Osqui Guzman: “Entré al teatro sin saber lo que era”
Teatro octubre 31, 2020El actor habló en "El Gato en la Ventana" sobre su carrera y sus inicios en el mundo del teatro.
Osqui Guzman es un actor, comediante y conductor televisivo argentino. Guzmán es hijo de padres inmigrantes bolivianos, oriundos de los departamentos de Potosí y Oruro. Desde muy chico se interesó por la actuación y estudió en el Conservatorio Nacional de Arte Dramático.
Recibió numerosos premios, entre los que se destacan un Premio Florencio Sánchez y un Estrella de Mar por su papel teatral en El Bululú (creación de José María Vilches).
La Legislatura Porteña nombró a Osqui Guzmán Personalidad Destacada de la Cultura de la Ciudad de Buenos Aires el 3 de diciembre de 2009. Actuó en numerosos proyectos en teatro, televisión y cine.
El actor recordó la obra “El Bululu”, por la cual gano importantes premios. “Lo hice por mucho tiempo. Recuerdo que lo estrené en el 2010, no deje de hacerlo todos estos años. Este año que estuve con Los Bonovos como cumplía 10 años de “El Bululu” quería hacer alguna función pero con todo esto de la pandemia no me dejó. Gane la Estrella de Mar como mejor unipersonal y mejor música con “El Bululu”. Recuerdo que cuando estaba en el primer año del Conservatorio de Arte Dramático empecé a hacer teatro callejero en la Ribera y el director que me quería mucho me dio un casete grabado del disco de “El Bululu” de Vilches y ahí lo empecé a escuchar. Tenía 18 años, fue tal la fascinación que me causó su voz, los textos de Cervantes, sus poemas de Lorca que lo empecé a escuchar día y noche”.
En ese sentido, el actor habló sobre su infancia, familia y sus comienzos artísticos. “En la terraza de mi casa en La Boca había un cuartito dónde estudiaba ahí. Yo vivía con mis viejos. Yo nací en Buenos Aires y ellos vinieron de Bolivia en la segunda presidencia de Perón. Mi mamá tenía 15 años, ellos se criaron en Bolivia pero terminaron de formarse acá en Buenos Aires porque cuando ellos llegaron no había muchos bolivianos y la colectividad era chiquita. Mi mamá era de Potosí y mi papá de Oruro, mi papá falleció y mi mamá está viva. Yo quería ser médico por una cuestión de que mis padres hicieron mucho esfuerzo por hacerme estudiar, eran clase media-baja, costureros, vivíamos en un cuartito de 4×4 en La Boca. Era muy difícil pensar cuál sería mi profesión porque estaba como delineado un camino obrero o el aprendizaje de algún oficio pero anda saber que me depararía el destino”.
En ese marco, Osqui Guzman contó que “mis padres me hicieron estudiar con mucho esfuerzo y para ellos era muy importante el estudio. Me dije que iba a hacer un esfuerzo e iba a ser médico. Como yo practicaba artes marciales, mi gran meta y mi sueño era ser profesor de artes marciales. Pensé me va a ir bien traumatología porque está relacionado con el cuerpo, con los huesos. La cuestión que dos días antes de terminar el 5º año del colegio me cuenta un compañero que la novia se había anotado en el Conservatorio de Artes Dramáticos y le pregunté qué era eso. Me dijo que era una Facultad de Actores y me dijo que una de las materias que cursaban era Acrobacia, Violencia en escena y esgrima. Era una materia curricular del Conservatorio y por esa materia fue que pensé que podía ser una posible carrera. Hago una materia que me sirva para lo que yo quería ser que era profesor de Kung fu, fui a averiguar e insistí y así abandoné Kung Fu. Cuando entré, rendí un examen de dos semanas intensivo y había 1000 postulantes para los tres turnos mañana, tarde y noche de todo el país. Yo entré sin saber lo que era el mundo del teatro”.
En ese sentido, el comediante relató que “por entonces veía muchas películas de artes marciales, me escapaba del colegio y me iba al centro a ver esos continuados de las películas de Bruce Lee. Ese era mi mundo. De chiquito en casa antes como no podía, no tenía con qué pagar el Kung Fu así que antes de estudiar yo ya en mi casa miraba las películas e imitaba los entrenamientos de los artistas marciales, entrenaba las hazañas que ellos hacían. Mi tía me contaba que yo iba colgar la ropa en la terraza y se asustaba porque yo estaba trepado con un sistema que había aprendido en una película. Siempre me interesó lo del cuerpo fue lo primero que exponía, que ponía en juego y me gustaba. Así que por las artes marciales fue que entré al mundo del teatro”.
Por otro lado, el actor habló sobre sus conflictos familiares a raíz de la elección de su carrera. “Los movimientos artísticos tienen que ver con el entorno en que se suceden o van en contra de lo que pasa o van porque el entorno es favorable a eso. En mi caso, mis padres no entendieron bien y se enojaron. Mi viejo no me habló por 3 años, mi mamá se enojó pero como yo empecé a hacer teatro enseguida, con mi decisión me quedé solo. Me dije que iba a tener que tomarme en serio esto porque ya que había causado tanto revuelo, le tenía que dedicar todo el tiempo a hacer teatro. Empecé a hacer teatro apenas empecé a estudiar porque me echaron del trabajo que tenía como repartidor en un súper. Yo salía a las 13 horas del Conservatorio, caminaba 3 cuadras hasta el supermercado y entraba a las 14 horas hasta las 23:30 horas. Al otro día a las 8 en punto estaba en el Conservatorio pero el trabajo que tenía yo lo hacía muy bien y me echaron porque era la costumbre en ese tiempo: te tenían dos o tres meses y chau, te reemplazaban total no pagaban nada”.
Luego de que lo despidieran de su trabajo, el actor contó que “vi un cartel cerca de mi casa que se necesitaba un actor para teatro callejero y fui. Me tomaron un examen porque yo mentí, dije que hacía mucho que hacía teatro. Me hicieron hacer de un gallego de un sainete, lo hice bien y quedé. Mi director Juan José Citria, esos años en que mi padre no me habló, fue mi padre en ese momento. Él me quería y me decía cosas hermosas de mi trabajo. Hice un montón de personajes, el tano, judío, compadrito, todos los personajes del sainete los hice ahí en la esquina de Caminito, en La Boca. Tenía facilidad debe ser porque me aplaudían, todos me preguntaban porque no estaba en televisión, me decían que era bueno. Mi mamá vino un día a ver la función y cuando volví a la tarde a casa mi mamá me dice: “servís para esto”. Ahí me contó que entre el público estaba Vergara Leuman y ella había dicho que yo era bueno. Mi mamá concluyó que si lo decía Vergara Leuman, debía ser así”.
En ese marco, el actor relató que “esto que le pasó a mi mamá, le pasó a mi viejo años más tarde. Yo ya estaba en 2° Año del Conservatorio y enganché un trabajo en el Teatro San Martin en un trabajo donde era el indio doce. Éramos doce indiecitos que movíamos unas telas en una obra de teatro que protagonizaba Daniel Devicia. Lo conocí y aprendí tanto de él que nos hicimos amigotes. La obra se llamaba “El delirio” de Osvaldo Dragun. Empecé a tener mi sueldo y con eso a pagar deudas de alquiler de mi casa porque siempre estábamos endeudados. Empecé a pagar deudas siete meses de alquiler, una época muy dura, veníamos de Alfonsín y finalmente la mitad de mi sueldo lo entregaba en mi casa y lo demás lo despilfarraba en salir con mis amigos y esas cosas. Mi viejo me preguntó de dónde sacaba la plata y mi mamá le dijo que yo está trabajando en el San Martin. Fue ahí a verme y mi mamá me dijo que mi papá le había dicho que se sentía muy chiquito al lado mío y a la noche después de cenar me dijo que quería hablar conmigo. Me dijo adelante de toda la familia, porque vivíamos en un cuartito, que me quería pedir perdón porque me había cagado la vida, porque él quería que yo fuera una persona que se pueda defender por sí misma, que la gente me respete, que fuera querida y yo nunca le hice caso, que hice una carrera que nunca pensó y sin embargo hoy era la persona que quería que fuera”.
Podés escuchar “El Gato en la Ventana” los sábados de 15:00 a 16:00 horas por Radio Zónica