
Rodrigo Lussich: “Nunca quise ser chimentero pero fue lo que se me dio dando”
Espectáculos septiembre 26, 2025El conductor de “Intrusos” estuvo junto con Osvaldo Menéndez y habló sobre el mundo del espectáculo y también analizó la situación económica y política del país.
Rodrigo actualmente está haciendo “Socios Al Desnudo” junto con Adrián Pallares, ambos conductores de “Intrusos”. Un show lleno de anécdotas explosivas, historias secretas y mucho, pero mucho humor. Un espectáculo único con canciones, sketchs y confesiones que nunca se animaron a contar en la tele. En esta charla junto con Osvaldo, habló sobre este éxito teatral y también sobre su recorrido en la televisión.
Me imagino que con ese teatro que ustedes hacen con Pallares, que llenan, llenan, se divierten. Bueno, vos sos un tipo divertido, yo lo dije…
Bueno, yo soy un tipo divertido trabajando, después en el día a día, tengo un poco el síndrome del cómico, porque bueno, como me dedico mucho al humor más allá del chimento, que es donde la gente me tiene más identificado, y conduzco intrusos y demás, pero siempre con una cuota de humor grande, y en mis redes también hago mucho humor, y en el teatro también.
Cuando se apaga la luz, soy un tipo bastante más tranquilo, y con los años me he sosegado bastante, me he tranquilizado. La gente piensa que estoy todo el día a los altos y haciendo barullo. Bochinche, como se decía cuando yo era chico.
Entonces, bueno, la verdad es que soy más tranquilo, pero soy un tipo divertido cuando estoy cómodo, cuando estoy relajado, cuando estoy con amigos, con gente que quiero, con familia, me permito ser más divertido. Soy bastante más tímido de lo que la gente cree. Eso a veces hace pasar por una cierta pedantería, que no es mi caso.
Vos me conocés, sabés que no lo soy. Pero bueno, alguien lo puede interpretar porque te ve, así como retraído. Pero tiene que ver con una personalidad que no es tan avasallante como cuando trabajo.
Que es un momento donde estoy trabajando, por más que disfruto mucho, estoy trabajando. Entonces, bueno, yo trabajo de divertido. Por eso decía el síndrome del cómico. No por compararme con nadie, pero viste que los cómicos tienen eso.
¿Cómo fue que de pronto de la actuación en el teatro que has hecho, teatro, terminaste en esto? Que sos uno de los más reconocidos del ambiente del espectáculo…
Bueno, aparentemente lo contaba vos, que nobleza obliga a decirlo. Yo era un movilero novel, en el sentido que no fui tantos años cronista de calle. He sido cuatro años más o menos en Radio 10. Años álgidos, por cierto, que me dio mucho oficio, porque la calle te da un oficio que no te dan nada en la carrera.
Generás e incorporás una serie de herramientas que después usás muchísimo, que te da mucho vocabulario, nunca te quedás en bolas después que sos movilero. Después la vida te va llevando. Lo que a mí me pasaba, sobre todo, si bien yo quería actuar y vivir de la actuación, cosa que nunca conseguí plenamente, a mí me pasaba que el periodismo de actualidad, que es lo que yo hacía en la calle, me podía llevar en el mejor de los casos y haciendo un buen trabajo, que creo que lo hacía, a conducir un noticiero, un programa periodístico.
Yo nunca quise ser chimentero, digo, sin despreciar a nadie, sin compararme con nadie, salvando las distancias. Me permitió en un momento empezar a meterme en la tele, porque yo sí sabía que quería trabajar en televisión, eso había sido mi sueño desde chico. Yo quería, no sé si ser famoso, porque no sé si ser famoso, sos conocido, qué sé yo.
Mucha gente te conoce, mucha gente no, pero quería trabajar en la tele, ahí adentro, en ese cuadradito, yo quería trabajar ahí. Entonces después yo me fui dejando llevar por lo que se me fue dando. Intenté poco tiempo vivir solamente de la actuación y no lo conseguí, porque agarré una obra de teatro que anduvo barro y después se terminó.
Y el chimento, un día me costó, me costó, porque el chimento está muy relacionado, porque no deja de ser el famoso periodismo de espectáculos, que para mí es un género, que no es eso que hacemos nosotros. Creo que el chimento es un género de entretenimiento, pero no es un género periodístico. El periodismo de espectáculos es una crítica, un reportaje a un actor, eso sí es periodismo de espectáculos.
Nosotros hacemos chimentos, que es más un código, te diría, una convención de entretenimiento donde, bueno, vamos a hablar de la vida de fulanos, de gente que se presta a ese juego, en líneas generales, y que tiene licencias. Y yo me he agarrado de esas licencias para jugar, para hacer bombas, escandalones, esta conducción más descontracturada que hago yo, que me permite hacer teatro con Pallares. Y el chimento es la excusa.
Y hablando de humor, estamos viviendo en un país donde necesita mucho de humor, porque en realidad hay tantas necesidades y tantas carencias, que el humor nos haría mucha más falta de lo que nos imaginamos. Como periodista ahora, no de espectáculo ni de chimento, como periodista y ser humano y ciudadano, ¿cómo estás viviendo estos momentos?
Mal, mal, como la mayoría de la gente. Mirá, yo vivo en Argentina hace 40 años. Tengo 52, voy a cumplir 53 y vivo desde los 12.
Así que sí, hace 40 años que vivo en Argentina. Llegué con mi vieja, que se casó con un argentino, después de una etapa bastante trotamundos, que se quedó aquí en Pilar. Nosotros tenemos casa, mi casa de familia es en Manzanares, que es un lugar que queda en el partido de Pilar, donde nosotros vinimos a fin de los años 80, cuando era todo campo, le dábamos de comer a los chanchos, las vacas y todas esas cosas. Y llegamos casi, muy cerquita, enseguida vino la inflación de Alfonsín. Era fin de los 80, por eso. No llegan a ser exactamente 40 seguramente, estamos ahí cerquita, 38.
Yo nunca vi algo así en la Argentina en estos años, nunca vi la Argentina, ni en el 2001, que me tocó cubrir la calle con vos y con todos los colegas, la caída de la Rúa, aquellos días negros que vivimos. Yo no sé si tengo recuerdos de una situación tan difícil para la gente. Después el color político puede tener todo el mundo, la ideología, y aparte me parece que la alternancia en la democracia es bienvenida.
Y para finalizar, como es de costumbre en “HD, Hablemos De”, Rodrigo contestó preguntas de los oyentes…
- ¿Le ha pasado que por ansiedad cuando le llega un chisme lo haya dado a conocer sin haberlo chequeado antes?
Sí, pero no sé si por ansiedad, porque yo tengo también esta valoración del chisme como algo que si bien, digamos vuelvo al punto del que hablábamos más temprano, no exige un rigor periodístico.
Yo creo que nosotros hacemos algo que no es peyorativo, simplemente trato de ser descriptivo, periodismo ascensor, quiero decir, vos te subís al ascensor y te cuentan que el portero se está empomando a la del quinto y no hace falta ir hasta el quinto para preguntarle a la viuda si se la está empomando el portero. Bueno creo que con el chimento pasa algo parecido, si bien podés chequear hay cosas más serias que otras por supuesto, hay cuestiones que no es por la capacidad de la marchanta, pero inclusive algunas, no es por ansiedad, es un chisme, es un rumor, es una versión.
Lo peor que puede pasar, que el protagonista diga que es mentira, tratándose de famosos en general igual ni siquiera es garantía de que sea cierto que es mentira, porque tampoco hay mucha cosa que no se va a admitir, sobre todo, no sé, una historia de sábanas casual o medianamente informal y bueno, no porque esté casado el tipo o ella, aunque si estén solteros, pero capaz que no lo quieran decir públicamente porque se encamaron un solo día, y bueno, no es mentira, lo que pasa es que nosotros siempre, el tema es como lo titulás también, enseguida se pone romance y no, un polvo, perdón el término, pero no es un romance, es eso, es una situación íntima que se puede dar en forma casual como cualquier persona que tiene algo con alguien, en fin.
- ¿Extraña noticia y vida de los demás, no lo cansa?
Me cansa un poco, sobre todo, porque hoy tenemos que hablar de personajes que son, este, bastante, voy a decir una mala palabra, bastante pedorros. Pero, en fin, yo estoy en un momento particular con, digamos, yo estoy medio dando la vuelta con el chimento.
Estoy conduciendo “Intrusos”, que es el programa más importante de espectáculos, más emblemático. Entonces, vos pensás, ¿después qué? Sí, me puedo quedar a hacerlo 10 años, pero con el alma inquieta que tengo yo, probablemente no sé a tanto tiempo y en algún momento dé un cierre a esta etapa, porque quiero ser animador de otros programas, de otros géneros.
Me gustaría hacer juegos, me gustaría hacer más stand-up, dedicarme más al humor en teatro, a monólogos. Pinti es un gran referente para mí. Bueno, esta cosa de hablar rápido y tirar chistes o humor a mí me tienta mucho. Digo, entonces, bueno, en algún momento, no tan lejano, seguramente el chimento quede como parte de mi historia, pero espero no jubilarme de chimentero.
- ¿Te gustaría dedicarte solamente a la actuación?
Mirá, me gustaría… Eso pasó aquella vez que se lo dije a Beto y después tuve que… el burro volvió cansado porque tenía que vivir. Me gustaría vivir del humor en todas sus posibilidades, digamos. Hay conducciones humorísticas que son muy atractivas. Ser un animador…
Te voy a poner un ejemplo y un referente que es Barassi, que es un tipo que es conductor y es un tipo, digo, rada. Hay nuevas camadas de conductores humorísticos y a mí me gustaría ir para ese lado. No dejar de hacer televisión, no dejar de conducir, porque creo que ya es mi impronta y es lo que he ido construyendo, pero con más humor. Más humor, menos chisme. Pero mientras lo pueda combinar, está bien. Pero, de todas maneras, en algún momento quiero dejar de hablar del culo de Wanda Nara.
Así que por ahí sería la cosa, no por la actuación en sí misma, porque yo ya no sé si estoy en un momento de la carrera donde me darían un personaje de ficción. Me encantaría, pero cuando vos te instalás tanto desde tu propio nombre, después la gente es difícil que te compre un personaje. Sería divino, en algún momento lo soñé.
- Con casi 53 años, como nos contabas, si nos paramos frente al espejo y se ve a Rodri, ¿qué cosa le dirías? No voy a volver a hacer esto. ¿Y qué otra cosa le dirías?
Mirá, difícilmente pensaría en no haber hecho, no repetir tal cosa. Yo tuve una vida picante, digamos. Tuve una infancia movida.
Fui hijo de hippies, que era un tema en los años 70, porque no era tan simpático, en plena dictadura, y cuando en todo caso fumar marihuana era un delito, y era muy mal visto, y mis viejos la fumaban, y yo era el hijo de los drogadictos de la escuela. Era picante, y me han llevado y me han traído por un montón de lugares, y hemos andado las rutas a dedo. Y bueno, fue mucha experiencia, fue mucho aprendizaje.
Yo me hice de chico, aprendí en la calle. A los 12 años llegué a vivir a Argentina y vendíamos café en la estación de San Miguel, y yo ya laburaba y colaboraba en casa. Después me tocó faenar los chanchos. En fin, me pasaron un montón de cosas, pero no cambiaría nada.
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