
Rubén Stella: “Me hubiera encantado ganar el Martín Fierro porque era un sueño de chico”
Teatro febrero 8, 2020El actor visitó "El Gato en la Ventana" para hablar sobre la obra "Faltas del Pasado", que presenta en el teatro Multiescena.
Rubén Stella es un actor y director teatral argentino. Algunos de sus papeles más reconocidos fueron en la serie “Hombres de ley”, como José de San Martín en “El general y la fiebre” y también como Enrique Santos Discépolo en “Discepolín”. Ha trabajado en televisión y teatro, en recordados protagónicos de obras como “Un guapo del 900”, “Los desventurados” y “La caída de la Casa Usher”. Además, ha sido director de decenas de obras como “Made in Lanús” y “El conventillo de las palomas”, entre otras.
El actor habló sobre la obra que presenta los viernes y sábados a las 20:00 horas en el Teatro Multiescena, dirigida y protagonizada por él junto a Melisa Marzioni. “Me traen por aquí mis faltas del pasado, que siempre te llevan a algún lado, algunas veces a buenos lugares y otros a no tanto. “Faltas del pasado” es la obra que estoy haciendo en el Teatro Multiescena, en lo que era el viejo Teatro Los Ángeles, que hemos ido tantas veces de chicos. Ahí mismo estamos haciendo los viernes y sábados a las 20:00 horas esta obra con Melisa Marzioni, dirigida por mí. No me llevo bien con mi mismo como director sobre todo porque exijo mucho. Melisa es debutante, tiene un personaje jugado. Siempre digo que una obra que transcurre entre dos, los dos deben ser muy exigentes porque tenes que sostener la hora y media que dure la obra y no puede haber fisura en ninguno de los dos porque se cae el relato, eso que transcurre entre los personajes y el público. Hemos trabajado mucho con Melisa, es una persona muy disciplinada, estudiosa, obediente, ha tomado al pie de la letra todo lo que le he dicho y todo lo que le ha dicho mi hija, que es la directora asistente, Lucia, que me ahorró mucho trabajo porque cuando uno está en el doble rol de director y de actor, a veces debe desdoblarse, correrse a un lado y dejar que un asistente haga el recorrido para que otro pueda ver que está pasando para lo que ideó como puesta, como acción. Ese trabajo, uno vez que estuvo hecho desde el inicio, Lucia se encargó de cuidarlo, conducirlo y ampliarlo. Para mí fue tranquilizador tener esa mirada fuera del escenario”.
En ese marco, el actor remarcó que “Lucía hace los dos roles, de asistente y de asistente de dirección. Ella en los ensayos se puso al hombro el cuidado final del espectáculo. Cualquier duda que tenia me lo consultaba pero ella es una chica joven, con mucha experiencia, es acróbata profesional, trapecista y tiene mucho oficio ya con sus treinta y tantos años de transitar escenarios y pistas circenses. Le confié una vez más esta responsabilidad. He trabajado con ella en su rol de actriz, hace dos años hicimos en el Carlos Carella “Tenemos visitas”, obra en la que ella hacía de hija mía”.
Por otro lado, el director habló sobre el teatro Multiescena y dijo que “las salas son muy lindas, con esos doscientos y pico de espectadores, el escenario es amplio, apaisado, que quizás le falta un poco de profundidad pero es grande. La gente es estupenda, Luis, Juan, el sonidista, Lucas, el utilero, son gente realmente agradable y grata de trabajar. Norma Rolandi es una estupenda escenógrafa, una chica muy trabajadora, trabaja en el San Martin, es realizadora, y ella diseñó parte de esta escenografía”.
Por otro lado, Rubén Stella habló sobre sus hobbies y dijo que “he hecho deporte, variados, nunca profesionalmente. He hecho mucha actividad física, principalmente de joven. Uno de los que más me gusto fue saltar de trampolines. Como hombre de Liniers, hincha de Vélez, fui mucho al club y la pileta del club tenía esa condición, de ser olímpica con esos trampolines también olímpicos. A mí me gustaba mucho hacerlo. Por supuesto que no dejaban a cualquiera tirarse a la pileta salvo en contadas ocasiones. Cuando uno se tira de diez metros de altura, la fuerza que recibe el agua es muy fuerte. Ahora esa pileta no se usa más, pero en ese momento tenía 2 plataformas de 10 metros, dos de cinco metros, dos de tres metros y una de un metro. En los más bajos te dejaban tirarte pero en las más altas no te dejaban, salvo en algunas ocasiones”.
El actor habló sobre su amor por el tango y el programa de radio que conduce en La 2×4 Radio. “Cuando mis amigos compraban Rolling Stones yo compraba Caló con Verón. Soy tanguero desde pequeño. Mi viejo no era tan tanguero, le gustaba mucho el chamamé, sin ser un hombre de la Mesopotamia. Su música predilecta era la música ranchera para bailar. Mi vieja si, era una mujer que escuchaba música y radio todo el santo día por eso tengo en la oreja y en el corazón, desde Folclore en 870 todas las mañanas cuando iba al cole hasta el Fontanashow, Radio Rivadavia, etc. Ni hablar del radioteatro para la hora del té, lo hacían Alberto Migré y otros tantos. Recuerdo títulos extraordinarios de Alberto, Hilda, etc. Ellos inspiraron este deseo mío de estar arriba del escenario y por eso también la radio me da tanto placer porque siento que estoy cumpliendo el sueño del pibe. Cuando debuté en radioteatro lo hice con Alberto Migré en su ciclo en Radio Nacional con Graciela Borges como protagonista femenina de todas las radionovelas e iban cambiando los galanes. Un día Alberto me dio la alegría y sorpresa de convocarme a mí para ser pareja de Graciela. Tuve la fortuna de hacer “Esos que dicen amarse”, haciendo el protagónico que le dio nombre a muchos niños de aquella época, el nombre Fabián. Esa radionovela transcurría en Liniers, así que para mí era el sueño del pibe. Era en Radio Nacional y luego se hizo en Radio Belgrano. Luego me convocaba para trabajar más asiduamente en el ciclo de unitarios que él tenía en Radio Belgrano a la noche. Era un muy buen tipo. Era encantador, severo. Para dirigir se ponía del otro lado de la pecera y dirigía como si fuera un director de orquesta. Lo tenías que mirar a él y con su gestualidad te iba marcando lo que tenias que hacer. Era extraordinario. Él terminaba fatigado pero era un encanto de persona”.
En ese contexto, el director recordó su debut profesional en teatro. “Inevitable el debut profesional, que fue “Lorenzaccio”. Estaba con Alfredo Alcón en esa obra. Hacia un personaje muy pequeño pero tenía la suerte de abrir la obra con él. Después de eso hice dos años con una obra éxito fantástico que se llamo “Convivencia”, con Federico Luppi y Luis Brandoni. Lo único que deseaba era que cuando se abriera el telón en el Regina dijeran “ah son tres los actores”. Tenía miedo que me pasaran por encima. Yo trataba de pelear para estar presente en la obra. Tuve un comienzo acompañando a personajes fuertes del teatro. La tercera obra la hice junto a Norma Aleandro. Después hicimos “La Piaf” con Virginia Lago. Hasta ahí hice éxitos de otros, luego comenzaron los fracasos propios. Es preferible fracasar con lo propio que con lo ajeno. Vino “Discepolin”, “El gato y su selva”, “Los desventuras”, “Numancia”, son títulos que quedaron ahí en mi carrera y que los recuerdo mucho”.
El actor habló sobre el valor que tienen los premios en su vida y dijo que “en los premios uno quiere ganar. El otro día hablando en familia, mi mujer me dice “no entiendo porqué te dieron el premio por Los Desventurados”. Me dijo que para ella hubo trabajos que pudieron haber sido considerado más relevantes en algún espacio, en algún otro lugar. Siempre se habló muy bien de mi trabajo en “Irrafel”, que tuvo una gran puesta, de un compañero de Argentores, muy hermosa puesta. Disfrutaba mucho de ese trabajo, además de estar en el Cervantes. No se dio y los premios son así. Son cosas que a veces te sorprenden porque sí y porque no. El único premio que me hubiera gustado mucho ganar porque tenía una gran significación infantil para mí era el Martin Fierro. Cuando soñaba ser actor, los Martin Fierro era algo que soñaba ganar. Estuve ternado varias veces pero nunca lo gané. Ese premio no te da condición de mejor actor, sino que es un reconocimiento de un sector de la sociedad, que son los periodistas en este caso”.
Al finalizar, el actor dijo que de no haber seguido el camino artístico hubiera sido arquitecto. “Lo sería con absoluta tranquilidad porque me encanta el diseño y la construcción. De hecho el departamento donde vivo ahora lo rediseñe todo yo desde la estructura ya existente. Transformé una habitación, agregué un baño, modifiqué la cocina. Fui dibujante técnico y de hecho trabaje de eso por unos años”.
Podés escuchar “El Gato en la Ventana” los sábados de 15:00 a 16:00 horas por Radio Zónica.