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Silvio Katz: “Defendería a mi país las veces que sean necesarias”

Sociedad abril 5, 2020

El veterano de Malvinas dialogó en "Sintonía Educar" sobre su experiencia en la Guerra de Malvinas y su actualidad. 

Silvio Katz es un ex soldado conscripto que a la edad de 19 años sirvió en la guerra de Malvinas. Actualmente, es un veterano denunciante en la causa judicial por violación de derechos humanos durante el conflicto. El ex soldado habló en el marco de la conmemoración del 2 de abril. “Está claro el sentir patria, el mezclarlo con un gobierno cívico militar que no me representaba ni yo lo representaba, el defender el país y el ponerle el pecho a mi país lo pondría todas las veces necesaria. Lo haría aunque quizás no de la manera en la que tuve que ir, no defendiendo ese sistema que no me representa.”

El veterano contó sobre su ingreso al servicio militar y su posterior viaje a las Islas Malvinas. “En 1982 estaba haciendo el servicio militar obligatorio, que la gente joven no sabe que era obligatorio. Ahora hace el servicio militar el que tenga ganas. En ese momento era obligatorio, todo varón de 18 años era sorteado y dependiendo el número que le tocaba, era la fuerza que debía defender. Se sorteaba en Lotería Nacional y el premio era totalmente distinto a lo que uno podría llegar a aspirar. A mí me tocó el numero 596 y sabía que algo iba a tener que hacer lamentablemente. No me quedaba otra opción que perder ese año y dos meses adentro del servicio militar obligatorio, al cual nosotros nos referíamos como colimba, porque te enseñaban solamente a correr, limpiar y barrer. Yo ya lo había aprendido en mi casa porque mi mamá era de perseguirme para que limpiara. Recuerdo que los padres nos decían que íbamos a aprender una disciplina y a aprender lo que era pasar hambre. Disciplina no lo sé pero pasar hambre se cumplió.”

En ese contexto, Silvio Katz recordó que  “me faltaban solamente quince días para terminar el servicio militar obligatorio cuando un 2 de abril nos despiertan con arengas diciendo que habíamos tomado las Malvinas. Se cantaban todas esas consignas inentendibles. La sociedad compró ese discurso, inclusive compañeros míos también. Yo por un tema quizás vivido porque mi papá era sobreviviente de la Shoa y él en realidad nunca curó sus heridas, siempre utilizó el silencio como forma de manejar la situación. Siempre lo recuerdo a mi papá como una persona triste, él murió cuando yo tenía nueve años. Entonces cuando todos arengaban la guerra, yo sentí lo contrario, sentí tristeza, sentí dolor y sentía que se venía algo no tan lindo como nos querían pintar. Iniciamos el viaje el 9 de abril, llegamos allá el 11 de abril y nos quedamos hasta que finalizó la guerra. Yo me quede unos días más porque fui herido en combate. Estuve en un hospital de campaña inglés porque el hospital argentino había colapsado. Es como que viví el conflicto bélico todo dentro de la isla”.

Sobre la preparación de los soldados que fueron a la guerra, el veterano contó que “nuestra única preparación era correr, limpiar y barrer, todo con un fusil pesado. Por mi condición de judío era castigado en el servicio militar. Digo que hay que llevar a la época y contextualizar, yo no fui a Malvinas con el ejército de San Martín o con el de Dorrego, fui con el mismo ejército que desapareció, algunos dicen que a 30.000 personas pero yo digo que fueron 120.000 porque toda la familia entró en una desaparición por el sufrimiento causado. Cuando dicen que en Malvinas murieron 632 o 649, yo digo que el chico de 19 años que era yo también murió en Malvinas. Tuve que reconstruir toda mi vida a la vuelta. La guerra cumple con dos hechos históricos que siempre cuento y que son inherentes a Malvinas. En primer lugar, fue la última batalla cuerpo a cuerpo que hubo, se terminaron después de Malvinas. Ahora es bombardear y ocupar. La segunda cuestión es que fue la única guerra en la historia de la humanidad en la que los soldados fueron torturados por su propia tropa. En mi caso por ser judío, en el caso de otros de bajos recursos por ser negritos, en el caso de los que no tenían ganas de hacer muchas cosas por ser vagos. Todos eran plausibles a una tortura física y psicológica. Era el pan de cada día”.

Por otro lado, el veterano habló sobre su regreso al continente. “Es una guerra que se tapó muchísimos años, primero por culpa nuestra. Siempre digo que el veterano tiene culpa por no haber podido hablar, en mi caso por haber heredado el silencio de mi padre y tardar 20 años en poder expresar lo que siento y por otro lado por la sociedad que no quiso escuchar. Pongo el ejemplo de que si Messi erra un gol en la selección es un inútil, imagínate nosotros que perdimos una guerra. La cagamos a lo grande. El arribo nuestro al continente fue plagado de muchos vicios que lograron todo esto. El primer vicio fue que la gente juntó, donó y mandó cosas que hasta no tenían y a nosotros nunca nos llegó nada. A la vuelta nosotros pensábamos que era una gente de porquería porque nosotros fuimos a dar la vida allá y ellos nunca nos agradecieron. La gente decía que encima que nos habían dado todo nosotros éramos unos perdedores. A nosotros nos trajeron escondidos en colectivos todos tapados con papel de diario para que no nos vieran. No podíamos hablar, nos hacían firmar papeles para que no abriéramos la boca. Todo esto fue una historia de nueve años de desencuentros. No era culpa de la sociedad ni de los veteranos. Era todo un plan para que todo siguiera igual y que no se hablara. No se habla de la derrota.”.

Al finalizar, Silvio Katz recordó a Néstor Kirchner y dijo que “yo no hago política, lo mío es difundir desde la palabra lo que fue Malvinas, la real Malvinas, no la que cuentan los noticieros el 2 de abril. Puede haber existido el heroísmo en muchos casos pero el verdadero Malvinas es el que sufrimos, que nosotros compartimos ahora con la gente desde la educación. Sin hacer política debo decir con nombre propio que de la mano de Néstor Kirchner logramos dos logros que son los que a nosotros nos aliviaron y nos sacaron de la calle. El primero fue declarar nuestra pensión graciable como honorifica, que nosotros sabíamos que con esa ley no había nada que nos pudiera sacar esa pensión. Si me muero, la cobra mi compañera. Además, nos subió el monto además a tres jubilaciones mínimas. Fui parte de una reunión donde lo escuché a Bielsa hablar con Néstor y decirle que no había dinero. Néstor le dijo que lo de la plata se veía después, que primero había que reconocerlos. Eso a muchos nos sanó el alma, nos curó. No por el dinero en si porque yo sigo trabajando, trabajo como cocinero en un colegio de provincia y hoy me levanto todos los días sabiendo que mis hijos van a comer. Y eso se lo debo a la presidencia de Néstor Kirchner.”

Podés escuchar “Sintonía Educar” los sábados de 9:00 a 11:00 horas por Radio Zónica.

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