Susana Rinaldi: “Estoy feliz de poder seguir expresandome con mi voz”
Música febrero 5, 2021La actriz charlo en "Los Acomodadores" sobre su carrera y su presente.
Susana Rinaldi es una actriz y cantante de tango argentina. Estudió canto de cámara en el Conservatorio Nacional de Música y en 1955 ingresó al que hoy es la Escuela Nacional de Arte Dramático Antonio Cunil Cabanellas, estudiando dos años. En 1957 debutó en el “Canal 7 Televisión”. En 1959 participó del programa Historia de jóvenes transmitido por Canal 7 que recibió el Premio Martín Fierro de ese año en el rubro telenovelas.
Trabajó como actriz profesional tanto en radio, como en televisión, cine y teatro, participando en obras como “Vidas privadas” de Noel Coward, “Fuenteovejuna” de Lope de Vega, “Los Físicos” de Friedrich Dürrenmatt, “El jardín de los cerezos” de Antón Chéjov. Obtuvo reconocimiento y varios premios por sus trabajos, tanto de la prensa como del público.
En 1969 debutó como cantante de tangos en el mítico reducto La botica del ángel del barrio de San Telmo capitaneada por Eduardo Bergara Leumann, iniciando así una carrera paralela que fue consagratoria.
Durante la última Dictadura militar argentina, tuvo que abandonar el país. Después de una extensa estadía en París, Susana Rinaldi regresó a Argentina con una idea innovadora acerca del tango-show. Fue la primera artista latinoamericana en ser nombrada Embajadora de Buena Voluntad de la Unesco. Fue galardonada como Ciudadana Ilustre de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Recibió la Legión de Honor del gobierno francés entre otras distinciones.
La actriz habló sobre su carrera y contó que “creo que la voz tiene muchísimo que ver con la vida que yo llevo, que no es precisamente la de hacer pelota la voz sino todo lo contrario y al mismo tiempo, siento que es lo que me da todavía y me halaga profundamente, es que me da la conversación con el otro como si yo tuviera menos edad de la que tengo. Tengo 85 años, que no es poco, pero al mismo tiempo esos 85 años fueron cubriendo etapas que me hicieron mucho bien. Es decir, poder guardarme ciertos momentos de despreocupación, de ira, de desazón. Sin embargo, siempre ayudándome a seguir viviendo sin obstruir el camino de la voz cantable y eso fue algo me hizo mucho bien. Puedo enseñárselo a quien sea porque no es una cosa tan difícil sino que hay que ser perseverante en el estudio de la voz que tiene uno pero más allá de eso me ayuda a que la gente piense que soy más joven”.
En ese sentido, la cantante aseguró que “es tan necesaria esa emoción que a veces uno deja encerrada por mucho tiempo, que hay que saber sacarla de vez en cuando. Estoy muy contenta al respecto de seguir expresándome a través de esa famosa voz, desde un lugar como el Picadero que me abrió sus puertas y al mismo tiempo están encantados de escucharme porque cada vez que yo voy a hacer una interpretación de algo, me doy cuenta que están los dueños de casa encantados. Fui muy amiga del papá de Brudman hace muchos años y nos hemos llevado muy bien. Él fue un hombre que en su oportunidad era alguien que hacia lo imposible para que yo pudiera aparecer y cantar, en algunos de los lugares donde no estaba permitido y estaba mucho el tema del razonamiento sobre las letras. Así que me siento muy bien en este momento”.
Además, la actriz recordó a su padrino Eduardo Vergara Leuman y dijo que “él era una maravilla. Todo empezó un día como era él, de la impronta inmediata, que me dijo “te tengo que hacer un vestido”. Pero le digo “¿para qué me vas a hacer un vestido?”. Me hizo un traje maravilloso del 1800 todo blanco con unos bordados. Él fue una de las personas que más se jugó en favor mío. Él tenía abierta su casa para que todo aquel que llegase y viera la magnitud de cosas que aparecían gracias al talento del gordo. Era un tipo que dibujaba cosas maravillosas, que las regalaba además con una facilidad impresionante y de pronto un día miró bien esa casa y dijo “esta casa tiene que tener algo más”. Él pensaba que esa casa tenía que tener una continuidad y me llamó para proponerme la continuidad de cantar y fue ahí que yo empecé a cantar”.
Sobre su exilio en Francia, la actriz contó que “nunca pensé quedarme tanto tiempo a vivir en París. Se daban condiciones bastante feas en Argentina para pretender quedarme en aquellos años pero aproveché también. Recuerdo la ternura con la cual muchos de ellos estaban esperando importantes entradas de la música popular del mundo entero, para que viniesen y eso provocó la necesidad de pensar “¿porqué nosotros no?”. Así fue que se me abrieron muchas puertas espléndidas desde las cuales abriendo esas puertas logré llegar a la gente en París, que no solamente me recibió con un amor inquebrantable hasta hoy, sino que se sentían maravillados de tener al lado gente que traía repertorios que nunca imaginaron tener cerca. Estoy hablando por grandes poetas, grandes escritores franceses que de pronto se acercaron a la historia del tango gracias a la pertenencia que había de cada uno de ellos en cuanto a la cultura en cada ciudad diferente, en cada estilo que se repartía por un lado y por otro lado son largas historias”.
En ese marco, Susana Rinaldi afirmó que “fue mucha la gente que me dijo y alimentó la idea de salir de Buenos Aires y todo eso sin saber cómo, pidiendo al otro porque nosotros no teníamos ni un centavo y no sabíamos a quien íbamos a encontrar en Europa. Si los músicos que estaban allá recibían a gente de afuera que no se sabía muy bien que íbamos a hacer o si era una cosa seria y todo poco a poco se fue abriendo con la figura de Cortázar por ejemplo, que fue tan mediática y al mismo tiempo tan angelical te diría yo, armando todos esos espacios posibles dónde nosotros poder entrar, discernir con el público francés, explicar poco a poco hasta que aprendimos a hablar francés y de qué manera porque aprendíamos con el pueblo”.
Al finalizar, la cantante dijo que “yo me he preguntado toda mi vida cómo ser merecedora de algo tan imponente y al mismo tiempo todo fue nuestro conocimiento, nuestro acercamiento, nuestra capacidad de a partir del día de que nos encontramos por primera vez no querer separarnos. Todo fue así hasta el día que yo tuve que volver a Argentina y Julio salía de Argentina ese mismo día para llegar nuevamente a Francia porque no se sentía nada bien acá en el país”.
Podés escuchar “Los Acomodadores” los viernes de 18:00 a 19:00 horas por Radio Zónica.