de diversos comercios y brindó detalles específicos sobre sus funciones.

       El Ministerio de Agroindustria tiene, como misión, la asistencia tanto al Presidente del país como al Jefe de Gabinete de Ministros, en orden a sus competencias, en lo que atañe a la agricultura, ganadería y pesca.

      También impulsa el diseño y ejecución de políticas públicas que aseguren una eficiente productividad, que se genere valor agregado y se lidere en innovación y tecnología. Por consiguiente, se posibilita la injerencia en el planeta de los productos y servicios argentinos.

       Si de visión se trata, se anhela a que se sea referente en el desarrollo agroindustrial de alimentos, a raíz de la productividad, competitividad y desenvolvimiento en tecnología e innovación, con actos que sean útiles para la integración productiva y comercial del sector agropecuario nacional en el mercado internacional.

       Los objetivos no son pocos. Por la ambición y la constante búsqueda de la perfección, se ejecuta planes y proyectos del área de su competencia elaborados por las direcciones del Poder Ejecutivo Nacional.

      No conforme con ello, se propone:

     -La intervención en la elaboración de las estructuras arancelarias con la intromisión de las áreas adecuadas, en el espacio de su competencia. Y en el concepto de política comercial en el campo exterior en el ámbito de su competencia.

     -El entendimiento en la confección de los regímenes de aranceles de promoción y protección de actividades económicas y de las herramientas que los concreten, así como la elaboración, ejecución y fiscalización de los mismos en su área.

     -Intervención en la promoción, ordenamiento y colaboración en exposiciones, ferias, concursos, muestras y misiones en el extranjero.

     -La comprensión en el otorgamiento de los certificados de origen y calidad de los productos que se destinan a la exportación.

-Interpretación en la tipificación, certificación de calidad y normalización para la comercialización de los productos primarios provenientes del espacio agropecuario, forestal y pesquero.

     Sin lugar a dudas, es especial lo que se establece en los valores. Primero, el Trabajo en equipo: junto a los productores y los empresarios pues la eficacia del funcionamiento de la retroalimentación entre lo público y lo privado garantiza una mejora en la producción ya que se originan más oportunidades para la cadena agroindustrial del país.

 -Diálogo abierto: gracias a esto, se compone la relación con aquellos que representan al sector y se ocupan de las necesidades peculiares de cada una de las producciones regionales.

-Compromiso: con la premisa de una apertura de senderos internacionales y el ofrecimiento de alimentos argentinos de calidad al mundo, que se escucha y resuelva los problemas del sector, afianzando el incremento de la agroindustria.

      En su texto denominado “Las huellas del despilfarro”, Basso recalcó, a grandes rasgos, que en la década de 1960, la llamada Revolución Verde redujo el hambre de casi mil millones de seres humanos en la Tierra, merced a un innovador paquete de técnicas agrícolas.

      Esa idea posibilitó el aumento de la producción alimentaria de 800 millones de toneladas durante 1961 hasta más de 2200 millones en el 2000.

      Ello significó un inmenso avance, pese a que algunos de los efectos comprometieron el equilibrio del ambiente y la biodiversidad, por lo que hace ya tiempo, técnicos e investigadores buscan que se ponga a punto fórmulas para el mantenimiento y ascenso de lo que se fabrica sin que se vulneren los recursos naturales.

       La cuestión es que no sólo hacen falta elementos tecnológicos del medio ambiente sino también conductas que faciliten un aprovechamiento más racional de lo que se produce. Lo que se fabrica en los tiempos que corren, a nivel mundial, serviría para que coma toda la población  (alrededor de 7 mil millones).

      Sin embargo, un séptimo (1/7) de la cantidad de habitantes del mundo sufren el hambre, dos séptimos (2/7) padecen desnutrición, otro séptimo (1/7) tiene sobrepeso y casi el 50 por ciento de ellos es obeso.

      Demasiados proyectos combaten contra la dificultad de acceso a un plato de comida. Con ese panorama, no suena lógico que un tercio (1/3) de lo fabricado en un año sea desaprovechado.

      De acuerdo a otra de las teorías, en el escrito se plantea que la cantidad de basura que se origina en el planeta prende las alertas, en particular aquella que se constituye por residuos alimenticios que, en determinados casos, están en perfecto estado para el consumo.

      Por el momento, no se le prestó atención a los minuciosos estudios que analicen la magnitud de la huella ambiental que suponen las pérdidas y los desechos. 

      A modo de introducción, en cuanto al hambre y a aquello que se tilda como desechable, la Nutricionista analizó: “hay un tema que es crucial. Hoy, dentro de lo que es Argentina y a nivel mundial, hay productos alimenticios que se fabrican y las personas no los consumen por diferentes razones”.

     Además, afirmó que se debe a determinados factores, como por ejemplo, el mercado, la cosecha, las buenas prácticas que no se cumplen, las que no son obligatorias y hacen al sistema agroalimentario, y por caracteres estéticos.

    “A veces, se tira  una gran cantidad de frutos ya que las personas esperamos que sean todos iguales”, dijo. “En realidad, la variedad existe y hay formas y colores. En esto de la imagen, descartamos un montón de frutas y provocamos que arroje”, agregó.

      Respecto a las estadísticas, la Licenciada compartió números precisos y puso énfasis en variables particulares. “Sabemos que los descartes se llevan a cabo por mal aspecto, golpes o porque las hojas de los vegetales de hoja se marchitan”, argumentó.

      “La verdad es que no se previno un anterior desecho. En el caso de los cajones de madera, las frutas se aprietan y se ponen cajones uno arriba del otro”, añadió. Para más información, aseveró que se transportan en camiones que no cuentan con la amortiguación adecuada, aunque no culpó ni apuntó con responsabilidades.

      En continuidad con su explicación de la situación en cuestión, la Nutricionista confirmó que hay “un problema político, económico y ambiental que afronta el mundo” y se visibiliza hace pocos años. “Argentina asume una tarea en esto y dice que queremos que la hambruna se reduzca”, informó.

      “Si deseamos que se colabore con el bienestar en alimentos y una soberanía, se debe apostar al trabajo”, sugirió.

      Por otra parte, y en referencia a la materia prima, la malnutrición y a los sectores que no comen, Basso contó puntos fundamentales de proyectos y recurrió a sus conocimientos en la materia. Así las cosas, respondió: “en 2013 comenzamos con funciones en el Ministerio de Agroindustria y, en 2015, con el Programa Nacional. Esta iniciativa responde a las metas de desarrollo sostenible”.

     Como si fuera poco, resumió que el objetivo es el trabajo de cooperación “entre las partes públicas, nacionales y subnacionales” dado que se pone en marcha junto a los municipios y provincias.

     “Es importante que se integren los privados, quienes se encargan de la manipulación de los alimentos todos los días y saben cómo funciona el sistema”, justificó.

      De inmediato, Natalia advirtió que “se involucran las ONG” y las organizaciones que implementan una labor relacionado a esto.

      A su vez, de acuerdo a la Ley de Protección de Responsabilidad de características del alimento, Basso señaló que hay dos cuestiones que no solucionarán lo que es el desecho alimenticio. “La Ley donal ayudaría a la recuperación, que es la última instancia en la que se perdió el valor comercial”, conjeturó. 

      “Se le da un valor de donación y, por ende, se dona dado que no se vende”, manifestó. Sin embargo, si se tiene en cuenta algunos obstáculos, la Licenciada explicó los percances que surgieron y contó la solución que se buscó. “Se vetó un artículo de la ley a raíz de una redacción desamparada”, esbozó.

       “Hoy por hoy, promovimos un nuevo inciso. De esta manera, y por medio del excelente desempeño del Banco de Alimentos, somos conscientes de que no tendremos inconvenientes”, replicó.

       “En las donaciones, hay un específico control. No se obliga a quien dona ni a quien lo recibe”, estableció. En paralelo con este ítem, en lo que respecta a la calidad de lo que se regala, esa responsabilidad pertenece al que lo provee y distribuye.

       No obstante, cuando se le consultó por las carencias del sistema alimentario, Natalia contestó que se esfuerzan “desde el lado de lo productivo” y apoyan al Banco de Alimentos. Por las toneladas de alimentos que se confeccionan en el territorio nacional, destacó que la cifra ronda en las 400 millones.

       “La alimentación y la restricción al acceso de lo que se ingiere  tiene que ver con muchas otras cuestiones que el gobierno las trabaja de forma conjunta”, remarcó. “Todo lo que es comedores y comunidades, se ocupa el Ministerio de Desarrollo Social”, exclamó.

      Por último, puso énfasis en el uso de agroquímicos en los campos y profundizó en los fines del Banco de Alimentos. En primer lugar, detalló: “la aplicación de fertilizantes, si se maneja de un modo adecuado y eficiente, se reduce la pérdida de la cantidad de alimentos”.

      Acto seguido, recalcó que, desde 2005, se coordina en la capacitación de comida y los procedimientos en los comedores como la higiene en general y en los utensilios. “Se hace un acompañamiento a cada uno de los sitios comunitarios”, sentenció.

      “La Red de Bancos de Alimentos funciona bien. Conozco el modelo y me gusta el modo en que proceden. Se aprende de la logística que emplean”, reiteró. “Hay un montón desde lo cual las personas se pueden sumar y que se apunte a un cambio en la alimentación”, concluyó. 

 

*Podés escuchar “Estrategias que suman” todos los miércoles, a las 18 horas, por La RZ.      

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