Soledad Galarce: “A veces nuestros consumos casi al instante se transforman en basura, y nos tapan”.
Espectáculos septiembre 21, 2023Soledad Galarce, autora de "Consumo”, pasó por “El Arranque” y contó sensaciones acerca del pre estreno de la obra teatral que confronta los límites y los excesos de estos tiempos.
De manipulación, de ansiedad, de depresión, de extremos, de la necesidad de aprobación… De todo eso reflexiona Consumo, la obra de teatro que encabezó Soledad Galarce: “Cuenta la historia de dos mujeres que se encuentran en un departamento a comprar por internet. Es una especie de vacaciones de shopping, en lugar de irse a Miami o a Chile, deciden comprar por la web. Y empiezan a comprar las cosas que todos compramos, como cosmética, moda, alguna cosa electrónica. Hasta que todo se va tornando más bizarro hasta cuestionar todo lo que está disponible a través del dinero. Empieza con un tono muy naturalista y se va volviendo cada vez más absurdo. La idea surge a través de mi propia contradicción ante el consumo (risas). A mi me encanta comprar por internet, me encanta la moda, me encantan las boludeces, pero eso tiene un trasfondo. Ese consumo tiene un costo para otros seres humanos, para la naturaleza, para nuestro planeta, para nuestra psiquis. Es super divertida la obra, pero también tiene su contracara. Está latente el tema de las adicciones, es decir, hay mucha gente que es adicta a las compras, que se gasta plata que no tiene en compras que son inútiles, superfluas. Sucede que muy rápido el deseo se transforma en basura. Es algo que anhelas tanto, te endeudas para obtenerlo y al mes ya lo dejas tirado en un placard. Ya no me da el placer que prometía darme. Hay todo un camino de la psiquis y el consumo que entrelazan en la búsqueda del deseo y la frustración”.
“Es que la compra on line tiene esa cosa de lo instantáneo. Eso lo veo, lo quiero y click. No tengo que ir a un local, sino que responde a un impulso. No tengo que ir a un local, probármelo y hablar con otro ser humano. Con todo lo que tienen las redes y las compras online uno pasa horas mirando pantallas y comprando. Es algo virtual que luego se materializa en los paquetes que llegan, y muchas veces esos paquetes no traen la satisfacción que uno espera. Lo que queremos reflejar en la obra es en cómo el deseo se disipa, o volver a preguntarnos para qué lo queríamos. Es algo que está muy asociado a las mujeres. No uso la palabra crítica para definir los rasgos de la obra porque no me gusta bajar línea. Esto de decirle a la gente cómo tiene que comprar o vivir. Por eso la primera contradicción es la propia, o sea, la primera crítica es hacia mi misma. Habla de que el placer real o la felicidad no están a un click de distancia. Construirla cuesta mucho más que hacer click y que te llegue un paquete. Creo que en esta sociedad de consumo en la que vivimos, nuestra felicidad parece estar ligada a ese consumo”, puntualizó.
Galarce deja entrever matices que ilustran la obra: “El autocontrol, la adicción, la búsqueda de la felicidad, la ansiedad de comprar, la angustia por pagar. La obra tiene un tono de comedia, buscamos que todos estos mensajes entren casi inadvertidos. En definitiva es una reflexión sobre la sociedad de consumo, sin dudas. Y a la gente le pega desde distintos lados. Es que post pandemia todos aprendimos a comprar por internet, y eso logró una identificación fuerte con el público. Sucede que muchas veces nuestros consumos casi al instante se transforman en basura, y nos tapan, dejando acumulación. Y así generas placares y pilas de cosas guardadas”.
“El elenco está compuesto por Jennifer Frank y Agustin Olcese Con Jenni ya hice algo en una obra corta llamada Las Cartas. La verdad es que tenemos muy buena química, ambas estudiamos con el mismo maestro, Raúl Serrano. Hay códigos en común, hay entendimiento, nos divertimos mucho en escena. Y Agus ya había trabajado con quién dirige la obra, Mariano Caligaris. Es un actor todo terreno. Nosotras siempre interpretamos nuestros personajes, y él es el encargado de encarnar a todos los otros que entran en escena. Alguien muy versátil y muy talentoso. Todos los personajes que él representa son vendedores de distintos ámbitos. Estamos muy contentos en escena, nos entendemos, la pasamos bien, hay química”, indicó.
Las entradas pueden obtenerse a través de alternativa teatral, y están disponibles combos de 3×4 y 10×8. Hay descuentos para jubilados, para estudiantes.
Producción ejecutiva: Naty Martins.
Asistencia de Dirección: Juan Sanabria.
Escenografía: Magalí Acha.
Vestuario: Alfiler de Gancho.
Iluminación: Mariano Caligaris.
Diseño Gráfico: Naty Martins.
Comunicación Digital: Naty Martins.
Asistencia de escenario: Xato Reyes / Facundo Zelada.
Miércoles – 20 hs – Hasta el 15 de noviembre – Teatro Border – Godoy Cruz 1838 – CABA.
“Consumo”, de Soledad Galarce presenta su nueva temporada en el Teatro Border
Dirigida por Mariano Caligaris, es una puesta que expone la relación entre dos amigas con la compulsión de comprar.
Carolina y Brenda entran al departamento. Pareciera que están de vacaciones pero cuando recién estacionan las valijas, sacan de cada una de ellas sus computadoras y ahí inicia la carrera -¿Ya empezaste?- le dice una a la otra con aparente sorpresa en su tecleo y rapidez, mientras pide la clave del wifi.
De entrada los perfiles van quedando claros. -Qué bueno que sos mi amiga- le expresa una, mientras la otra contesta: -Soy tu amiga porque soy la única con la que podés ir al shopping de compras-. Ahí la atmósfera de esa habitación repleta de cajas -que hasta sus ambientes, es decir el baño, la cocina, y el dormitorio están en cajas- las va encerrando con su propósito: no salir de allí y hacer compras por Internet hasta el hartazgo.
De esto se trata el espectáculo de Soledad Galarce, quien además de idearla, es una de sus protagonistas, junto a Jennifer Frank, y Agustin Olcese, que con su multiplicidad de personajes enunciará una de las verdades de la trama: que “la gente se repite, la gente se repite, la gente se repite”.
La puesta es realizada en un estilo performance, incorporando otros formatos al teatro como la proyección de imágenes, y la locución de un narrador (Nicolás Abeles), que relata la acción de las protagonistas entre cortes comerciales, es decir que todo lo que pasa, está enmarcado en una enorme publicidad.
El espectáculo cuenta con la dirección e iluminación de Mariano Caligaris, con asistencia de producción de Juan Sanabria, escenografía de Magali Acha, vestuario de Alfiler De Gancho, y producción de Sociedad Actoral Caligarce y Natalia Martins.
Tras su temporada en el teatro El Método Kairós (en 2018), “Consumo” se estrenó en el Teatro Border (Godoy Cruz 1838), donde realiza sus funciones los miércoles a las 20 horas hasta el 15 de noviembre. Las entradas se pueden adquirir desde la web oficial o en la boletería del teatro.
Redefiniendo el clown
Crítica: “Dulce de mandarina”, unipersonal. Sin nariz de payaso, pero con mucha simpatía y frescura, Julieta Raponi encarna a Sandra, una chica que se cae al comienzo de la obra y trata de remontar la cuesta viviendo mil peripecias.
“Dulce de mandarina” de Julieta Raponi y Walter Velázquez. Dirección: Walter Velázquez. Escenografía: Ariel Vaccaro. Iluminación: Ricardo Sica. Vestuario: Soledad Galarce. Asistente de Dirección: Alejandro Leguizamón Varsovia. Actúa: Julieta Raponi. No Avestruz (Humboldt 1857), viernes 22.30.
Buenos Aires se caracteriza por poseer una gran tradición en el mundo del clown. Grupos como “El clú del claun” o “Los Papota” o artistas como Marina Barbera o Gabriel Chame Buendía -por sólo nombrar a algunos- fueron construyendo una historia con galardones, giras mundiales y amplio reconocimiento del público. A esa historia, con sus particularidades, se suma ahora “Dulce de mandarina”, creada por la joven actriz Julieta Raponi y el director Walter Velázquez.
Sin nariz de payaso, pero con mucha simpatía y frescura, Raponi encarna a Sandra, una chica que se cae al comienzo de la obra y trata de remontar la cuesta viviendo mil peripecias. Precisamente, la prehistoria de la pieza comenzó con una caída real. La actriz se quebró los codos y estuvo inmovilizada durante dos meses a causa de un inoportuno resbalón.
Sin embargo, lejos de paralizarse, comenzó a escribir todo aquello que quería hacer y no podía. Así nació “Dulce de mandarina”.
Se trata de un unipersonal con los riesgos e inconvenientes -y las satisfacciones, claro- que entraña el género. Pero Raponi sale airosa y logra que el público la siga en todo momento, a pesar de encontrarse sola en el escenario. Vestuario e iluminación la acompañan en su pequeña odisea. Su clown no es agresivo y si bien contiene cierta participación del público, nunca invade ni incomoda.
La gracia de la protagonista y su indudable capacidad física -hace un verdadero despliegue- permiten que ciertas reiteraciones o un lenguaje por momentos demasiado llano se pasen por alto. “Dulce de mandarina” en definitiva resulta un espectáculo muy noble que logra que el público pase un muy buen rato viéndolo.
Calificación: Muy Buena.
“Valeria y los pájaros”, una obra que combina aires demodé y una impronta muy actual
La particular presencia escénica de Pepa Luna, actriz andaluza instalada en Buenos Aires desde hace más de una década, define el espíritu de esta obra, con guión de José Sanchis Siniestra, que puede verse en el Teatro Border.
La particular presencia escénica de Pepa Luna, actriz andaluza (Estepona, Málaga) afincada en Buenos Aires desde hace más de una década, define el aire algo “demodé” y al mismo tiempo muy actual de “Valeria y los pájaros”, de José Sanchís Sinisterra, que el director Alejandro Giles maneja con esmero en la puesta y cuidado del tiempo en la sala Border.
Valeria comienza siendo un personaje “naif”, una solitaria muchacha en momentos de abandonar su primera juventud, una soltera para siempre que acepta su situación mientras se dedica a inútiles traducciones al esperanto -aquel idioma artificial inventado por un polaco imaginativo a fines del siglo XIX, plena época precibernética- y por las noches se dedica a ejercer la memoria y recuperar a su manera los seres queridos.
La puesta la muestra como un ser emprendedor que pese a todo no pierde sus ganas de vivir, al tiempo que se transforma en cierta forma de “médium”, capaz de discutir con alguien llamado Benito y que solo se manifiesta a través de golpes en algo metálico, mientras habla con su padre a través de un viejo teléfono a disco -la pieza fue escrita en 1995-, quizá con vida o quizá desde el Más Allá, ya que las interferencias son muchas.
“Valeria y los pájaros” se ofrece en el capitalino Teatro Border, Godoy Cruz 1838, los sábados a las 19.30.