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Sergio Vigil: “El que no entiende que en la vida siempre se gana, no entiende la vida”

Deporte agosto 6, 2020

El entrenador habló en "Como Ganar Amigues" de su filosofía para conducir equipos.   

Sergio Vigil, conocido como “Cachito”, es un ex jugador argentino de hockey sobre césped del seleccionado masculino y del Club Ciudad de Buenos Aires. También dirigió los seleccionados de Hockey femenino y masculino de Argentina. Actualmente, dirige a la Selección femenina de Chile y es manager de River Plate.

En 1997, fue nombrado entrenador de Las Leonas. Bajo su mandato, el conjunto nacional femenino empezó a ser conocido por su entrega y sacrificio para con los rivales. Algunos logros que se le atribuyen a “Cachito” a cargo del equipo son: la medalla de oro en los Juegos Panamericanos de Winnipeg 1999, torneo donde se empezó a destacar la presencia de Luciana Aymar, el Champions Trophy de 2001 y el primer Campeonato del Mundo en 2002.

El entrenador habló sobre sus días en Buenos Aires, donde se encuentra cumpliendo con el aislamiento social y obligatorio. “Me agarró en Buenos Aires por suerte, hacia tres días que había vuelto de Chile y tenía que volver cuando justo ocurrió todo esto. Decidí y vi que estaba complicado, hable en Chile para decirles que quería esperar antes de salir porque había venido de trabajar y tenía que ir a un casamiento. Generalmente paso una semana en Chile y una semana acá, pero tenía el casamiento de una jugadora y estaba haciendo las reservas de hotel pero pensé que era mejor esperar. Finalmente, el casamiento se suspendió y me quede por suerte porque si no estaría todavía allá, lejos de mi familia. Agradezco a Dios estar pasando este momento junto a mi esposa y mi viejo. No sé qué hubiera pasado si era diferente”.

Sobre los entrenamientos y el aprendizaje durante este periodo, el director técnico del seleccionado chileno contó que “el deporte te enseña las relaciones humanas. Yo me dedico al deporte y a la alta competencia pero fundamentalmente lo que me ha quitado el sueño toda la vida, y de lo que he elegido vivir, es de la docencia y de las relaciones humanas. Entonces cuando se trata de situaciones humanas hay que reaccionar lo más rápido posible. En este caso, lo primero que hice fue aceptar la situación, saber que había cosas que no íbamos a tener control. Hable con mi familia y les dije en aquel entonces, cuando inició el aislamiento, que esto iba a ser hasta octubre. Entonces, la pandemia me encontró con dos clubes, con la selección chilena y River Plate. Lo que decidimos hacer primero fue cuidarlos. Con los staffs de ambos equipos, el primer mes trabajamos mucho con la psicóloga para preparar al equipo emocionalmente y también nosotros porque lo que se venía no iba a ser fácil. Junto a “Las Diablas”, trabajamos con un coach ontológico, que maneja la parte mental. Así que en ambos equipos hicimos lo mismo. Durante el primer mes accionó mucho el preparador físico, pero no solo para mantenerlas en forma física para competir, sino que mediante la parte física pudieran descargar lo que necesitaban, como un ejercicio psicofísico”.

En ese contexto, Sergio Vigil relató que “lo que fue muy interesante, es ver y empezar a tener en cuenta las diferentes realidades sociales, económicas, familiares, que tenía cada grupo. Por ejemplo, en River, junto a la coordinadora Andrea Morelo, que es ex jugadora, una mujer increíble que era coordinadora de menores, empezamos a armar una estrategia para atender las realidades de todas las divisiones menores porque todas las familias tienen situaciones distintas. En Chile, en el seleccionado la realidad económica es más parecida y es más pareja. En River, las realidades eran muy dispares. Eso fue un trabajo muy importante y se trató de sostener que en los primeros meses había que cuidar a las personas. A medida que se cuidó empezamos a generar sistemas de entrenamiento. Llegamos a niveles de entrenamiento maravillosos, se crearon foros de todo tipo de capacitación en todo el país y Sudamérica, donde todos los días había una charla de un entrenador y aprendíamos el uno del otro, compartíamos aprendizajes, mejores prácticas. Los clubes empezaban a relacionar y a ver los resultados de los equipos. Creo que dentro de la anormalidad de la situación, lo que fue increíble es lo que se ha crecido cognitiva y emocionalmente en los equipos. Creo que se ha capitalizado a través de la aceptación y no resignarse, sino que ver que este es el presente y aceptar”.

Respecto a las relaciones interhumanas, el entrenador explicó que “esta pandemia nos marcó de una manera muy potente todas las cosas que podíamos tener disponibles en las relaciones humanas y no las usábamos. Desde, por ejemplo, el relacionamiento entre las personas, que tuvo una profundidad y un tiempo para darle espacio a lo importante, mucho más grande. Además, en los entrenamientos nos fuimos dando cuenta lo que puede aportar cada jugador y jugadora para que se desarrolle una mejor charla técnica, a través de su versatilidad tecnológica, ellas ayudaban a los entrenadores a desarrollar nuevas formas de entrenamiento para ser más agiles. Las propias jugadoras han hecho entrenamientos y demostraciones conceptuales y emocionales increíbles. Sin duda, también nos fuimos dando cuenta que cada persona era un mundo, había personas que el encierro las ponía muy mal porque la convivencia no estaba siendo buena porque no habían convivido nunca tanto tiempo y en esa convivencia despertaban los inconvenientes. Ahí fue importante el trabajo de los psicólogos, de las psicólogas, de los equipos, con cada uno para armar una vida a medida.”

Sergio Vigil agregó que “la interrelación virtual significó que cada equipo empezó a tomar conciencia de esas diferencias. En algunos casos había carencias materiales pero había una consistencia espiritual y emocional muy grande. En otros casos, estaban todas las condiciones materiales pero había insalubridad emocional. Creo que los equipos se fueron dando cuenta que cada ser humano y de cuanto del ser humano no conocíamos. Los equipos empezaron a comprenderse mucho más. Empezaron a escuchar emociones que antes no se escuchaban, ver los espacios de vulnerabilidad que se generaron hasta el día de hoy e hicieron crecer mucho a los equipos. También pasamos momentos de crisis porque llevábamos una planificación creyendo que era la más adecuada hasta que veíamos las necesidades de los equipos y nos dimos cuenta que más que ser una maquina de dar cosas, teníamos que empezar a generar dinámicas distintas. Creo que los conductores fuimos los que más aprendimos”.

Por otro lado, el director técnico hablo sobre las diferencias a través de los años entre las mujeres y los hombres en el hockey. “En la alta competencia, cada equipo más allá del genero, sea de hombres o mujeres, es distinta porque tiene una realidad distinta, una cultura distinta, un contexto distinto. Hay algo que tienen en común los deportistas de alta competencia, que juegan por un sueño grande. El sueño grande no es solamente un objetivo o meta estrictamente numérica sino que el sueño grande es poder ser mejor cada día. Disfrutar el camino a través de lo que haces, que puedas expandirte y ser todos los días un poquito mejor. Pero el mundo está cambiando tanto que podría decir que había diferencias hace 15 años, otras diferencias hace 5 años y otras diferencias hoy. Lo que sí creo es que cada vez hay menos diferencias porque el deporte, más allá del género, ha logrado una integración y tanto el hombre como la mujer, las cosas que para el hombre parecían una vulnerabilidad o una debilidad, hoy no lo son. En un equipo de mujeres, por ejemplo, hacer compartimentos estancos en algún momento, ya que la mujer integra generalmente y le costaba mucho separar: si había habido un mal momento emocional del grupo y después tenía que jugar un partido, seguramente no iba a jugar bien ese partido porque no podía dejar de lado algo que era mucho más grande que ese partido.”

En ese sentido, Sergio Vigil dijo que “en los equipos de mujeres, las formas de abordaje eran determinantes y el mensaje podía ser bueno pero si la forma no era la apropiada, el mensaje no llegaba. Hoy eso también ha cambiado porque inmediatamente cualquier equipo, de varones o mujeres, dice “esto no me gusta”. Hay mucha más empatía, y es maravilloso. Ha hecho crecer al ser humano. Claramente, los equipos de mujeres por una cuestión biológica que afecta sus emociones, quizás tienen variaciones producto de esos ciclos emocionales que en el equipo de varones no se da tanto, salvo que haya un factor puramente contundente. Esto también, creo que hoy hemos dejado de ignorar las potencialidades humanas y saber que eso existe en el hombre y la mujer ya que existen capacidades que edifican los mismos deseos: ser respetado, valorado, poder tener pasión por el deporte, poder jugar a crecer, ser abrazados y ser enseñados. Hoy podría decir que el deporte de varones y mujeres en cuanto a la conducción, es muy diferente en cuanto a hace quince años atrás. La vida ahora está buenísima porque pusimos las cosas en su lugar. El varón y la mujer no son iguales porque no hay un ser que sea igual. Somos distintos pero nos hemos dado cuenta que ambos juntos generamos un deporte hermoso. Hoy el varón y la mujer integrado hacen crecer el uno al otro constantemente y se generó un deporte diferente, maravilloso.”

Al finalizar, el entrenador habló sobre el significado de ganar. “A mí me encanta ganar, juego a ganar cada día de mi vida. Lo que si tengo en claro es que sé qué es ganar. Ganar es ser capaz de no perderme cuando pierdo ni tampoco cuando gano. Ganar es ser capaz de jugar el partido de la vida con intensidad, con nobleza, con crecimiento y con respeto al otro. Ganar está buenísimo. Tener licencia para ganar te enseña a desatar ataduras. Tener licencia para perder te enseña a jugar sin ataduras. Tener licencia para ganar, es que muchas veces pensamos que la competencia desune. La competencia no desune, el que puede desunir es el que compite. Lo que uno tiene claro es que cuando juega en serio, puede ganar o perder en el resultado numérico, y ocurre cuando no logramos lo que queremos. Hay veces que no ocurre y sentimos que dimos todo y la vida nos dijo que no. Pero nos quedamos vacios de haber dado todo pero a la vez en plenitud. Hay veces que sentimos fracaso, cuando no pudimos ser quién queríamos ser. Para mí, en la vida perder perdemos muchas veces, ganar ganamos siempre. El que no entiende que en la vida siempre se gana, no entiende la vida. El que no entiende que vos a pesar de haber ganado, vos podes perder partidos, a pesar de haber entregado todo tu amor te pueden decir que no, a pesar de dejar todo en el escenario, alguien te chifla. Es entender que eso puede pasar y aceptarlo”.

Podés escuchar “Como Ganar Amigues” los jueves de 18:00 a 20:00 horas por La RZ.

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